Seis meses después del acuerdo de alto el fuego del 9 de noviembre de 2020 firmado por Armenia, Azerbaiyán y Rusia, el régimen de Bakú aún se niega a aplicar una de sus principales cláusulas humanitarias: la liberación de prisioneros de guerra.
Se estima que puedan ser más de doscientos los soldados armenios encarcelados en las prisiones de Azerbaiyán
Durante este conflicto, Azerbaiyán cometió todo tipo de crímenes de guerra. Son numerosos los vídeos difundidos donde se muestran ejecuciones sumarias, torturas infringidas a prisioneros de guerra y a civiles armenios e incluso mutilaciones de cadáveres. Hechos que hacen temer lo peor para aquellos que están en manos de la arbitrariedad de esta Petro dictadura. No hay que olvidar que este régimen está clasificado entre los últimos del planeta en el informe sobre libertad y democracia que acaba de publicar Freedom House. Una clasificación que se repite en los en todos los rankings sobre Derechos Humanos realizados por diferentes ONGs. De igual forma, Reporteros sin Fronteras sitúa a Azerbaiyán en el puesto 168 de 180 países en su ranking de libertad de prensa. Un estado líder en conculcación de derecho
Lamentablemente, el Grupo de Minsk de la OSCE no pudo prevenir la guerra o defender a las víctimas de esta, pero al menos, debería ser capaz de asegurar que se respete la cláusula humanitaria del alto el fuego. El cumplimiento de esta cuestión es un requisito previo para el establecimiento de una paz negociada y definitiva. El derecho debe prevalecer a la violencia en esta región, que no puede ser abandonada al totalitarismo ni a la barbarie.
Por todo ello los firmantes de este manifiesto pedimos al gobierno español, que utilice toda su capacidad e influencia internacional para obtener la liberación de los prisioneros de guerra armenios.