Entrevista a Begoña Errazti en Deia Satur Leoz Iruñea

Tras siete años de negativas reiteradas, apoyo del PSE a los presupuestos de
la CAV. ¿Satisfecha, supongo?

En efecto, es una señal positiva, aunque tampoco conviene magnificar este
tipo de hechos. Lo normal es que los partidos pacten las cuentas generales,
para éso están los Parlamentos. El problema es que venimos de ocho años de
gobierno Aznar en que los enfrentamientos fueron tremendos. Pero insisto, en
una situación política normalizada no hay por qué extrañarse de que los
partidos lleguemos a acuerdos presupuestarios que permiten que se abran las
escuelas, funcionen los hospitales y se construyan carreteras .

Hay quien no opina lo mismo. Para Barreda (PP) lo que ha hecho el PSE ha
sido «pagar el precio de un acuerdo político con los nacionalistas».

Como siguen viviendo al margen de todo tienen que buscar justificaciones.
Hemos tenido que soportarles argumentaciones ofensivas como que ´éstos son
los presupuestos de ETA´. Absolutas barbaridades de quien se empeña en
justificar lo injustificable. Siguen empeñados en hacer política en España a
costa de los vascos. Resulta vergonzoso. Una vez más les pedimos que nos
dejen en paz, que ya han visto que esa estrategia les fue muy mal durante
los ocho años de Aznar.

Entonces, ¿de acuerdo político nada?

Insisto en que son argumentos enloquecidos. Ojalá tanto el PP como EHAK
hubieran aceptado también negociar los presupuestos, en vez de
autoexcluirse. Oportunidades para ello desde luego han tenido. No así en
Navarra donde UPN y CDN no han hecho ni el más mínimo esfuerzo por
aproximarse a la oposición. La diferencia de talante entre los dos Gobiernos
ha quedado claramente demostrada.

EHAK se ha mantenido también al margen, después de tachar los presupuestos
de 2006 de ´autonomistas´.

No es lo único que hemos oído de ellos. También les escuchamos frivolidades
como que estos presupuestos impedían la pacificación y la normalización de
Euskal Herria. La política es un ejercicio mucho más serio que todo éso.
Cualquier ciudadano reconoce que ese tipo de argumentaciones no tienen ni
pies ni cabeza.

De lo que el PSE se desmarcó fue de la partida destinada a ayudas a los
familiares de los presos

No deja de ser un gesto meramente simbólico por su parte. Si algo está claro
es que las familias no tienen ninguna culpa de lo que han hecho sus
allegados. Además, detrás de todo ésto lo que subyace es la terrible
dispersión de los presos con la que hay que acabar. Desde EA exigimos a
Rodríguez Zapatero que en este 2006 ponga fín a esa medida que lo único que
hace es añadir sufrimiento a muchas familias.

¿Confía en que con este nuevo año llegue la paz definitiva a Euskal Herria?

Tengo fundadas esperanzas en que así sea. De momento 2005 ha sido un año en
el que todo el mundo en este país ha sentido que algo importante cambiaba.
Se han abierto como nunca espacios a la interlocución y el encuentro. Yo
confío en que en 2006 se profundice en este camino del diálogo hasta
consolidar una mesa de partidos, sin exclusiones, y pueda llegarse a la fase
resolutiva que nos traiga la paz.

ETA, que aunque persiste en su actividad violenta, lleva dos años sin
cometer atentados mortales ¿Cree que también tiene que mover ficha?

Lo que ETA tiene que hacer es atender el clamor de este pueblo que le exige
que abandone las armas de una vez por todas. Desde un punto de vista ético y
humano su actividad resulta impresentable, pero es que además lo único que
hacen es dar argumentos a los enemigos de este país. En cualquier caso no
conviene olvidar que el contencioso vasco es muy anterior a ETA y que la
normalización política hay que interpretarla como restitución de los
derechos que se han ido usurpando a este pueblo a lo largo del tiempo.
Resulta evidente que la mayoría de los vascos no se sienten a gusto ni
cómodos con el actual marco estructural y jurídico. Es por éso que se aprobó
en el Parlamento Vasco una nueva propuesta estatutaria con mínimos de los
que partir. Por supuesto que no abarca el horizonte de nuestros derechos,
pero es una manera de ir encajando el autogobierno en la soberanía.

Deduzco que todavía le ve recorrido al llamado Plan Ibarretxe.

Por supuesto. Tiene absoluta legitimidad y legalidad. Pese a que en su día
las Cortes españolas nos cerraron las puertas para negociarlo, sigue siendo
un texto de mínimos válido y ratificado por la mayoría de la Cámara Vasca.
Además está concebido con intención de buscar puntos de encuentro que
permitan superar la actual sensación de descontento que sienten muchos
vascos respecto al Estado español.

¿Usted Cree que sin ETA ´en activo´ el Plan Ibarretxe hubiera sido rechazado
en el Congreso?

Probablemente no, pero nuestra sociedad está sujeta a este tipo de
distorsiones. Desgraciadamente el tema de la violencia ha sido el principal
argumento que se ha utilizado siempre como parapeto frente a cualquier
ansia, restitución o reconocimiento de nuestros derechos como pueblo. No hay
más que ver lo acontecido los últimos y tremendos años del aznarismo en que
no se dudó en criminalizar al nacionalismo vasco. Desgraciadamente todavía
seguimos sufriendo los coletazos de aquella situación, por ejemplo en
Navarra con el tema del euskera. Es decir, no hablamos de política-ficción.

Hace unos días el lehendakari Ibarre-txe otorgó sendos reconocimientos a dos
mediadores del conflicto bélico de Irlanda. En estos lares nuestros ¿hablar
de mediación resulta una utopía?

Entiendo que para que esas mediaciones resulten efectivas las cosas deben
estar ya muy maduras. Uno de los mediadores irlandeses premiados, Alec Reid,
está trabajando de hecho activamente también aquí en la resolución del
conflicto vasco, a través del Foro Nacional de Debate. De momento lo
importante es que los encuentros bilaterales y trilaterales entre partidos
son cada vez más fecundos. Pero no conviene olvidar que llegamos de una
situación de gran fractura, debemos ser prudentes y no generar esperanzas
infundadas. Se está trabajando mucho y bien y no descarto que este año pueda
reunirse ya a la mesa de resolución.

Según el Constitucional, la ilegalización de Batasuna supuso su muerte civil
y no caben recursos…

Lo que hay que preguntarse es ¿cómo se ha llegado a éso? Y la respuesta es
clara: por la Ley de Partidos que en su día pactaron PP y PSOE. Esa ley
tiene que ser inmediatamente derogada y así se lo exigimos a Rodríguez
Zapatero. Difícilmente se va a poder avanzar si antes no se restituyen los
derechos civiles y políticos a todos los ciudadanos de este país. La
democracia se defiende profundizando en ella, pero PP y PSOE hicieron en su
día justo el recorrido contrario: pacto antiterrorista, criminalización del
nacionalismo vasco… Un totum-revolutum que incluyó también el cierre de
periódicos y la apertura de macrosumarios. De hecho todavía soportamos las
secuelas de aquella realidad. Ahí está el sumario 18/98. Y qué decir de la
nefasta dispersión de presos que inventó el PSOE en los años ochenta. Si
queremos llegar a otro escenario, el Gobierno de Zapatero tiene que plantar
cara a todas estas cuestiones.

Por cierto, otra pieza de ese puzzle: el pacto antiterrorista lleva más de
un año sin reunirse…

Sí, pero no lo han roto. Queremos ver a un PSOE que realmente opte por otra
dinámica, profundizando en la democracia. Ahí nos van a encontrar. Hay que
recordar a Zapatero que pidió el voto en las últimas elecciones en Araba,
Bizkaia y Gipuzkoa para llegar a la paz, y tiene que cumplir su compromiso.
Lamentablemente hasta ahora hemos visto muy pocos movimientos en ese
sentido.

¿No terminará pesando sobre él en exceso la losa del PP?

Es hora ya de que deje de pensar sólo en los votos que están en liza en
España. Sabe perfectamente que aquí existe un conflicto que tiene que
afrontar y tiene la obligación política y moral de hacerlo, porque fue el
compromiso electoral que asumió con las tres provincias occidentales de
nuestro país. El tema de la violencia es gravísimo y tiene que empeñarse en
ello. Y si no, estará incumpliendo su palabra.

Supongo que estará siguiendo de cerca las negociaciones sobre el nuevo
Estatut de Catalunya.

Por supuesto y lamentablemente observo cómo Zapatero tampoco está cumpliendo
allí su compromiso de respetar el texto estatutario surgido del Parlament
catalán. Por el contrario está utilizando las mayorías españolas para
incidir sobre una decisión libremente adoptada por el pueblo catalán a
través de sus legítimos representantes, así que puede pasar cualquier cosa.
En definitiva: no a las maniobras que persiguen modificar una decisión
democrática de los catalanes.

Permítame cambiar de plano y preguntarle por el Impuesto de Sociedades.
Costó lo suyo pero al final se cerró 2005 con consenso…

Sí, pero ¡ojo!. Lo ocurrido debe servirnos de lección y de toque de
atención. Se ha logrado la armonización y éso es lo importante. Lo contrario
hubiera supuesto disgregar y separar todavía más este país, una locura que
lo hubiera distorsionado todo desde el punto de vista empresarial y
económico, echando por tierra algo básico como es la igualdad de
oportunidades.

¿Usted sería partidaria de que el Gobierno vasco elaborase una Ley de
Armonización para evitar que se repitan circunstancias semejantes?

Yo creo que sí. En un país como el nuestro tan pequeño, fraccionado en
diferentes Comunidades, e inserto en dos Estados, no podemos permitirnos el
lujo de que decisiones políticas individuales lo disgreguen todavía más. Lo
de menos es si se aplica una décima más o menos a un determinado impuesto,
en este caso el de sociedades, máxime cuando el Estado español pretende
cambiar los tipos en los territorios comunes y en Europa se dan también
realidades diferentes. Aquí lo importante es evitar el desmembramiento del
país. Un político, y más si es nacionalista vasco, tiene que tener siempre
en la cabeza el mapa de Euskal Herria, las siete provincias y pensar cómo
debe actuar para que la cohesión nacional sea cada vez mayor. Y éso se puede
materializar por medio de un impuesto determinado, una ley, o un nuevo
Estatuto que como el aprobado en el Parlamento Vasco en diciembre de 2004
contempla también a Nafarroa e Iparralde, en concreto en los artículos 6 y
7. Eso sí que es hacer política nacionalista vasca efectiva y no lo
contrario, propiciando la disgregación.

Fuente: Begoña Errazti