Presidente Jauna,
Jaun-andre horiek,
Felipe de Borbón Jauna
Arratsaldeon denoi,

Viene usted a conocer la realidad navarra y, en ese sentido, voy a exponerle
nuestro punto de vista, concisa y brevemente, dadas las características
de este acto que se celebra en sede parlamentaria.
Desde mi posición política de
defensa de la nacionalidad vasca y adscripción ideológica socialdemócrata,
debo necesariamente hacer hincapié y mostrarle mi preocupación
ante la situación política actual.
Como ciudadana navarra que soy, me inquieta
el porvenir de este país, por varias razones:
1.- Son contínuas las trabas puestas
a nuestro autogobierno, tanto en Navarra como en el resto del país como
contínuas son las agresiones que desde el poder central se fomentan en
contra de decisiones adoptadas en este Parlamento: leyes forales recurridas,
cuestionamiento de nuestro sistema fiscal, etc, etc.
Nuestra posición al respecto será la de continuar con la exigencia
y defensa de nuestros derechos de pueblo previos al actual marco jurídico
actual y, en todo caso, connaturales a nuestra propia existencia.

2.- Asistimos en Navarra a una agresión contínua de la cultura
vasca y de nuestra lengua, el euskera.
Resulta inaceptable que los bienes culturales sean objeto de persecución
encarnizada y que se entiendan como enemigos desde el Gobierno de Navarra y
desde el Gobierno central. Las lenguas y las culturas son una riqueza y, únicamente
desde ese punto de vista, entendemos nosotros nuestro trabajo en pro de su desarrollo
y, por ello mismo, denunciamos la actitud de aquellos que aprovechando su posición
gubernamental pretenden incluso cambiar la legalidad al respecto, por la puerta
falsa. Legalidad que se está vulnerando en Navarra, en contra del euskera,
hecho que ha sido recriminado desde la Unión Europea.
3.- Criminalización del nacionalismo
vasco, en un intento manipulador inaceptable y que, utilizando los medios de
comunicación de manera partidista e interesada, pretende quitar legitimidad
a nuestras ideas nacionales vascas, mezclándonos con la violencia para
así justificar esos ataques antidemocráticos a las ideas y a nuestra
cultura.
Ejemplos concretos de ello son las infundadas acusaciones contra AEK, Zabaltzen,
Eusko Ikaskuntza, Euskaltzaindia, etc.
En algunos de los mencionados casos, tras quedar su imagen dañada por
actuaciones judiciales frívolas y partidistas, las diligencias penales
iniciadas ha sido finalmente archivadas por falta de responsabilidad penal
¿Quién resarce a AEK u a otros?
El objetivo es desprestigiar a los que, como
yo, creemos que en democracia, desde el respeto a los derechos humanos y a pensar
libremente, se pueden defender ideas nacionales vascas. Y, curiosamente, nos
encontramos con que resultamos un objetivo más molesto para los planteamientos
centralistas españoles que los propios terroristas.
Todo ello genera una gran inestabilidad, una
tremenda convulsión política que impide la vertebración
social y que es, desgraciadamente, caldo de cultivo para aquellos que creen
que la violencia es un método.

A los hombres y mujeres de Eusko Alkartasuna no van a encontrarnos al lado de
la violencia; nunca la hemos admitido ni justificado, más bien todo lo
contrario, pues genera dolor y sufrimiento a nuestro pueblo.
Está claro que tenemos un problema y
no queda más que un camino para resolverlo: el diálogo. Diálogo
desde el respeto a la pluralidad de nuestra sociedad, respeto a las ideas y,
por supuesto, a las personas; pero, aceptando, también, que la ciudadanía
debe poder expresar lo que quiere para sí, incluso si decide avanzar
hacia mayores cotas de autogobierno.
Nuestra responsabilidad política
es intentar solucionar el actual estado de cosas.

Fuente: Eusko Alkartasuna