Boquiabiertos nos dejó el Gobierno de Markel Olano cuando se sacó de la manga la «solución cántabra». Más de 8 meses después de tomar posesión de su cargo, la Diputación presentó un plan inverosímil que consiste en exportar 25 trailers diarios de residuos generados en Gipuzkoa al vertedero de Meruelo (Cantabria), a 175 km de distancia, durante, por lo menos, 4 años.

Vamos a intentar hacer una lectura sosegada de todo ello. Y digo intentar, porque ya somos muchos y muchas quienes sentimos que nos están tomando el pelo con el tema de las basuras desde hace demasiado tiempo. ¡Qué no dijeron por llevar dos camiones a Funes para crear compost! Cada día, abrían el Teleberri con las consecuencias catastróficas de aquello. Ahora, parece que se llevan las basuras de viaje, como bien apuntan muchas voces irónicas en las redes sociales. Fue el propio Markel Olano el que afirmó en su cuenta de twitter que «exportar basuras es una hipocresía, y un ataque directo al medio ambiente». Maldita hemeroteca…

A la hora de analizar los porqués de este acuerdo, lo primero que llama la atención es que se cocina entre dos miembros del PSOE: el diputado de Gipuzkoa José Ignacio Asensio, por la parte guipuzcoana, y la consejera Díaz Tezanos, por la cántabra. Dos miembros de la vieja guardia que manejan gran presupuesto público. Y de fondo, una empresa, MARE, que, según la oposición, «es un cementerio de dinosaurios de los cargos del PSOE» y se encuentra en una situación económica muy delicada. Dinero guipuzcoano para empresas cántabras. Veremos qué pasa si el parlamento de Cantabria se posiciona en contra.

Si hace 5 años construir la incineradora era una auténtica temeridad, en 2016 es ya un completo suicidio. Sabemos que en un radio de 5 km se multiplican los casos de cáncer. Por si acaso, el PNV no construyo Zabalgarbi en Neguri, sino en una de las zonas más degradadas de Bizkaia. Y el suicidio es también económico, porque la Diputación y las mancomunidades no se pueden endeudar más.

Bancarrota. Ésa es la situación económica de GHK. Y, por mucho que quieran ensuciar a EH Bildu, la cronología de los hechos es clara: GHK está en bancarrota porque el PNV y el PSE firmaron un crédito tóxico y abusivo (swap) con los bancos en 2011, a las puertas de unas elecciones. ¿Por qué aceptaron las condiciones de pagar el swap se construyese o no la incineradora? Y menos mal que se paralizó la obra, porque, de lo contrario, estaríamos pagando el mismo crédito más 300 millones de la obra propiamente dicha.

Tampoco podemos olvidar el daño ecológico, ni que, a partir del 2020, la normativa europea no permitirá quemar nada que sea reciclable, ni que la incineradora va a ser la mayor planta productora de CO2 del Territorio.

Pero, ¿qué han hecho el PNV y PSE en estos 8 meses? Además de exportar los residuos, han subido las tasas de la basura a la ciudadanía y plantean aperturas y reaperturas de vertederos. Es decir, están haciendo todo lo que decían en campaña que no iban a hacer. Ni tan siquiera han sido capaces de poner en funcionamiento la planta de compostaje de Epele, que está terminada desde agosto.

Cada vez parece más seguro que Markel Olano no va a inaugurar la incineradora, al menos no en este mandato. Y la pregunta es: ¿y si en la siguiente legislatura ganan las opciones políticas anti-incineración? ¿Qué legitimidad tienen el PNV y PSE, con su exigua mayoría actual, para hipotecarnos hasta 2045?

Estando en el Gobierno, EH Bildu presentó su proyecto basado en el reciclaje, que preveía una planta de tratamiento mecánico biológico en Zubieta y un depósito de inertes en Zestoa, sometido a refrendo popular. Este plan es mucho más barato y soluciona el problema de las basuras de una manera saludable y sostenible.

Clama al cielo que los mismos que criticaron y boicotearon el plan de EH Bildu digan ahora que «hay que llevar la basura a Cantabria porque no hay otra alternativa». Sí la hay, señores del PNV y PSE. Si quieren oírnos, se lo explicaremos con pelos y señales. Estamos a tiempo. Pero, para ello, tienen que dejar de pensar en grandes contratos pagados con dinero público y tienen que empezar a pensar en la salud y el bolsillo de las guipuzcoanas. Mientras tanto, les seguiremos con atención para denunciar cualquier otro «gran contrato» en el que esté en juego el dinero de las contribuyentes.

Iban Asenjo, miembro de la coordinadora de Gipuzkoa de EA y juntero de EH Bildu