En política, a veces, se dan paradojas interesantes. El Tribunal Constitucional ha decidido suspender la declaración de Independencia de Catalunya, promovida por Junts Pel Si y las CUP. Dicha resolución, a su vez, dice que el Parlament no va a hacer caso a lo que diga el Tribunal Constitucional y que continuarán con su camino hasta lograr la independencia.

La resolución se aprobó este lunes y al debate parlamentario asistió el miembro de la Ejecutiva Nacional de Eusko Alkartasuna, Maiorga Ramírez. En Catalunya todo está claro: nada nuevo bajo el sol. Hemos afirmado en repetidas ocasiones cómo el Estado español iba a poner en marcha toda su maquinaria para intentar frenar el tren catalán. Ahora ha suspendido la declaración de independencia y ha lanzado una amenaza contra 21 miembros del Parlament.

La del Tribunal Constitucional es una acción que no ha pillado a nadie por sorpresa. Al contrario, todo el mundo la esperaba porque era un secreto a voces que el Estado iba exigirle esa respuesta al tribunal en lugar de abordar el problema político. Este hecho pone en duda, una vez más, la separación de poderes y la legitimad de la resolución del Constitucional.

Por encima de cualquier obstáculo, los catalanes han decidido que su proceso sigue en marcha y que nadie les va a frenar hasta que sean absolutamente soberanos.