Entrevista a Joseba Azkarraga en DEIA
Vivimos tiempos difíciles…

Sí, pero las instituciones políticas de este país y la propia sociedad vasca han pasado ya por situaciones complicadas en otros momentos de la historia reciente, y ha salido airosa.

Le veo confiado.

Hay que tomar las cosas con cierta perspectiva de futuro y, sobre todo, con mucha serenidad.

¿Quién ganará el pulso que mantienen la Justicia española y el Parlamento vasco?

No es tanto un tema de ganar o perder, sino un problema de si hay voluntad o no, de respetar el sistema de libertades democráticas, y yo creo que no lo hay.

¿Entonces?

Puede ocurrir que, en esto que usted denomina pulso, no ganen ni la Justicia española ni la Cámara de Gasteiz; puede que quien se salga con la suya sea el Gobierno español que es el que está marcando la línea a seguir; puede que saltándose todas las normas políticas y jurídicas legales, intente imponer una forma de actuar determinada en el Parlamento vasco. ¿Pero eso es ganar? No. ¿Puede hacerlo? Claro, como pueden hacer todas las ilegalidades que vienen cometiendo en los últimos tiempos.

¿Qué hacer?

Mantenernos firmes. Nuestra obligación es aguantar ese tipo de embestidas porque si aceptamos desde ahora que esto que pretenden hacer hay que dejarles que lo hagan, nos hemos cargado todo el sistema de libertades y la necesaria división de poderes que tiene que existir en un país que se dice democrático.

De momento son los jueces del Tribunal Supremo quienes llevan la voz cantante…

Yo diría que quien la lleva es más bien el ministro Michavila quien, horas antes de que el TS se pronuncie, se atreve a decir a los periodistas qué es lo que éste va a hacer, con lo que nos confirma que, como en los mejores tiempos del franquismo, en España todo es uno. El Poder Ejecutivo es el que marca la línea a seguir al Legislativo y al Judicial, una línea que trazaron ya el 24 de agosto del año pasado cuando suspendieron las actividades de Batasuna. A partir de ahí, tanto el TS, como el TC y el CGPJ han seguido fielmente esas directrices, convirtiéndose en meros instrumentos de la estrategia política del PP.

¿Existe esa supuesta fórmula de ‘‘ejecución subsidiaria’’, prevista en el artículo 61 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, por la que se autorizaría a la sala especial a intervenir en la Cámara vasca disolviendo el grupo SA?

Hay un planteamiento que pueden utilizar que es el de que «quien juzga ejecuta lo juzgado». ¿Qué puede suponer eso? Ya nos iremos enterando esta semana porque los jueces de la sala 61 tampoco han querido dar el siguiente paso, se ve que no lo tienen muy claro…

¿Le han pasado ‘‘la patata caliente’’ al fiscal general encargándole que sea él quien inicie las acciones penales que corresponda en este caso?

Creo que son conscientes de que se han metido en un berenjenal de difícil salida porque saben que lo que están haciendo no tiene ningún encaje legal. ¿Contra quién va a actuar el fiscal general? ¿contra el señor Atutxa que en la propia Mesa del Parlamento dice que hay que cumplir el auto y disolver el grupo SA? ¿Contra los parlamentarios que en la Junta de Portavoces se niegan?…

Esperaba que tuviese usted la respuesta.

Aquí hay dos soluciones: O continuar profundizando en el error y embrollar más y más este lío o buscar una fórmula que haga posible compatibilizar la providencia del TS con el respeto a la autonomía del Parlamento vasco.

¿Cuál de las dos cree que prevalecerá?

Desgraciadamente el actual Ejecutivo español es una especie de King Kong que intenta arrasar con los pilares básicos del sistema de libertades imponiendo al resto de los poderes del Estado sus propias posiciones políticas, lo cual es absolutamente impresentable desde un punto de vista legal y democrático.

¿Se conformarán con que los parlamentarios de SA pasen al grupo mixto o intentarán inhabilitarles?

Puede que intenten congelar sus asignaciones económicas o que se les niegue la posibilidad de utilizar los despachos e infraestructuras necesarias para ejecutar su labor. Pero lo que nunca podrá hacer ningún juez es anular aquellas votaciones que, en el Parlamento vasco, se realicen con sus votos. El voto de un parlamentario es personal, particular e instransferible, no de grupo. Con lo que nadie puede atreverse a inhabilitarlo.

En caso de que se atrevan, ¿qué piensan hacer ustedes?

Seguir reivindicando el derecho de la sociedad vasca a oponerse a las barbaridades jurídicas y políticas que se quiere cometer contra nuestras instituciones.

Iñigo Iruin ha preferido pedir amparo al Tribunal Constitucional.

Sí. Curiosamente da la impresión de que los que estamos manteniendo la defensa de las instituciones vascas con absoluta claridad somos EA y el PNV; mientras quienes son directamente afectados por esa legalidad española que tanto se ufanan en desconocer recurren a las instancias del Estado, sabiendo que están recurriendo a un árbitro comprado, recurriendo al TC están recurriendo directamente al propio Gobierno español.

Según eso, la indefensión jurídica es total.

Total. Pero yo mantengo la esperanza ­y es una opinión compartida tanto por el Gobierno vasco como por mi partido­ de que no van a ir más allá de lo que hasta ahora está planteado.

Hasta hace unos meses tampoco nadie pensaba que pudiéramos llegar a estar en esta situación…

Sí, sí, pero, a partir de lo que se ha hecho hasta ahora, es difícil avanzar más en la invasión de competencias, intentando anular la capacidad de voto de parlamentarios que han sido elegidos democráticamente. Se tendrán que tentar mucho la ropa antes de hacer una cosa de éstas, porque eso sería una absoluta ilegalidad. Aunque, si lo hacen, tendrían que hacerlo con efecto retroactivo, entonces seguro que los presupuestos del 2001 y del 2002 estarían aprobados.

Detecto cierta ironía.

Aquí hay una serie de mezquindades y sobre todo unos brindis al tendido por parte del Gobierno español impresionantes. Si deciden anular los votos de la antigua Batasuna serían sus propios intereses los que saldrían perjudicados porque, si vamos al diario de sesiones, son muchísimas más veces las que el PP ha coincidido con Batasuna en votaciones contra este gobierno que las que este gobierno ha contado con los votos de Batasuna.

Entonces, ¿por qué lo hacen?

Para crispar a la sociedad y demostrar que son ellos los que tienen la sartén por el mango y deciden sobre los destinos de este pueblo. Es una actitud absolutamente fascista.

Se ha hablado incluso de la posibilidad de suspender la autonomía vasca.

Sí, sí. Otra cosa es que lo puedan hacer… o que les dejemos hacerlo. Hay que impedirles que intenten inmiscuirse en la soberanía de nuestro parlamento.

Dígame cómo.

Somos muchos… y las fórmulas habrá que irlas buscando en el día a día, en función de las actitudes que adopte el Gobierno español, con sus tentáculos legislativos o judiciales, contra la soberanía de las instituciones vascas y las decisiones de la mayoría de este pueblo. No es bueno adelantar acontecimientos, pero tenga usted la seguridad de que cada uno de sus envites tendrá la respuesta adecuada en su momento.

¿Cabe un adelanto de las elecciones autonómicas?

Sin duda hay un interés de que el pleno de setiembre, que es un pleno político donde se va a dar carta de naturaleza al Plan Ibarretxe, no se pueda realizar, y todo lo que está pasando con el TS no es ajeno a ese propósito. Mi opinión es que no debiéramos darles el gusto de no celebrar ese pleno. Llevamos menos de dos años de legislatura y no sería entendible un adelanto de las elecciones en función de los amagos del Gobierno español.

El emplazamiento de diálogo que el lehendakari ha hecho a Aznar y a Zapatero ha vuelto a caer en saco roto. Llegados a este punto, y viendo lo ocurrido en la Diputación de Araba, ¿qué haría usted en su lugar?

Seguir trabajando de la misma forma en que lo venimos haciendo hasta ahora, aprobando leyes y planes que benefician al conjunto de los ciudadanos. Eso es precisamente lo que no quiere el PP. La propuesta política del Gobierno vasco que Ibarretxe presenta a debate es muy abierta y yo creo que hay capacidad y posibilidades de llegar a acuerdos. Por más que haya formaciones políticas que no quieren ni oir hablar de ella, hay que intentarlo hasta el último momento.

También habrá que convencer a ETA de que cese la lucha armada.

Tengo la impresión de que al PP no le viene mal la existencia de la violencia en este país. Sé que es duro decirlo pero, al final, su gran preocupación no es ETA sino las ideas políticas del nacionalismo, lo cual demuestra cuáles son sus convicciones democráticas. Y, si no, habrá que preguntarle a Jaime Mayor Oreja por qué se movió tanto y no paró hasta impedir que la tregua continuase, y se mostró tan contento y tan tranquilo cuando ETA volvió a actuar.

¿Usted qué opina?

Que el señor Mayor Oreja actúa en la vida política en función de la existencia de ETA. El día que ETA desaparezca, Mayor Oreja va a tener muy pocas posibilidades de continuar en la vida política de este país porque no va a tener nada de qué hablar. Su único discurso, como el del señor Iturgaiz, es acusar al nacionalismo de ser cómplice de ETA. Jamás les he oído hablar de los problemas de justicia, trabajo o vivienda.

Ellos dicen que primero es el derecho a la vida…

Sin duda. Para nosotros también, por eso estamos trabajando por conseguir una sociedad vasca normalizada y en paz, a diferencia del PP que hace lo imposible por crispar y enfrentar a esta sociedad. Ya dijeron el 13-M que la sociedad vasca es inmadura y por eso votó lo que votó, pero el 25-M ha vuelto a votar lo mismo y para el PP seguirá siendo inmadura porque no cree en la voluntad popular ni en la decisión de los ciudadanos libremente expresada.

ETA tampoco.

Los extremos se abrazan. Para el PP, ETA es hoy la gran coartada, el balón de oxígeno que necesita para seguir arremetiendo contra las instituciones vascas. El día que ETA desaparezca, al PP se le ha terminado también el chollo.

¿El tiempo acabará poniendo a cada cual en su lugar?

Más que el tiempo, es la propia sociedad vasca la que, elección tras elección, nos va a ir diciendo, como hasta ahora, quién está teniendo un comportamiento digno y democrático, quien intenta rebajar tensiones y quien hace todo lo contrario. Tengo plena confianza en ella.

«Los socialistas han hecho el ridículo político»

«Quiero creer que Llamazares no va a entrar en el mismo juego que Zapatero», afirma Joseba Azkarraga al ser preguntado por las supuestas discrepancias que habrían surgido en el seno del tripartito, a raíz del enfrentamiento que los partidos nacionalistas tienen con el TS, al que el coordinador general de IU no se atreve abiertamente a criticar.

«Entendiendo que EB pueda estar sujeta a ciertas presiones, fruto de las declaraciones que IU está haciendo y de los acuerdos que pueda tener con el PSOE en el Estado, pero he de decir que, a día de hoy, la relación de este Gobierno con Javier Madrazo es buena y es leal», disipa dudas el consejero.

¿Qué opina del sacrificio de Rojo para que Zapatero llegue a Moncloa?

En mi opinión, los socialistas han hecho el ridículo político. Al punto que si yo fuera el señor Rojo pediría asilo en las Bahamas. Que no sea el propio Rojo quien manifieste su apoyo a Rabanera sino Rodríguez Zapatero quien, desde Madrid, les diga a los socialistas alaveses cómo tienen que actuar, demuestra a las claras quién manda en el PSE-EE.

Los electos madrileños no han debido hacer el mismo voto de obediencia…

Lo que ha ocurrido en la Asamblea de Madrid es muy preocupante. La corrupción es siempre indeseable y desprestigia al conjunto de la política y de los políticos.

¿Va a pasarle factura a Zapatero?

Sin duda. No hay más que ver el interés que tiene el PP en que se convoquen nuevas elecciones allí.

La política muestra sin pudor sus miserias y aumenta su descrédito…

Al menos esto nos tendría que servir para que los partidos vean cómo elaboran sus listas electorales. Si las hacen en ese intento de contentar a las diferentes familias y se les cuela la gente que se les cuela, o pensando en los intereses generales del país.

¿Quién es más culpable, quien se vende o quien intenta comprar?

Habría que repartir culpas. Lo lamentable es que se primen intereses particulares sobre la decencia colectiva.

En este caso se habla de intereses urbanísticos y económicos…

Muy poderosos han de ser.

Incluso hay quien sugiere que podría haber un sector ultraconservador interesado en ‘‘embasurar’’ la vida política española para justificar otro tipo de tentaciones…

Del PP uno se puede esperar cualquier cosa, porque es un partido sin ninguna clase de escrúpulos, que proviene de donde proviene y con indisimulados tics fascistas. Así que yo no descartaría nada, pero tampoco tengo ninguna prueba de que esté detrás de todo esto.

Amaia Fano / DEIA
Fuente: Joseba Azkarraga