Se ha visto envuelto en el epicentro del último conflicto interno de Nafarroa Bai, que ha concluido dejando vacante su puesto en Caja Navarra (CAN). Pero una vez abierta la discusión (la Permanente de NaBai también la anuncia), Maiorga Ramírez aboga por ir al fondo y abordar el «desequilibrio» interno en la toma de decisiones o el horizonte político de la coalición. La retirada de la candidatura a la CAN habrá supuesto para usted tragarse un sapo bastante gordo. ¿Por qué? ¿Qué cree que hubiera pasado si no lo hace? Indudablemente, habríamos tenido un puesto en la CAN, algo de lo que se nos privó en la pasada legislatura por ser abertzales y algo que está inserto en la práctica de UPN, que es la marginación del abertzalismo en lo sindical, en lo político, en lo cultural… ELA y LAB no están en el Plan de Empleo, Euskalerria Irratia no es legal, a nosotros nos dejaron fuera de la CAN… Yo presenté mi candidatura in extremis para evitarlo, viendo que Aralar y PNV habían optado por no presentar a nadie. Pero hubo una respuesta airada de Aralar con sus cinco parlamentarios… ¿Cómo se explica a la militancia que se renuncia a un cargo que estaba en bandeja? Se lo tendrán que explicar Aralar y el PNV. Nosotros creemos que nos eligieron para hacer labor política en todos los ámbitos, y éste era uno de ellos. Pero Aralar y PNV optaron por el mal mayor: antes de contar con un candidato con el que no estaban conformes, decidieron que era mejor no tener un abertzale en la CAN. Insisto en que nosotros no compartimos autoexcluirnos. Para eso ya está UPN. ¿Qué es lo que une a Aralar y PNV? ¿Hay un interés conjunto en laminar a EA? Yo no llegaría a utilizar esa expresión. Pero es cierto que Aralar y PNV encuentran vínculos estratégicos en muchas ocasiones cuando se trata de mostrar su posición contraria a EA. Pero evidentemente el trasfondo de todo es una visión ideológico-político-institucional de lo que debe ser Nafarroa Bai. Nosotros llevamos muchos años haciendo política en Navarra y en las instituciones, algo que no sucede con el PNV -que no ha tenido representación en el Parlamento ni el Ayuntamiento-, ni en el caso de Aralar -que proviene de donde proviene y tiene una historia relativamente corta-. Todo esto coincide con mensajes que exigen dar más estructuración a NaBai. ¿Es casual? Nafarroa Bai es un proyecto dinámico. Busca un instrumento adecuado para hacer frente a la derecha española en Navarra. Y estamos convencidos de que NaBai es el instrumento adecuado. Pero esto no hubiese sido posible sin la generosidad de los partidos, que accedimos a fórmulas de organización para que los que tenían menos implantación encontrasen comodidad. Hay que recordar que en la Permanente hay representación paritaria de todos los partidos y los independientes, cuando está claro que la inplantación de cada partido en Navarra no es la misma. Esa generosidad hace que estén desequilibradas las capacidades de decisión internas, y esto es algo que se debe abordar. También el dinamismo de esta fórmula, que nosotros pensamos que tiene que estar abierta a otras fuerzas políticas. Y además hay que abordar una estructuración de aquellas personas que hemos logrado atraer al proyecto de Nafarroa Bai sin que tengan filiación política, crear cauces de participación de esa masa heterogénea. Siguiendo su expresión, si Nafarroa Bai evolucionara hasta convertirse en un partido EA sería el más generoso, ¿no? Nosotros somos el antecedente de NaBai, porque lo que defendíamos en solitario hace trece años hemos logrado que lo asuman cuatro partidos y buen número de independientes. Nuestra representación municipal también es muy importante. Y hemos abonado el camino ideológico e institucional. Estamos orgullosos de todo ello. Pero lo más importante no son las pérdidas de poder que pueda tener un partido, sino que NaBai no pierda de vista sus principios políticos de actuación y la defensa de nuestros derechos nacionales como pueblo. ¿Y este eje coincide plenamente con la actuación de Uxue Barkos en Madrid? Las posiciones de EA suelen estar en minoría en su discurso. Ahí está el último caso de las mociones de censura… Sí. Uxue es independiente, y va amoldando su acción institucional a las diferentes situaciones. En muchos casos, su actuación no ha coincidido plenamente con lo que defendemos en EA. Pero hay que entender que es la representante de cuatro partidos. Bueno, esto es algo que se debe entender. ¿En EA se sienten incómodos, por ejemplo, cuando Zapatero alaba el «papel democrático» de Nafarroa Bai frente a la izquierda abertzale? No. Son declaraciones que tienen una intención bastante torticera. Se sitúa en posición de decir qué es y qué no es Nafarroa Bai. Lo cierto es que traicionó su palabra sobre Navarra y sobre Nafarroa Bai. Si sus palabras no van acompañadas de un acta notarial, no sirven. Y eso lo podemos ver en muchos casos. NaBai se abstuvo en la votación. Si EA hubiera mantenido su diputada en el Congreso, ¿qué hubiera hecho? Hubiéramos valorado la circunstancia y tomado una posición, pero lógicamente hubiésemos mostrado una posición muy clara y muy nítida, englobando la situación del conjunto de Euskal Herria, ante un PSOE que sigue negando los derechos nacionales de este pueblo y que se ha permitido el lujo antidemocrático de mercadear con derechos fundamentales, como el de decisión y el de participación política en el caso de ANV. ¿Y en Nafarroa? ¿Qué van a hacer teniendo en cuenta que el PSOE ha blindado la legislatura de UPN y quedan aún tres años para las elecciones? Seguiremos intentado gestionar los ayuntamientos y haciendo oposición al Gobierno de la derecha española apoyado por la seudoizquierda española. Y tenemos el reto de ganar credibilidad institucional, consolidar nuestra actuación interna y mejorar los canales a la sociedad. ¿Tiene alguna expectativa de que el PSN cambie de posición en estos tres años? Absolutamente ninguna. Aunque, visto lo visto, en su vicio también podemos encontrar la virtud de que un día plantee que «donde dije digo digo Diego»… Todo es posible. En 1995 ya gobernaron con EA y de allí salió el Organo Común Permante. «UN PACTO PNV-PSOE SERÍA UN RIESGO NACIONAL, UN RETROCESO PARA LA SOLUCIÓN» Ya hay un acuerdo entre PNV y PSOE para las mociones de censura. ¿Qué posición va a tomar NaBai? No hemos tratado este asunto, pero nosotros consideramos desde luego que si la ciudadanía ha colocado a ANV en las alcaldías, tiene toda la legitimidad para ocuparlas. No obstante, la actitud de la izquierda abertzale respecto a la vulneración de derechos humanos fundamentales por parte de ETA hace inviable cualquier tipo de colaboración institucional. Pero esto no nos debe llevar a concluir que se deben formar mayorías antinaturales que distorsionen el voto. Es evidente que esta cuestión es un primer paso hacia un pacto global entre PNV y PSOE. ¿Qué va a hacer EA, está en condiciones de oponerse a ello? El pacto entre PNV y PSOE sería suyo. Consideramos que sería un riesgo nacional evidente; un retroceso a la época Ardanza y por ende un retroceso también en cuanto a dar solución decidida desde las instituciones al conflicto político de este país. Este conflicto no terminará hasta que se respete el derecho de decisión de la ciudadanía vasca, evidentemente. Y todo apunta a que un pacto PNV-PSOE lo negaría. ¿En EA esperan algo de Zapatero hacia Euskal Herria que no sean palos? Debe ser consciente de que es necesario un proceso de paz. Si quiere dar pasos hacia la resolución del conflicto político, tiene que dejar de mercadear con los derechos políticos, civiles y humanos. Tiene que considerar que el respeto a todos los derechos es la base para consolidar un proceso de paz. Y, a partir de ahí, manifestar su diposición al consenso con todas las formaciones políticas de Euskal Herria. Pero este mensaje vale también para ETA, y para la izquierda abertzale que estuvo negociando con PSOE y PNV con los derechos, como si pudieran ser un objeto de negociación. Un proceso en el que, por cierto, se excluyó a EA. Y mientras tanto, ¿no se puede hacer nada desde ya en Nafarroa para que deje de ser un herrialde irrelevante en un futuro proceso de resolución? Nafarroa es parte del conflicto. Estamos en una situación anormalizada, con un estatus no votado y con unas ambiciones no de profundizar en la decisión de la ciudadanía, sino de eliminar la Transitoria Cuarta. Pero sería fundamental una situación de ausencia de violencia consolidada en la que las posiciones negadoras perdieran fuerza. Avanzaríamos decididamente. Ramón SOLA

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Fuente: Maiorga Ramirez