Entrevista en Diario de Noticias A un año y medio de las elecciones forales y municipales de 2007 ¿Cuál es su diagnóstico de la realidad política Navarra? Desgraciadamente constatamos cómo, una vez más, el ´sano regionalismo´ de UPN y CDN está llevando a que la posición de Navarra en el conjunto del Estado esté cada vez más desfigurada y vacía de contenido. Disfrazados en una airada defensa de Navarra, y así lo constata la realidad, se está imposibilitando activamente que nuestros derechos históricos sean defendidos con una mínima firmeza en el proceso abierto a nivel estatal. De este modo, Navarra se está descolgando de un avance en nuestro autogobierno y, por lo tanto de la posibilidad real de hacer frente con mayor garantías a los retos de nuestro futuro. UPN-CDN gobierna para una parte de Navarra, margina a la pluralidad existente en la sociedad, y se constata su empeño en debilitar el sistema público de servicios y su despreocupación por resolver problemas fundamentales para Navarra y su economía como la situación de Volkswagen. Su actitud vergonzante a la hora de exigir respeto a nuestros derechos y capacidad de autogobierno, siempre a remolque de lo que hacen otros, no sólo en infraestructuras fundamentales sino en cada negociación del Convenio Económico, ha hecho que los sucesivos gobiernos centrales, ya sean del PP o del PSOE, ninguneen a Navarra. La última afrenta contra nuestra sistema la protagonizó el propio portavoz del PP en el Congreso, Mariano Rajoy, en su desprecio público durante el debate del Estatut a los derechos históricos. Y nadie de la derecha navarra se escandalizó por ello, ni siquiera el señor del Burgo, que estaba presente en el Congreso cuando su jefe en Madrid humillaba nuestros fueros.

¿Cómo resume la acción política del Gobierno y su capacidad para seguir al frente de las instituciones?

El Gobierno, con su presidente al frente, gobiernan desde una soberbia irresponsable de una mayoría parlamentaria a la que le sirvió muy bien la ilegalización de Batasuna, enfrentándose a continuos escándalos políticos desde una actitud prepotente con la que obvian sus inevitables responsabilidades políticas. Está centrando su acción política en la confrontación permanente con el Gobierno de Zapatero, sin resolver los problemas y retos fundamentales de Navarra. Existen carencias muy importantes en Educación y Bienestar Social a las que no se está dando respuesta. Durante años no se ha abordado un plan estratégico de diversificación industrial, de modo que hoy la Hacienda Foral depende de forma fundamental de la marcha de una empresa. Una situación de fragilidad en la que el sistema de bienestar suele resultar siempre el primer perjudicado. La derecha no tiene proyecto de futuro para esta Comunidad, se está dedicando a explotar dos ideas con una única estrategia: perpetuarse en el poder. Y estas son la idea de que Navarra no tiene nada que ver con el proceso abierto en materia de pacificación y normalización, y la constante presión al PSN en relación con su intención de pacto con el nacionalismo.

A priori, la alternativa al actual Ejecutivo de UPN-CDN pasaría por una entente del nacionalismo con el PSN como se ha dado en algunos de los ayuntamientos más importantes de Navarra. ¿Es una posibilidad real?

No sólo es una posibilidad real, sino necesaria. Si queremos un cambio político en Navarra hay que cambiar de gobierno, y para ello, hoy por hoy, es preciso el acuerdo entre abertzales y socialistas. Para reeditar este modelo, lógicamente, el PSN tendrá que tener la firme voluntad de compromiso con la pluralidad y nuestro autogobierno y que no basará su política a este respecto en limitar, aun más, la capacidad de decisión de los navarros/as. El PSN, primer partido de la oposición en este momento, tiene que aclarar si apuesta por gobernar o se conforma, como ha hecho en legislaturas pasadas, con tratar de influir en el gobierno. Pero debe saber que si no apuesta valientemente por constituir una alternativa real estará contribuyendo a la consolidación de la derecha en el poder, de un gobierno excluyente y sin ideas, y lo que es más grave, al asentamiento de los intereses económicos que rodean a la derecha.

¿Cuáles serían, a su modo de ver, los puntos de encuentro y cuáles habrían de ser las prioridades de un Gobierno de coalición que desbancara la hegemonía regionalista?

El primer interés común debe ser romper con la dinámica de intereses y prebendas de la derecha. La estrategia de acaparamiento que está llevando a cabo el Gobierno de UPN-CDN pone en serio riesgo la propia pluralidad, en un afán de control de todos aquellos ámbitos que no controla directamente. Sin duda, cualquier pacto de gobierno debe reunir dos requisitos: el respeto a la pluralidad y su libre expresión pública y política, y en concreto, el respeto a la personalidad vasca de Navarra, y el afán decidido por reforzar y desarrollar el Estado de Bienestar. Navarra ha sido pionera en ámbitos como la Salud, en el que la política de privatización de UPN-CDN está haciendo estragos.

Nafarroa Bai se destacó como un instrumento eficaz para reunir el voto abertzale en las elecciones generales, ¿ocurrirá lo mismo en las elecciones forales y locales de 2007?

Nafarroa Bai debe ser protagonista del cambio político en Navarra. No sólo aspiramos a obtener la máxima representación en el Parlamento, sino también a gobernar. Nuestra apuesta por la colaboración entre fuerzas abertzales se basa en esta convicción porque, de qué nos serviría aumentar el número de parlamentarios si ello no se traduce en un cambio en la gestión de Navarra.

¿Para cuando una estructuración clara en torno a esta iniciativa y un programa de Gobierno que permita unificar criterios políticos?

Estamos en ello. De momento la situación está abierta, por varias razones. Por un lado, el proceso de pacificación y normalización política puede modificar de forma sustancial el mapa electoral para el 2007 y ofrecer nuevas opciones de colaboración entre abertzales que tenemos que tener en cuenta. Por otra parte, consideramos más interesante garantizar la solidez de nuestra propuesta ideológica y programática que apresurarnos a dar forma a una plataforma electoral que, teniendo en cuenta que todos sus socios ya hemos adelantado voluntad de reeditar, está asegurada.

Algunos dicen que soplan vientos de paz, pero ETA sigue atentando contra intereses empresariales. ¿Es prudente mantener ese discurso? ¿Son reales las expectativas que se están creando?

Es prudente y necesario. Pese a que el PP y aquí UPN se empeñen en decir lo contrario, en los dos últimos años se han producido avances reseñables que dan argumentos para pensar que nos encontramos a las puertas de un proceso de pacificación que puede ser definitivo. Es cierto que ETA sigue atentando, la pasada semana en Doneztebe, hechos que debemos seguir denunciando y exigiendo el respeto a la voluntad de la ciudadanía que no quiere más violencia y ansía la paz. Pero también es verdad que en los dos últimos años no ha habido víctimas mortales, que ETA ratificó la apuesta de Batasuna por las vías políticas que hizo pública con el documento de Anoeta, y el Congreso de los Diputados aprobó una propuesta de resolución respaldando al Gobierno de Zapatero el inicio de conversaciones con la organización, si se daban las condiciones para ello. Todos estamos en este discurso, salvo la derecha. Recientemente leíamos al señor Sanz afirmar que Navarra es un obstáculo para la política de paz de Zapatero. Si el señor Sanz pretende que esto sea así, sinceramente, me parece una aberración. Debería pensar bien lo que está diciendo, porque toda la sociedad navarra ansiamos la paz.

¿Cómo evitar la frustración que suponen los últimos atentados?

Teniendo presente que estos procesos son largos y tortuosos, y nunca avanzan de forma estable. En el proceso irlandés también hubo momentos de tensión, de retroceso o paralización; pero ello no fue excusa para nadie para abortar ese intento que, finalmente, ha tenido un buen final. Hay que seguir exigiendo a ETA que dé señales inequívocas de su voluntad de iniciar este proceso, y al Gobierno del señor Zapatero animarle a ser valiente y a afrontarlo, frente a todas las presiones partidistas e interesadas del PP.

¿Cuál es el papel que ha de jugar Eusko Alkartasuna en este proceso de paz? Y ¿cuál es el que han de jugar el resto de agentes políticos?

Eusko Alkartasuna tiene un compromiso serio y responsable con este proceso. Nuestro partido ha trabajado de forma comprometida en todos y cada uno de los intentos que ha habido en nuestro país por alcanzar la paz y la normalización política, y esperamos que este sea el definitivo, al menos, por eso estamos trabajando. Los agentes políticos tenemos la responsabilidad de contribuir a un objetivo que ansía toda la sociedad, debemos implicarnos y buscar puntos de acuerdo para alcanzar una solución definitiva, no sólo al problema de la violencia, sino también a su raíz política.

¿Y qué papel debe jugar Navarra?

Navarra tiene un papel fundamental en este escenario y las fuerzas políticas debemos obrar con seriedad y responsabilidad para solucionar un problema que está generando tanto dolor y perjuicio, y que es absolutamente inaceptable. Hay personas amenazadas, extorsionadas, víctimas, y también presos, y sus familias, que sufren la estrategia de dispersión, siglas ilegalizadas, en definitiva, una falta de normalidad democrática. Pero es que, además, también debemos afrontar lo que nosotros llamamos normalización política. A diferencia de otras comunidades, en Navarra una parte importante de los ciudadanos queremos, como reivindicación política fundamental, compartir proyecto político con el resto de los vascos, una cuestión que se pretende imposibilitar, mediante la prohibición o la imposición de voluntades ajenas, y en cuyo respeto deberíamos ponernos de acuerdo como premisa democrática esencial. Todos los proyectos políticos deben poder defenderse y materializarse en igualdad de condiciones en democracia, premisa que debe aplicarse a todos por igual, tanto a aquellos que sienten la presión de la violencia a quienes abogamos por un proyecto distinto al actual, y al cual deben garantizársele vías democráticas para su desarrollo legítimo.

¿Cómo valora el proceso interno que se esta llevando a cabo en Batasuna y que parece afirmar la opción de la Propuesta de Anoeta?

El paso dado en Anoeta fue histórico. Con ello, este sector que tradicionalmente ha justificado la lucha armada, se aproximó a las tesis que siempre hemos defendido otros. No es casualidad. La labor realizada en el Foro Nacional de Debate, en el que EA participa desde los inicios, ha tenido una importancia capital en esta decisión. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, y debemos hacerlo desde el ámbito institucional y el político, entre todas las fuerzas políticas, sin exclusiones ni autoexclusiones que suponen palos en las ruedas al proceso de paz.

Por volver a la actualidad navarra: conflicto del TAV, Gamazada… ¿Revelan inquietud ante posibles cambios políticos o es simplemente sumisión al discurso del PP?

En el conflicto del TAV si alguien ha quedado en evidencia es UPN, que en diez años no ha hecho su trabajo y pretende apuntarse a última hora a lo que han hecho los demás. El quid de la cuestión no es el sistema de financiación, si es por Convenio o por otra vía, sino la dejación absoluta que, en virtud de sus prejuicios e incapacidad, ha hecho la derecha navarra de este proyecto fundamental para nuestro desarrollo. Las amenazas de UPN no pretenden más que desviar la atención hacia el PSOE, e indirectamente al Gobierno Vasco, en ese intento permanente por culpar a otros de su propia incapacidad, tratando de presentar como agravio lo que no es sino consecuencia de su pésima gestión. Resulta chocante oír al señor Sanz apelar a la Gamazada cuando ha tolerado y callado ante todos los recursos de inconstitucionalidad contra leyes navarras que interpuso el PP, ante los desprecios del señor Rajoy. Navarra es la única comunidad histórica que no se plantea una revisión y actualización de su norma estatutaria, ¿cómo puede tener la vergüenza el señor Sanz de pretender encabezar una revuelta por un asunto de infraestructuras si no se preocupa de desarrollar nuestros instrumentos de autogobierno? Hace año y medio que no se convoca la Junta de Transferencias y la Policía Foral sigue pendiente del traspaso de la competencia de tráfico desde 1982. El autogobierno es sólo una excusa para la derecha cuando quiere escenificar desencuentros, pero no le interesa realmente. La mayor demostración es su idea de supresión de la Disposición Transitoria 4ª, el blindaje de Navarra, con la que pone de manifiesto su temor a la capacidad de decisión de los navarros, y ante ello está dispuesta a sacrificar un derecho democrático y de soberanía.

¿Cuales prevé que serán los ejes de la política foral en el año entrante?

2006 debe servir para sentar las bases del cambio político en Navarra. Se debe vislumbrar con claridad la posibilidad de constituir ese gobierno alternativo a UPN que desea la mayoría social de nuestra Comunidad. Y en este objetivo, el Partido Socialista tiene una responsabilidad fundamental como primer partido de la oposición en este momento. Si el PSN no toma ejemplo de sus homólogos en Cataluña y Galicia, y clarifica sus prioridades políticas y su estrategia en este año y medio que queda para las elecciones, la sociedad navarra difícilmente va a creer que puedan contribuir al cambio. Los acuerdos de gobierno entre fuerzas ideológicamente diversas y con distinta visión de país son normales en democracia. Pero si el PSN cede al chantaje de la derecha, Navarra tendrá UPN para largo. Desde luego, EA no está por esta labor, por eso aspiramos a que Nafarroa Bai obtenga la máxima representación e impulse el cambio de gobierno y de la forma de hacer política en esta Comunidad.

¿Cómo valora el auto del TSJN que anula la concesión de licencias de FM de 1998?

La decisión de excluir a Euskalerria Irratia del concurso de concesión de licencias de emisión de 1998 fue una decisión del Ejecutivo de UPN notoriamente política por tratarse de un medio que emitía íntegramente en euskera, frente al que se primó a otros proyectos que consideraron más próximos. El proceso judicial ha ratificado la existencia de importantes irregularidades que evidencian que el concurso estuvo presidido por la arbitrariedad y las decisiones que se tomaron estaban totalmente predeterminadas. Es patético que ante una sentencia en firme que confirma la chapuza de su gestión en este asunto, el Gobierno de UPN se empeñe en intentar presentarla como un éxito. Lamentable.
Fuente: Maiorga Ramirez