Llegamos al final de la primera legislatura en un cuarto de siglo en la que el PNV ha gestionado el Ayuntamiento de Amurrio. Como cada cuatro años, llegan los nervios cuando quien se presenta a revalidar el Gobierno municipal sabe que el trabajo realizado deja mucho que desear. El buzoneo recientemente realizado por el PNV para explicar las bondades de su gestión en Amurrio muestra nervios e inseguridad, ya que se basa en la manipulación de la realidad, además de confirmar la incapacidad manifiesta de hacer frente a las necesidades de la ciudadanía amurriarra.
Hay un hecho, una anécdota, que muestra la querencia del PNV por manipular la realidad para hacer creer que están haciendo mucho por Amurrio sin que sea verdad. El anterior alcalde, Pablo Isasi, llegaba al despacho a las 7.30 de la mañana y continuaba trabajando hasta las 20,00 horas. Era la forma de ser y trabajar del veterano alcalde, que puso el listón muy alto y que todos los y las amurrioarras conocemos. Así, al pasar por la plaza, veíamos la luz encendida y sabíamos que Pablo estaba trabajando. Hoy en día las luces del despacho se encienden a las 8 de la mañana, pero la actual alcaldesa llega bastante más tarde. ¿Alguien pretende demostrar lo que no es?
Pero lo que hay que juzgar son los hechos, y a eso es difícil ponerle luz si no la tiene. Y hay varios ejemplos. En el ambulatorio, del que en el buzoneo del PNV se dice que “la oposición política con Bildu a la cabeza se cierra en banda a permitir construir un nuevo Centro de Salud….”, la alcaldesa y su equipo se han limitado a aceptar un proyecto del Gobierno vasco lo suficientemente a tiempo de sacarse la foto antes de las elecciones: un edificio bonito que no va a acoger los servicios que precisa Amurrio.
EH Bildu sin embargo, insiste en hacer un ambulatorio que responda a las necesidades del municipio y la cuadrilla, ampliando el servicio de ginecología y estableciendo el de planificación familiar y pediatría de urgencias; e insiste en ofrecer a los vecinos y vecinas de Amurrio un proceso para participar en su diseño porque ¿quién mejor que las personas usuarias para definir lo que debe ser una infraestructura tan importante?
Segundo ejemplo: la variante de Saratxo. Si volvemos al buzoneo, el PNV alardea de su defensa de la urgente necesidad de mejorar la carretera que une Amurrio con Orduña y critica el proyecto de la Diputación Foral de Araba (que a nosotros tampoco nos gusta). Sin embargo, se le olvida decir que sus compañeros de la Diputación de Araba dejaron pasar la anterior legislatura entera sin hacer caso a dicha reivindicación y no fueron capaces de ejecutar ni un solo metro de esa carretera tercermundista y peligrosa.
Tercer ejemplo: Saneamiento del Nervión. El partido de la alcaldesa de Amurrio, afirma que ”el Gobierno Vasco ha logrado algo tan importante como el compromiso del Gobierno del Estado para incorporar una partida económica para esta obra”. Es decir, presume de que gracias a los esfuerzos de sus compañeros en el Congreso, Madrid va a iniciar las obras de saneamiento. Pero ese esfuerzo ha dado sus frutos 21 años tarde. 21 años en los que el PNV ha mercadeado con el Gobierno español de turno que necesitaba asegurarse sus votos en los Presupuestos Generales del Estado y en los que las obras de Aiara nunca han sido prioritarias, a juzgar por los retrasos acumulados. Y si el Gobierno vasco va a destinar 2,5 millones a la compra de terrenos para estas obras es porque tiene obligación de hacerlo, no porque el PNV esté regalando nada a Amurrio.
Encendiendo la luz de un despacho se puede crear la ilusión de que hay alguien dentro trabajando. Pero en la gestión diaria de un Ayuntamiento como el de Amurrio, o se trabaja de verdad o los resultados son los que sacan a la luz las carencias. Y eso es lo que temen la señora alcaldesa y el PNV.
Txutxi Salutregi, coordinador de Eusko Alkartasuna en Amurrio