La diputada de EA en el Congreso, Begoña Lasagabaster, ha considerado que el Tratado para la Constitución europea podía haber sido “mucho más ambicioso” en el papel que la Unión Europea tiene como “agente activo de la paz y prevención diplomática y pacífica de conflictos”. Criticó que el texto contiene “conceptos que inducen a una preocupación de garantías de derechos internacionales”.

Lasagabaster hizo estas declaraciones en Irun, en el marco le las numerosas conferencias que Eusko Alkartasuna ha organizado para pedir el “NO” al Tratado Constitucional que se votará este domingo. Han sido numerosos los afiliados y simpatizantes que se han acercado hasta allí para arropar a la diputada.

La dirigente de EA afirmó que defender un proyecto de integración europea “no necesita necesariamente decir sí a este Tratado”. “Al contrario, un verdadero proyecto de integración europeo supone ser muy crítico y no estar de acuerdo en determinados elementos de este Tratado”, señaló.

En ese sentido, criticó el “marketing” y la “propaganda” realizada por los partidos a favor de este proyecto, al señalar que “decir que ‘sí’ al tratado es ser pro integración europea y el ‘no’ no lo es”. “Eso no es real”, dijo, para aclarar que “EA es muy pro-europeísta”.

Respecto al contenido del Tratado de la Constitución europea, denunció que “no recoge la Europa real, en la que no sólo hay ciudadanos y estados, sino también naciones y pueblos con su propia estructura jurídico política, que no aparecen en ninguna parte como reconocidas a la hora de participar en el proyecto de integración europea”.
Asimismo, dijo que cuando el Tratado habla sobre “protección de la cultura europea” y de “la unidad en la diversidad cultural y lingüística”, a su juicio, existen “jerarquías, en la medida que los niveles de protección de las culturas y lenguas difieren en función de si una cultura es de un Estado es o no oficial”.

Lasagabaster denunció que el texto carece de “garantías suficientes parlamentarias y judiciales en el control de actuaciones de Gobierno”.
En ese sentido, explicó que, aunque el Parlamento europeo amplía sus competencias, hay temas de “gran sensibilidad” como en la intervención en estados miembros por razón de amenazas, en los que “el Parlamento no tiene nada que decir, simplemente informa”. “En intervenciones que, incluso, pueden llegar a ser militares internamente en los estados, el Parlamento no tiene capacidad de decir nada”, advirtió.

En la misma línea, indicó que el Tribunal de Justicia “también tiene dificultades en materias sensibles para poder analizar y evaluar si determinadas actuaciones son correctas o no en función de derechos fundamentales”.

Por último, criticó que hay “un predominio muy claro del mercado”, mientras que “no se establece nivel de convergencia suficiente en materia social”, cuando sí se hacen en materia financiera y económica.

Fuente: Begoña Lasagabaster