Prof. Cesar Arrondo El día 27 de septiembre, tres amigos de la diáspora vasca, tuvimos el privilegio de asistir al pleno de política general, que tuvo lugar en el Parlamento Vasco. En dicha sesión plenaria, el Lehendakari Ibarretxe propuso avanzar sobre el marco jurídico actual del país vasco.

A nadie le es ajeno, a esta altura, de que el Estatuto de Autonomía firmado hace 23 años, y no cumplimentado por parte del estado español, se encuentra en estado vegetativo, y con segura sentencia de muerte. Ante la situación antes planteada, el tripartito gobernante (Partido Nacionalista Vasco, Eusko Alkartasuna; e Izquierda Unida), proponen avanzar hacia formas de mayor autodeterminación para el pueblo vasco, haciendo hincapié en la integridad histórica de Euskalherría, donde serán las ciudadanas y ciudadanos de los siete territorios históricos, los artífices de las nuevas formas de autogobierno, de vinculación entre ellos, y con el resto del mundo.

La propuesta de un ´Nuevo Pacto´, constituye un importante avance de cara a las pretensiones de autogobierno del pueblo vasco. El mismo está enmarcado en los derechos que le asisten a las naciones sin estado, que son una realidad tangible en el actual espacio europeo.

Es importante superar esta faz estaturia, tomando como referencia el principio de autodeterminación, derecho de todas las naciones, y muy a pesar de las infelices afirmaciones del representante del Partido Socialista de Euskadi, (PSE), don Patxi López, el pueblo vasco es una de ellas, con unos 7000 años de rica historia, y no de involución, o letargo como fue su ligera conclusión histórica en el pleno. También el pueblo vasco posee un idioma muy singular, como el Euskera, al cual López no debería desconocer, o negar. Otra es la situación del parlamentario Jaime Mayor Oreja, del Partido Popular, quien nunca ha tenido la delicadeza de tomar contacto con el idioma vasco, negando inclusive todo rasgo de la cultura de Euskalherría.
El presidente español, José María Aznar, ha manifestado que España es una Nación indivisible, donde de la mano de la Constitución, se defenderá dicha unidad. Menos afortunadas resultan las provocaciones e insultos hacia la figura del Lehendakari Ibarretxe, al cual se lo intenta alinear con ETA, o se lo acusa de balcanizar el país vasco.

¿No será que la península ibérica está transitando por un proceso de lógica disgregación, ya que en su conformación nacional, no se tuvo en cuenta la diversidad de los territorios unificados bajo el nombre de España?.

Por mas que se enarbole una bandera roja y amarilla de grandes proporciones en Madrid, esta no servirá para arropar la totalidad de las almas que palpitan en esa península europea, no se puede imponer, como lo quisieron hacer algunos grupos étnicos en los Balcanes la uniformidad, donde existe y existirá, la diversidad cultural y nacional.

En definitiva, lo que propone el gobierno vasco, es una posibilidad de avanzar en pos de la vigencia de los derechos históricos del pueblo vasco, y la decisión soberana del futuro de esta Nación, es potestad de las ciudadanas y ciudadanos vascos, para lo cual, será imprescindible escuchar la voz del pueblo.

Fuente: César Arrondo