Entrevista en Diario de Noticias de Alava En un hueco dentro de su agitada agenda, el consejero de Justicia reflexiona en voz alta sobre el presente y futuro de Euskadi. Sus palabras transmiten optimismo, pese a las ´piedras en el camino´ que los agentes implicados en la normalización política han tratado de sortear hasta ahora. Una de las metas de este camino es la mesa de partidos, aunque para cuando el foro se reúna, la experiencia le dice a Azkarraga que los deberes ya estarán ´prácticamente´ hechos.

¿Queda mucho por pactar o realmente ya existen acuerdos que engloban los aspectos más importantes del proceso?

Queda mucho, otra cosa es que haya voluntad de agilizar el proceso. Muchos partidos coincidimos en aspectos básicos pero aún queda camino por recorrer y dificultades que sortear.

El viernes se reunieron con Batasuna en un nuevo encuentro por encauzar futuros acuerdos para alcanzar la normalización política. ¿Qué conclusiones extrajo de esta reunión?

Llevamos hablando mucho tiempo con todos los partidos para ver si es posible acordar la puesta en marcha de la mesa de partidos antes de que finalice el año, en otoño. Hemos visto que con Batasuna es posible avanzar y creo que es importante alcanzar un acuerdo previo entre las fuerzas abertzales, aunque sea de mínimos. Espero que el PNV también esté por la misma labor para luego debatir entre todos.

Cada nuevo encuentro con Batasuna vuelve a sacar a la luz su situación de ilegalización. ¿Ve cercana la solución?

La solución es la derogación de la Ley de Partidos. No es una ley para un conjunto de partidos políticos, sino una norma creada ad hoc para ilegalizar una fuerza política. Si no se deroga esa ley, aunque Batasuna cambie de siglas siempre se estará al albur de la decisión que pueda adoptar un determinado juez. Eso no quiere decir que los jueces lo hagan todo mal, pero siempre hay alguno que otro que intenta actuar desde intereses políticos.

Pero entre las decisiones adoptadas por el PSOE en el proceso nunca se ha planteado la posibilidad de derogar la ley…

Me imagino que será duro reconocer los errores cometidos y éste lo cometieron de la mano del Partido Popular. Rectificar siempre cuesta, pero desde el punto de vista democrático no pensamos que exista otra solución. Además, cuanto antes se haga mejor, porque si el PSOE mantiene su tesis de no sentarse en la mesa con una formación ilegalizada estaremos dando vueltas a este tema durante muchos meses.

A ustedes no les convence la creación de una nueva marca electoral por la falta de garantías de continuidad y al PP le parece un engaño. ¿A quién le conviene?

Se puede crear la nueva marca y mantener las mismas caras en el partido, lo que supongo que estará pensado con buena voluntad por parte del Gobierno, pero un juez puede determinar que es la continuidad de la Batasuna ilegalizada. En cuanto al rechazo del PP, dudo de que en la situación que estamos, con una tregua que espero sea indefinida, plantear la exigencia del perdón o de la condena sirva para algo. Yo, por lo menos, no soy partícipe de esas exigencias.

Patxi López, en cambio, matizó ayer que sin el regreso a la legalidad no habrá nuevas reuniones con Otegi. ¿Quiere decir que el PSE sabe que la vuelta a la legalidad de Batasuna es inminente?

Para Patxi López es muy difícil negar que hasta ahora se habían mantenido contactos secretos con Batasuna. Creo que es una declaración de cara a la galería y a su propio electorado, porque todavía están con el síndrome del PP. Andan con cierta cautela para anunciar que se reúnen con Batasuna, pero él (López) sabe que lo que está diciendo es falso.

¿Qué destacaría del encuentro entre estas dos formaciones?

Una cosa es lo que se transmite públicamente y otra sobre lo que se habla. De lo que conocemos, lo más sorprendente es la declaración de Patxi López que mencionábamos, pero insisto en que creo que está obligado a decirlo.

EA apuesta por la mesa multipartita para avanzar en la normalización política, al igual que la mayoría de las formaciones. Falta por concretar cuándo se pondrá en marcha y quiénes se sentarán en ella.

En septiembre u octubre deben estar fijadas, por los menos, la metodología, el contenido y la forma de abordar los temas. Pero la experiencia me dice que a la mesa se va a llegar con acuerdos más bien cerrados, porque una cosa es la escenificación de la mesa y otra toda la labor que se va a realizar en estos meses. Si recordamos la amnistía de hace 30 años, fue aprobada por el Parlamento pero se debatió fuera del Parlamento. Lo mismo ocurrió con las discusiones del Estatuto.

Otro socio del tripartito, EB, ha propuesto que se cree una comisión preparatoria previa a la mesa. ¿Considera que es necesaria?

Ya se está haciendo ese trabajo y todavía queda tiempo para conformar lo que puede ser el modelo funcional.

Usted ha sido muy crítico con las decisiones de algunos jueces desde que ETA decretó el alto el fuego, incluso ha ligado estas resoluciones a intereses políticos.

El PP perdió las elecciones hace dos años pero sus tentáculos siguen en algunos órganos de poder y de decisión del Estado y uno de ellos es el Poder Judicial. El ejemplo de un Consejo General del Poder Judicial absolutamente bloqueado entre dos sectores, el conservador y el progresista, es todo un ejemplo de lo que no se debe hacer desde el punto de vista de la credibilidad de la Justicia. Y ahí está el PP, con un intento constante de manipulación de las actuaciones judiciales, con la politización de la Justicia. Luego eso tiene una derivación en casos concretos, como la admisión a trámite de la querella contra el lehendakari por el gravísimo delito de hablar con todos para ver si se puede avanzar en el proceso de paz, algo totalmente absurdo.

¿Qué espera de la vuelta del juez Garzón a la Audiencia Nacional?

Pues cualquier cosa, la verdad. Ahora parece que todos ponemos a Garzón en un altar como adalid de la paz, cuando no hay que olvidar que algunos de los mayores problemas que todavía estamos soportando en este país son fruto de sus actuaciones. No obstante, espero que la decisión adoptada permitiendo el encuentro entre PSE y Batasuna esté en la línea de las decisiones futuras, teniendo en cuenta el contexto político y social de este país. Lo espero, pero no me fío nada.

¿Cree que el papel de la judicatura puede resultar determinante en el proceso de paz?

Cada vez menos. Sí ha sido negativo en sus inicios, pero creo que el proceso está calando tan profundamente en la sociedad vasca y también en la española que por muchas actuaciones judiciales perturbadoras que se pueda producir, va a ser más importante la decisión de la ciudadanía. Siempre habrá dientes de sierra para que se paralice el proceso, pero serán piedras en el camino que se superarán.

El auto de Garzón permite un encuentro con Batasuna, mientras el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco admite la querella contra Ibarretxe por hacer lo mismo. ¿Cómo explica esta aparente contradicción?

Precisamente el Gobierno ha remitido al Tribunal Superior al auto de Garzón para que tome nota de cómo con la misma ley hay un juez que toma una decisión y otro que decide lo contrario. Pero es tanta la hipocresía que se ve en determinadas actuaciones que resulta delictivo y perseguible reunirse con Batasuna y en cambio todos asumimos que es necesario hablar con ETA. Si hubiera que perseguir en escala ese tipo de actuaciones, los que se reunieron con ETA en Zurich por orden del señor Aznar deberían estar en Guantánamo.

¿Existen los jueces estrella?¿Hay afán de protagonismo en la judicatura?

Entre algunos sí. No olvidemos que cada vez que el juez Garzón se ha dedicado a un proceso determinado sobre algún tema importante después ha escrito un libro. Es un detalle para tener en cuenta cuál es la credibilidad de ese tipo de jueces. El señor Grande-Marlaska también ha demostrado un gran afán de protagonismo, con decisiones difícilmente comprensibles como ir a Bilbao para tomar declaración a un relevante dirigente del PNV. Me parece un flaco servicio a la justicia. La inmensa mayoría de los jueces y fiscales es gente muy profesional, pero lo que sale a la luz pública son estas actuaciones estridentes.

¿Cómo vivió la imputación de Gorka Agirre por un presunto delito de colaboración con el aparato extorsionador de ETA?

Pongo la mano en el fuego, el cuello y lo que haga falta por la credibilidad y la inocencia de Gorka Agirre. Su condena sería un hecho tremendamente injusto. Pero es que todo el caso resulta increíble, porque, ¿quién es el responsable de las filtraciones a un medio de comunicación que se están haciendo de un sumario supuestamente secreto? La responsabilidad la tiene la Audiencia Nacional y dentro de este tribunal, el juez Grande-Marlaska. La filtración supone una actuación delictiva de la Audiencia Nacional y el Consejo General del Poder Judicial no puede mirar hacia otro lado.

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´María San Gil conoce bien la historia de Hitler y Franco; posiblemente no esté muy alejada de sus posicionamientos´

Sin perder de vista las alternativas para avanzar en todos los aspectos del proceso de paz, el dirigente de EA desvía momentáneamente su atención para valorar la postura del PP respecto a los nuevos pasos acometidos en este camino por las restantes fuerzas políticas. La incomprensión de Azkarraga se torna en silencio cuando se le pregunta por el futuro electoral -en coalición o en solitario- de EA. Se ciñe al discurso de su partido: ´sin novedad hasta septiembre´.

La presidenta del PP vasco, María San Gil, ha comparado el encuentro de López y Otegi con el que Hitler y Franco protagonizaron en Hendaya.

Ella conocería bien a Hitler y Franco, su historia. Posiblemente no esté muy alejada de sus posicionamientos. Se me hace difícil de entender ese tipo de comparaciones cuando 24 horas antes su compañero de partido Mayor Oreja y sus compañeros del PP europeo se niegan a condenar el régimen franquista.

El PP se ha estancado en una posición solitaria dentro del proceso. ¿Piensa que es posible su unión al resto de los grupos a medida que avancen los meses?

Sí, porque si no lo tienen muy mal. El PP no puede estar al margen y tengo el convencimiento de que estará.

Al margen del proceso de paz, EA y PNV decidirán dentro de dos meses si vuelven a las urnas en coalición o cada uno por su lado. ¿Qué separa ahora mismo a ambas formaciones?

Cada formación está haciendo su propia reflexión. Nosotros lo estamos haciendo con absoluta tranquilidad y estamos inmersos en un debate interno. De aquí a septiembre serán los órganos internos del partido los que decidan si se repite la coalición o no. Cualquier pronunciamiento público que yo haga a favor o en contra supondría traicionar al debate del partido, por lo que todos debemos esperar para conocer qué es lo que pasará de cara a las próximas elecciones municipales y forales.

a. abaitua noticiasdealava.com

Fuente: Joseba Azkarraga