«Aunque los jueces pertenezcan al Estado, los sentimos como propios»
«Daremos ayudas mientras haya dispersión»
Casi recién llegado a la consejería de Justicia tras el ‘baile’
de carteras propiciado por la entrada de IU en el Gobierno, Joseba Azkarraga
ha tenido que enfrentarse al primer asesinato a manos de ETA de un miembro de
la Judicatura en Euskadi. Consciente de que se encuentra en el ojo del huracán
y de que los jueces vascos miran hacia su departamento cuando reclaman el calor
de las instituciones, se le ve, no obstante, sereno y relajado. Y desliza, con
indisimulada insistencia, el mismo mensaje en casi todas sus respuestas: «Aunque
los jueces pertenezcan al Estado, los sentimos como un cuerpo propio. Han tenido,
tienen y tendrán siempre nuestro total respaldo».

-El asesinato del juez Lidón
ha convulsionado al colectivo judicial en Euskadi. ¿Qué piensa
hacer su departamento para arroparles?
-Continuar con la misma labor
que hasta ahora. No es bueno poner en duda el apoyo que desde las instituciones
vascas se ha dado a los jueces, fiscales y magistrados.
-Sin embargo, voces de la
Judicatura se han quejado de la falta de apoyo institucional.
-Lo que ocurre es que se ha creado
de manera interesada una polémica artificial entre los jueces en Euskadi
o los jueces de Euskadi, un concepto que ha acuñado, además, algún
miembro de la propia Judicatura. Es un flaco servicio a sus propios compañeros
y, sobre todo, no es real. Ambos conceptos no son incompatibles.
-Entonces, ¿les siente
como sus jueces?
-Le voy a poner un ejemplo. Mi
cartero es vasco y euskaldun pero pertenece a un cuerpo del Estado. Sin embargo,
sigue siendo mi cartero y, por lo tanto, tiene todo mi apoyo en su trabajo.
La situación con los jueces es similar. Mire, nosotros planteamos que
el Consejo General del Poder Judicial debe descentralizarse, algo que también
recoge el Libro Blanco de la Justicia del propio CGPJ. Le diré más.
Cuando hablamos de un Consejo vasco, no decimos que haya que hacerlo con jueces
diferentes, sino que deben ser los mismos pero dentro de un poder autónomo.
Algunos están intentando vender, de manera un poco burda, que queremos
un consejo nuevo, con jueces sólamente vascos. Eso no es así.
-Pero, ¿no cree que
esas reivindicaciones pueden entenderse como una deslegitimación del
colectivo?
-No podemos mezclar conceptos
políticos de autogobierno con la labor profesional de los cuerpos que
cumplen su servicio en Euskadi. Una cosa es la reivindicación política
de la descentralización, que tiene su importancia; pero mucho más
importante es el apoyo y el respeto que desde las instituciones vascas estamos
teniendo con este cuerpo. Porque, aunque pertenezca al Estado y no esté
descentralizado, lo sentimos como propio.
-¿En su partido piensan
lo mismo?
-Sin lugar a dudas. Es un planteamiento
asumido por mi partido y estoy convencido de que por el conjunto del Gobierno
vasco.
-Se lo digo porque hay ciertos
posicionamientos de EA que han chocado en la Judicatura. Por ejemplo, la participación
de sus dirigentes en manifestaciones a favor de la desobediencia civil.
-La desobediencia civil es un
planteamiento legítimo en cualquier país democrático. Otra
cosa es la forma en que se plantea y por qué temas, pero si los objetivos
son legítimos y las formas respetuosas con los poderes del Estado, en
absoluto entra en colisión con la labor de los jueces.
-En su caso, ¿el cargo
le permite defender la desobediencia?
-Sí. Absolutamente. Mire,
cuando en épocas felizmente pasadas algunos defendíamos la desobediencia
civil con respecto a la ley del servicio militar, hubo muchos jueces que, en
contra del sentir de las leyes, optaban por la absolución de aquellos
jóvenes. Gracias a Dios, entendían la desobediencia civil con
objetivos legítimos, democráticos y pacíficos, como algo
que había que defender. Por lo tanto, no estamos hablando de nada impropio
de un Gobierno democrático.
-¿Ve alguna razón
para que los jueces hayan podido sentirse desamparados?
-Sinceramente, no. El Gobierno
vasco siempre ha mantenido un respeto y un apoyo escrupulosos hacia la labor
de los jueces.
-Sin embargo, desde el nacionalismo
se ha arremetido contra los jueces que no saben euskera. Arzalluz les invitó
a cambiar de destino.
-Yo respondo por lo que yo digo.
No puedo responder por las declaraciones de otras personas.
-Bien. ¿Cree personalmente
que los magistrados que desconocen el idioma deberían ser sustituidos?
-No. Nuestro planteamiento es
diferente. El proceso de normalización avanza con lentitud y sin ningún
tipo de imposición. El euskera no se plantea como imposición sino
como mérito. Otra cosa es que queramos seguir avanzando para que cualquiera
que acuda a un juicio tenga derecho a expresarse en la lengua que prefiera,
entendiendo que el euskera es patrimonio de todos y lengua oficial. Es algo
absolutamente lógico. Lo que lamento es que por parte del Estado el euskera
se utilice como arma política arrojadiza.
-¿Puede exigirse a
los jueces lo que no se le exige a un consejero?
-A los jueces no se les exige
el conocimiento del euskera, se plantean fórmulas para avanzar en el
conocimiento del idioma, como mérito. En el caso de los políticos
del Gobierno o de los partidos que lo apoyan, todos estamos obligados moralmente
a hacer esfuerzos para poder expresarnos en euskera.
-¿De qué sirve
tener una de las Administraciones de Justicia más avanzadas si los jueces
se marchan o no se cubren las vacantes?
-Es un peligro, pero no es nuevo.
Desde nuestra responsabilidad haremos dos cosas para evitarlo: demostrarles
día a día nuestro apoyo y respaldo y potenciar las profesiones
judiciales a través de becas y promociones para animar a los universitarios
a entrar en la carrera judicial. Son iniciativas que queremos poner en marcha
en un intento de que los jueces se sientan arropados y de que la Justicia no
se convierta en un problema para los propios jueces.
-¿La Justicia está
en peligro?
-En Euskadi están en peligro
los jueces, los periodistas, los políticos… Sufrimos el acoso de
una banda terrorista que está a espaldas de la sociedad vasca, que le
exige que deje de matar y se disuelva. Como esto no lo hacen, todos somos objetivos
de ETA. Hay un peligro cierto y real y nuestra obligación es respaldar
a todos esos colectivos, también en la seguridad.
-¿No tiene la sensación
de que era previsible que, tarde o temprano, ETA acabara atentando contra un
juez vasco?
-Es lo que está en la
calle, sobre todo a raíz de las declaraciones del nuevo presidente del
CGPJ, que ha instado al Gobierno vasco a preocuparse más por la seguridad
de los jueces. Me gustaría decirle que se lleva haciendo desde hace tiempo.
También en edificios, mucho antes del atentado contra el Palacio de Justicia
de Vitoria. Quiero suponer que también está instando al Gobierno
central, porque en el Estado ha habido seis asesinatos de miembros de la Judicatura
y en Euskadi uno.
-¿Es un reproche?
-Ni muchísimo menos, porque
la responsabilidad es exclusivamente de quien asesina.
En el corto período que
lleva al frente de Justicia, Joseba Azkarraga se ha situado, en varias ocasiones,
en el centro de la polémica.
-¿Cómo le ha
sentado el cambio de cartera?
-Muy bien. Así como otros
temas de este departamento -empleo, trabajo o familia- pueden entrar más
en el ámbito de la discusión partidista, el de la Justicia debe
ser un ámbito en el que alcancemos el máximo grado de consenso.
Ese es mi objetivo.
-Pues ha estado todo el tiempo
en el candelero. Tras la ausencia de Aznar en el funeral del juez Lidón…
-No fue al funeral, pero sí
estuvo en Bilbao.
-¿Perdón?
-Lo que acabo de decirle es lo
que algunos creemos.
-En cualquier caso. Tras el
atentado, no ahorró reproches al Gobierno central.
-No podía dejar en el
aire su acusación sobre la incapacidad de las instituciones vascas para
evitar atentados. Eso es una marrullería. Si hay un atentado en Madrid,
nosotros no diremos que ha sido porque la Policía quiere, sino porque
no se ha podido evitar.
-¿Son justificables
las ayudas a Senideak?
-Absolutamente. La petición
está en regla y el gasto, justificado. Seguiremos concediendo este tipo
de ayudas mientras los presos no estén en su lugar de origen. Por cierto,
en el caso de Senideak hemos dado el 40% de lo solicitado. En el caso de Covite,
el 100%.
-Su director de Derechos Humanos
ha vuelto a ser criticado por su posicionamiento en un asunto de torturas.
-El señor Martínez
Leunda tiene todo mi apoyo. Le considero muy válido porque no hace distinciones
entre los derechos de una parte y de la otra.
OLATZ BARRIUSO VITORIA

Fuente: Eusko Alkartasuna