Entrevista en el diario DEIA Para lograr la normalización y pacificación de Euskadi, el consejero Azkarraga entiende que es «imprescindible» la participación de socialistas y la izquierda abertzale. Que se sumara el PP sería «muy importante», pero cree que, por el contrario, lo que intentará será poner palos en la rueda.

No tiene ninguna duda. Para llegar a la solución del llamado conflicto vasco, no se puede ignorar a una parte del problema «y por tanto a una parte de la solución como es Batasuna», dice el consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social Joseba Azkarraga. Insiste en que este proceso no se puede «encorsetar» con fechas y reconoce que estará lleno de dientes de sierra que habrá que superar, como la imputación por pertenencia a ETA a miembros de EHAK y LAB. «La etapa de la politización de la Justicia debe ser superada porque es tiempo de diálogo para la superación del conflicto», subraya.

Parece que Batasuna trae en setiembre un mensaje más conciliador que en agosto. Esta semana, Otegi decía que una mesa de diálogo resolutivo debe darse fuera de un clima de enfrentamiento armado por parte de ETA y del Gobierno español… ¿a qué cree que obedecen estos vaivenes?

Nada tiene que ver la proclamación de Anoeta, muy interesante y que todos saludamos como una apertura, con el intento de órdago al propio Ejecutivo vasco con la manifestación de Donostia. Hay una serie de contradicciones que Batasuna tendrá que ir clarificando. Es poco compatible amenazas a ediles con discursos de mano tendida, que es una especie de señuelo ante su propia gente.

¿Qué contesta a esa reclamación de los escaños de Batasuna en ayuntamientos y diputaciones?

Que la legitimidad de esos escaños está en quien los tiene. Y ésto no quita para que sea clara nuestra condena y rechazo explícito a una Ley de Partidos que ilegaliza ilegítimamente opciones políticas determinadas. Además, se les han ofertado fórmulas de participación en los ayuntamientos hasta que pasen este tipo de situaciones y no han aceptado.

Del otro lado, el juez Grande Marlaska ha imputado por pertenencia a ETA a miembros de EHAK y LAB
¿cómo valora esta decisión?

Desde el respeto a la decisión judicial y en acuerdo con lo que la Fiscalía ha venido manteniendo sobre este tema, digo que no es bueno volver a repetir los errores del pasado. La etapa de la judicialización de la política y de la politización de la Justicia debe ser superada porque es el tiempo del diálogo para la superación de los conflictos. EHAK es un partido legal que ha obtenido una importante representación parlamentaria que debe ser respetada. Y Marlaska no puede estar por encima de la voluntad popular expresada en las urnas.

¿Quién tiene que mover ahora ficha?

Todos tenemos que movernos para poder hablar. Y aquí entramos en la polémica de este verano sobre qué es antes, si el cese de la violencia o el inicio de las conversaciones, y ésta es una dinámica perversa.

¿E interesada?

Posiblemente y quizá también por parte de algunos medios de comunicación de tratar de transmitir ciertas contradicciones que creo que no existen. Cuando planteamos que no hay que poner exigencias previas nos referimos a ese inicio del proceso discreto de la discusión. Y es en el segundo proceso, en el resolutivo, y lo ha dicho el lehendakari, Otegi y nosotros, donde sí que hay que acordar asuntos.

¿Qué mínimos tendrían esos acuerdos?

Creo que puedo hablar como Gobierno y al respecto digo que no iríamos a una mesa de partidos si previamente no hay un acuerdo sobre la territorialidad ó el derecho de autodeterminación y tampoco si ETA no asume que tiene que desaparecer. En ese caso, no pasaremos a la fase resolutiva porque ¿para qué?. Y nosotros no podemos crear falsas expectativas a la sociedad vasca.

¿Es imprescindible la participación de todos los partidos para lograr la normalización y pacificación?

Yo diría que es muy importante que todos estén y que es imprescindible que estén Batasuna y el Partido Socialista. El problema es que si el PP no está, y creo que va a jugar a no estar, el Partido Socialista se pueda ver mediatizado por la ausencia de los ‘populares’. El Partido Socialista no mira tanto a nuestro país sino mira fundamentalmente a la posibilidad de mantener el poder en el Estado. A día de hoy, yo tengo dudas de que el PP quiera participar. Y eso es intentar ocultar el problema. Tu no puedes ignorar a una parte del problema y que tiene también una parte de la solución. Y lo que se logrará es agudizar más la situación de confrontación.

¿A qué se puede deber el inmovilismo del PP?

Es más una política de confrontación con el Partido Socialista a nivel estatal. Esa es la utilización malsana que se hace de la existencia de la violencia. A algunos les viene bien porque tienen un instrumento para poder seguir haciendo política, si política se puede llamar a eso. ¿Qué va a defender la señora San Gil o cualquiera de los miembros del PP el día que no haya violencia? ¿de qué van a hablar? Su único argumento y discurso es la violencia, violencia que lleva dos años sin víctimas mortales.

A propósito, ¿qué espera de la reunión Zapatero-Rajoy?

Me imagino que Rajoy pedirá un pacto para intentar retomar la Ley Antiterrorista. Más de lo mismo: querer impedir que se den los pasos, aunque sean tímidos, en la búsqueda de una posible solución. Yo creo que al Partido Popular no le interesa estar en un proceso de esas características. La oposición que está haciendo la va a hacer fundamentalmente teniendo como referencia la situación política vasca y posiblemente la catalana. Pero yo espero que Zapatero no caiga en ese error.

En todo caso, ¿es bueno o es malo poner fechas?

Sería malo encorsetarnos en unas fechas predeterminadas. Por lo tanto, no hay exigencias previas en la fase inicial, pero la resolutiva tiene que venir precedida prácticamente de acuerdo.

¿Cómo ve que se haya recurrido desde el Consejo General del Poder Judicial la posibilidad de que Ibarretxe se entreviste con Batasuna?

Es una barbaridad. O dicho miembro no sabe dónde vive y cree que la solución a los problemas se puede dar ignorando a una parte del problema y por lo tanto a una parte de la solución, como es Batasuna, o lo que sería más grave, que junto con otras personas de este país, esté muy interesado en que el conflicto perdure.

¿A qué se refiere?

Hay mucha gente a quien no le interesa políticamente que el conflicto finalice, hay muchos intereses en juego. Son sectores eminentemente conservadores y que les preocupa mucho más la posibilidad de que aquí exista un nacionalismo democrático fuerte y que reivindique los derechos de este pueblo que la propia ETA. Y es que la existencia del terrorismo, en ocasiones, les permite presentar al nacionalismo como todo uno, y al terrorismo como sinónimo de nacionalismo.

¿Quién cree en concreto que está interesado en que el conflicto perdure?

Yo no diría que el Partido Popular como partido. Diría que hay sectores determinados, los más ultras, que en ocasiones han posibilitado un fortalecimiento de ETA con algún atentado. Existen, en cualquier país y también están en España.

De todas formas, dicho proceso de solución que ahora se abre ¿cree que es irreversible?

Recuerdo que con el proceso de Argel también se habló de irreversibilidad… Por tanto, creo que más que irreversible es imparable, que va a tener cortes y cantidad de problemas que superar. Pero hay muchos factores que a mí, me inclinan a pensar que estamos en el buen camino. ETA no mata desde mayo del 2003, luego está la declaración de Anoeta y también la propia decisión de ETA.

¿Entiende que ETA tiene una decisión adoptada?

Sí. Yo no creo que ETA no mata porque no puede. Atentar es fácil, si quisiera, podría seguir produciendo mucho daño. Para mí, ha decidido practicar una actuación de baja intensidad porque tiene la convicción de que hay que caminar hacia procesos de finalización de la violencia.

¿Y esa presunta nueva remesa de cartas de chantaje de ETA a empresarios?

Insisto en la misma idea.

¿Qué podría moverse en ETA si ahora el Gobierno español decide el acercamiento de los presos?

El alejamiento de los presos legalmente es una barbaridad y luego hay una actitud vengativa porque afecta, sobre todo, a los familiares, sin responsabilidad penal. Por tanto, una política de acercamiento, una humanización, sin duda, solucionaría una parte del problema. Sería uno de los gestos que el Gobierno español debiera realizar si quiere demostrar que tiene voluntad de avanzar en este proceso.

¿Es optimista al respecto?

Tengo dudas de la voluntad del PSOE.

Elena Ferreira deia.net

Fuente: Joseba Azkarraga