Carlos Garaikoetxea El lehendakari Carlos Garaikoetxea, en una entrevista concedida a ‘El Diario Vasco’, destaca que “Zapatero debe jugar con arrojo todas las bazas, empezando por la de los mediadores”.

A Carlos Garaikoetxea también le hubiera gustado poder escuchar el lunes «un adiós definitivo e irreversible de ETA», pero prefiere ser realista y entiende que la despedida no llegará «sin marcar un compás de espera para la resolución de asuntos pendientes». El ex lehendakari y fundador de EA cree que hay que esperar «un final compartido por el dúo Batasuna-ETA», aunque requiera dosis de paciencia por parte de todos.

- ¿Esperaba algo más del tan anunciado comunicado de ETA?
- Naturalmente me hubiera gustado que en él se contuviera el adiós definitivo e irreversible a 50 años de lucha armada, pero hay que ser realista: ni en éste, ni en otros conflictos similares, este adiós se produce en un solo acto y sin marcar un cierto compás de espera para la resolución de asuntos pendientes, aunque sean de los llamados técnicos, empezando por la propia verificación y el ‘plácet’ de todas las partes involucradas.

- ¿Es histórico como dice la ilegalizada Batasuna?

- Hay casi siempre cierta inflación del lenguaje al emplear el término histórico. Pero si el tándem ETA-Batasuna materializan lo que han dicho hasta hoy, sí estaremos ante un cambio histórico.

- ¿Cree que cumple suficientemente las exigencias del Acuerdo de Gernika?
- Francamente sí. El reproche de no mencionar el término ‘unilateral’ me parece poco comprensible, si no es por singularizarse con un plus de severidad. ¿Cómo no va a ser unilateral una decisión de cese ‘general’, permanente y verificable por parte de ETA, mientras sus militantes eran detenidos al día siguiente y otros son juzgados con la máxima severidad, y sometidos a una política penitenciaria cuestionable desde la propia legalidad española?

- De la valoración positiva que ha hecho EA se puede pensar que esta formación quizás no es demasiado exigente con ETA como parece que sí lo es, por ejemplo, Aralar.
- EA no puede recibir lecciones de exigencia de Aralar, ¡porque jamás ha estado comprometido con estrategias violentas, y además, por principios éticos, no sólo por oportunidad estratégica! Por eso no tiene que borrar su pasado añadiendo un plus de severidad que le redima de responsabilidades pasadas en la propia dirección del MNLV.

- ¿Qué les dice a quienes lo valoran como insuficiente?
- Los hay por razones muy diferentes. Es muy comprensible en las víctimas, no tanto en partidos con responsabilidades de gobierno, aunque sea obligado ese tono oficialista de rigor, mientras, quizás, se aprestan ya a ‘tomar la temperatura’, incluso a negociar directa o indirectamente esa fase final de los conflictos. Y resulta incomprensible en quienes quieren ser más papistas que el papa habiendo protagonizado directamente la complejidad del conflicto en el pasado.

- Expertos en comunicados creen que tiene bastantes similitudes con el texto de marzo de 2006.
- Sí, aquí se habla de verificación, es unilateral y el dúo Batasuna-ETA marca un contexto nuevo y decisivo. Por lo demás, el hecho de apuntar a determinados objetivos, entendidos como condiciones a tutelar por ETA, puede entenderse como la retórica obligada de quien va a su actividad; pero encomienda a las fuerzas políticas y sociales tal labor. No suele haber finales sin cierta retórica autoreivindicativa, por otra parte comprensible.

- ¿Por qué no han sido capaces de hacer un anuncio definitivo de abandono de las armas?

- No es realista esperar ese anuncio, aunque resulte lógica su exigencia en el lenguaje políticamente correcto y oficialista, antes de que se arreglen algunos de esos asuntos llamados ‘técnicos’. No sólo aspectos como la verificación (en Irlanda se constituyeron trabajosamente dos comisiones, de verificación y desarme), sino pasos que el Estado puede y debe dar para propiciar el final, como por ejemplo, la cuestión penitenciaria, o el cauce político e institucional para la base social del MNLV.

- ¿Es la división en ETA la que impide ese paso?
- Yo no conozco las entretelas de ETA en este momento, pero sin duda cancelar un ciclo de 50 años tiene que ser algo muy controvertido.

- ¿Qué hace falta que ocurra para que llegue ese abandono definitivo?
- Que maduren esos flecos pendientes, que Batasuna siga en una línea de exigencia y que el Estado se mueva, aunque diga lo que tenga que decir mirando al tendido.

- Ahora la pelota está en el tejado de la izquierda abertzale. ¿Deben sacar pecho y demostrar que son ellos los que marcan la pauta? ¿Deben dar ellos el paso decisivo que no ha dado ETA?
- Si ETA no diera pasos definitivos, ellos tendrían que dejar clara su posición disconforme, pero hay que esperar un final compartido aunque requiera dosis de paciencia por parte de todos. Al menos, cabe esperar que la espera ya no sea soportando nuevos actos de violencia.

- ¿Está convencido de que se ha acabado para siempre la violencia de ETA como asegura la izquierda abertzale?
- Estoy convencido de que se va a terminar para siempre, y que estamos en la antesala de tal situación si existe un mínimo de lucidez en las partes. Pero no hay que olvidar que en estas situaciones también hacen falta ‘hombres o mujeres de Estado’, capaces de superar presiones y visión cortoplacista.

- Sin embargo, muchos ciudadanos no se lo acaban de creer.
- Así es y no debe sorprender tras experiencias pasadas. Pero también hay muchos a los que políticamente no les interesa el cambio y la entrada en las instituciones de la izquierda abertzale, que produciría otras mayorías diferentes a las actuales.

Verificación

- ¿Sabe usted cómo se verifica un alto el fuego permanente y general?
- Es complicado, pero ya he citado el caso de Irlanda. Lo que parece necesario es el ‘plácet’ del propio Gobierno español. Y quizá no esté por la labor, al menos oficialmente. ¿Pero quién sabe lo que pasa entre bastidores? De eso también tenemos experiencias pasadas.

- ¿Confía en el papel de los mediadores?
- Sí. Hay gente seria, premios Nobel, exjefes de Estado y de Gobierno. No comprendo la ligereza con que algunos se refieren a ellos.

- El comunicado no ha allanado el terreno para que la izquierda abertzale pueda concurrir a las elecciones. ¿Cree que la ilegalizada Batasuna va a estar a la altura de las circunstancias para cumplir con la Ley de Partidos?
- Ya nos dicen en el Gobierno que eso depende de los jueces. ¿Pero qué seguridad podemos tener en que se vayan a juzgar sin prejuicios políticos unos estatutos de la exBatasuna que rechacen la violencia, si los papeles de Wikileaks nos descubrieron la actitud de algunos altos representantes de la magistratura ante las presiones de la embajada americana? ¿Van a ser menos permeables ante presiones de un Gobierno español, pongo por ejemplo? Pero me parece difícil que sean rechazados en todas las instancias.

- ¿Qué cree que deberían incluir los estatutos de esa nueva formación de la izquierda abertzale para demostrar que se aparta para siempre de la violencia?
- En los principios Mitchel, ya aceptados por la izquierda abertzale, aparece nítidamente lo que razonablemente se exigiría en cualquier Estado de Derecho.

- Si finalmente son legalizados, ¿qué planes tiene Eusko Alkartasuna para trabajar con ellos de cara al 22 de mayo?
- Eusko Alkartasuna ya está elaborando sus propias candidaturas y programas, pese al empeño de algunos en especular con lo contrario. También es cierto que ante la multiplicidad de candidaturas locales y provinciales caben, si se dan las circunstancias y condiciones exigibles, excepciones, y esta perspectiva que algunas declaraciones de dirigentes de EA han admitido implícitamente, han podido alimentar esas especulaciones. Pero EA tiene sus principios, sus programas y sus candidatos y esa será la norma.

- ¿Cómo conviviría esa apuesta con Nafarroa Bai, donde Aralar ha cerrado la puerta a la izquierda abertzale?
- Aralar ha repetido últimamente hasta la saciedad por boca de sus máximos dirigentes que nadie podrá poner vetos, ni desde dentro, ni desde fuera de Nafarroa Bai. No entiendo esa contradicción en Aralar, y mucho menos sin contar con sus socios de coalición. Si hay algún caso especial, es el de Navarra, donde se aplasta al vasquismo desde el pacto de hierro entre la derecha y la izquierda estatal, en un alarde de la tan predicada ‘transversalidad’. En todo caso, Nafarroa Bai y sus principios son imprescindibles.

- La izquierda abertzale dice que no será éste el último comunicado.

- ¡Ojalá sea el penúltimo! Pero, seriamente, eso ratifica la interpretación que hacía al principio sobre la complejidad de estos finales, que no tienen su cierre en un mero comunicado.

- ¿Habrá novedades de ETA antes de las elecciones?
- Es posible, pero sería un error de todos dar a este final connotaciones puramente electoralistas.

- ¿Cree que ha llegado el momento de que el lehendakari Patxi López lidere el fin del terrorismo?

- Por desgracia, hay que reconocer que no todas las claves están en sus manos y que por añadidura, en su caso, secundar a su jefe de filas, Zapatero, es más normal que forzarle a dar otra orientación más en línea, por ejemplo, con la de Jesús Eguiguren.

- ¿Qué debe hacer ahora el Gobierno de Rodríguez Zapatero?

- Demostrar que es un hombre de Estado y jugar con arrojo todas las bazas que tiene a su alcance, empezando por la de los mediadores internacionales. Ni Robinson, ni Reynolds, ni Hume, por citar algunos, están por la tolerancia de la violencia. Todo el mundo lo sabe.

Fuente: El Diario Vasco