Anjeles Iztueta Azkue / Consejera de Educación, Universidades e Investigación En los últimos años estamos asistiendo
a cambios estructurales, organizativos, culturales, empresariales y tecnológicos
que nos obligan a modificar nuestros hábitos, nuestros planteamientos
y estrategias de cara a un futuro que, en algunas facetas, se nos plantea confuso.

Próximamente asistiremos a la ampliación
de la Unión Europea, a la incorporación de nuevos países
que además de aportarnos la riqueza que supone la interculturalidad ofrecerán
a nuestras empresas nuevas posibilidades y aumentaran el número de consumidores
potenciales de muchos de los productos que fabricamos.
Según las previsiones, en los países
europeos a partir del año 2010 serán más las personas que
salgan del mundo productivo que las que ingresen en el mismo. Asimismo, la incorporación
de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
están generando y, al parecer, generarán cambios más importantes
que los que se produjeron con la revolución industrial.
El avance hacia una nueva sociedad del conocimiento
en la que será fundamental la adquisición y el incremento de diferentes
competencias profesionales, así como su actualización a través
del aprendizaje permanente, va a provocar que el valor de ese conocimiento adquiera
una gran importancia en el progreso de las personas, en la creación de
ventajas competitivas sostenibles para las empresas y en el desarrollo económico
de los países más avanzados.
La Comisión Europea establece que el aprendizaje
permanente es toda actividad de formación útil realizada de manera
continua que tiene por objeto mejorar las cualificaciones, los conocimientos
y las capacidades de las personas.
Desde un ámbito educativo-formativo, el
aprendizaje es un proceso acumulativo por el que las personas interiorizan información
y conocimientos cada vez más complejos que les sirven para poder abordar
con éxito nuevas y diversas situaciones sociales y profesionales.
Una de las fuentes principales que dan soporte
al aprendizaje es la Formación Profesional. Hoy, más que nunca,
es evidente el carácter estratégico de la Formación Profesional
en la preparación de las personas, en la mejora de la competitividad
de las empresas y de nuestra economía, en la adaptación de las
cualificaciones profesionales a las necesidades de nuestro entorno productivo
y en las políticas de empleo como instrumento para una mejor inserción
profesional.
En el País Vasco, la formación
profesional siempre ha tenido un arraigo notable, no debemos de olvidar que
un número importante de nuestros empresarios se han forjado en este ámbito
educativo.
Sin embargo, llegó un momento en el que
se hizo necesario plantear cambios drásticos que dieran una respuesta
eficaz a las necesidades formativas de los diferentes sectores productivos.
Nuestras empresas han necesitado emprender procesos de cambio que les exigen
flexibilizar sus estructuras para adaptarse a la rápida evolución
de los sistemas de producción. Los retos de hoy y del mañana están
obligando a las empresas a dotarse de nuevos modelos de gestión y funcionamiento,
investigar e innovar para mejorar productos o fabricar otros nuevos, invertir
en equipamientos más modernos, en nuevas tecnologías, en formación,
implantar procesos avanzados de gestión de la calidad y apostar por modelos
de organización basados en la participación, en la mayor responsabilidad,
autonomía y capacidad de decisión a los trabajadores.
En paralelo a todo esto, la Formación
Profesional del País Vasco también ha evolucionado, avanzando
en la implantación de un modelo ágil, más flexible y abierto
en el que la formación se concibe como algo integral y cercano, adaptado
a las necesidades de las empresas y de las personas, y con una calidad contrastada
que garantiza eficacia y resultados.
La aprobación en 1997 del Plan Vasco de
Formación profesional, supuso el impulso decidido del Gobierno Vasco
a una formación que se concebía como esencial y prioritaria para
nuestra economía, para nuestras empresas, para la mejora del empleo y
para del bienestar de nuestra sociedad. Este plan de formación profesional
ha hecho que trabajáramos en base a tres ejes fundamentales, la calidad,
la innovación, y la puesta en marcha de un sistema integrado de cualificaciones
profesionales. En la actualidad, tres centros de formación profesional
han conseguido la Q de plata, es decir, los 400 puntos EFQM, 26 han obtenido
la ISO 9002, y otros 21 centros estén en el proceso para conseguir o
bien la ISO, o bien los 300 puntos EFQM. Esto nos sitúa a la cabeza de
Europa en lo que se refiere al número de centros de formación
profesional certificados, por número de habitantes y extensión.

Trabajamos la innovación, inculcando la
cultura emprendedora entre nuestro alumnado, diseñando proyectos empresariales,
microempresas en los propios centros de formación profesional, aplicando
nuevos modelos de gestión con los que queremos mejorar la organización,
el funcionamiento, y la eficacia de nuestros centros.
Con la puesta en marcha de un Sistema de Cualificaciones
Profesionales estamos consiguiendo que la Formación Profesional se proyecte
como un algo integrado, con objetivos comunes, con un mismo referente profesional
en el que podamos identificar qué profesionales son y van a ser necesarios
en las empresas y cómo se puede conseguir esa profesionalidad. La Formación
Profesional del País Vasco ha optado por un modelo flexible en el que
se certifican los aprendizajes formales, los no formales, e informales para
motivar y mejorar la formación de las personas, orientar su evolución
profesional y vincular las necesidades de las empresas con la competencia de
sus trabajadores.
Nuestra intención es consensuar y armonizar
dentro del desarrollo empresarial lo que una persona debe de hacer y lo que
debe aprender para estar al día, para estar reciclada y, de esa manera,
ser capaz de evolucionar a la velocidad con la que avanzan los sectores productivos.

Ante una economía globalizada, cambiante,
y competitiva, nuestro mayor reto es adaptarnos y para ello la formación
profesional se ha convertido en herramienta fundamental. Con el esfuerzo y excelente
trabajo realizado por nuestros centros y profesorado, con la magnífica
relación existente entre estos centros y las empresas de su entorno,
con el apoyo de los agentes sociales, y con el trabajo coordinado de las instituciones
vascas, estamos consiguiendo dotar a nuestra formación profesional de
un elevadísimo nivel de prestigio y calidad en el ámbito europeo.
Son numerosas las consultas, peticiones de documentación e información
así como las visitas, técnicas y políticas, interesándose
por las características de la Formación Profesional que se desarrolla
en nuestra Comunidad Autónoma.
Nos quedan muchas cosas por hacer, bastantes
procesos que mejorar, pero nuestro objetivo es y será consolidar, progresar
en la mejora continua de todo el sistema de formación profesional.
La educación es imprescindible para el
avance económico, social y político de un pueblo, por eso creemos
que aprender, flexibilizar y cooperar son conceptos, necesidades básicas
para un País Vasco moderno, innovador y eficaz.

Fuente: Eusko Alkartasuna