Eusko Alkartasuna manifiesta tras la detención de Josu Urrutikoetxea en Saboya:

- Es preciso garantizar todos los derechos de Josu Urrutikoetxea, humanos y jurídicos, asegurando un juicio que difícilmente será justo si es entregado a la politizada justicia española. Cabe recordar que Urrutikoetxea quedó en libertad a finales de los 90, huyó de Euskal Herria tras unas imputaciones que, si bien eran graves, también parecían construidas en la ingeniería judicial de la Audiencia Nacional, y ha trabajado para impulsar la disolución de ETA.

- Decepciona comprobar que el Estado español (en esta ocasión de manos del PSOE, pero en otras ocasiones lo ha hecho el PP) hace irrumpir a ETA en campaña electoral ocho años y medio después del alto al fuego y un año después de su disolución. Una vez más, cabe preguntarse por qué el PSOE prefiere mirar al pasado y actuar con represión en lugar de buscar soluciones negociadas de futuro a los conflictos políticos de Catalunya y Euskal Herria.

- Desde el compromiso con el derecho de todas las víctimas, en este caso las de ETA, a la verdad, la justicia y la reparación, los derechos de Urrutikoetxea no son incompatibles con los de las personas que han sufrido la violencia en Euskal Herria y los Estados. Sin embargo, y desde todos los puntos de vista, el hecho de que un año después de la desaparición definitiva de ETA continúe habiendo detenciones es una muestra del fracaso más absoluto de la estrategia de Madrid y París respecto no solo a las intenciones de ETA sino, sobre todo, de la sociedad vasca. Hoy, de nuevo, se debe subrayar lo insólito de un proceso de paz en el que una de las partes, la del Estado español, se niega a negociar sobre los aspectos técnicos (armas, paz, huidos,…)

- Es urgente activar un proceso multilateral, con los Estados español y francés, así como los ejecutivos de la CAV, Nafarroa e Iparralde, y los agentes sociales para abordar los aspectos técnicos del largo conflicto político que ha sufrido Euskal Herria desde el respeto a todas las víctimas y a todos los derechos humanos, y el compromiso con la verdad y la convivencia. La resolución del conflicto político está en manos de la sociedad vasca y sus representantes. Debemos seguir afilando la paz.