El próximo domingo celebramos el Aberri Eguna en un momento de esperanza para Euskal Herria y para Nafarroa. Eusko Alkartasuna de Navarra aprovecha esta celebración para reivindicar la existencia de Euskal Herria, frente a quienes la niegan utilizando todos los cauces institucionales, legales y políticos a su disposición para ahogar cualquier expresión cultural, social y democrática que manifieste y represente este sentimiento de identidad de miles de navarros y navarras.

Quienes para oponerse al proyecto político de Euskal Herria aducen por elevación que es ‘una entelequia’, obvian conscientemente un debate político que temen poniendo en evidencia la inconsistencia de sus propios argumentos; porque Euskal Herria existe como realidad social y cultural, por eso ponen tanto empeño en negarla, y algunos, además, la defendemos como proyecto político legítimo.

Durante años la existencia inaceptable de la violencia de ETA ha sido utilizada políticamente para desacreditar al conjunto del nacionalismo vasco y sus reivindicaciones legítimas, acusando y responsabilizando a este sector por una estrategia que la inmensa mayoría de los vascos no hemos compartido jamás, y que Eusko Alkartasuna ha rechazado y denunciado activamente en todos los foros donde ha tenido presencia y representación.

Hoy nos encontramos a las puertas de un inminente proceso de paz y normalización política que necesariamente debe desembocar en un proceso democrático en el que queden restablecidos todos los derechos y libertades, y culmine en el reconocimiento de la existencia del pueblo vasco y el ejercicio de su capacidad de decisión.

Un proceso que ponga fin a toda violencia y sufrimiento en este país, incluidas las estrategias de excepción que con la excusa de la llamada Lucha Antiterrorista el Estado ha aplicado a Euskal Herria a menudo violentando el Estado de Derecho.

Navarra ha sido lamentablemente víctima protagonista de esta situación. Por eso queremos expresar nuestra satisfacción ante las nuevas perspectivas abiertas en este nuevo escenario de cese de la violencia, y como fuerza política abertzale y democrática, comprometida con los derechos nacionales de nuestro pueblo, consideramos fundamental la participación activa de Navarra en este momento histórico.

Navarra tiene mucho que ganar y nada que perder en este proceso. Es la derecha, que durante tantos años ha ejercido el poder bajo el discurso del miedo, la única a la que asusta la perspectiva de una situación de normalidad política en la que el diálogo, el acuerdo, en definitiva la democracia se imponga como única vía, y haga tambalear sus posiciones e intereses sectarios.

NAVARRA, CUESTIÓN DE LOS NAVARROS Y NAVARRAS

Navarra, corazón de Euskal Herria para todos los vascos y vascas, ha sido históricamente tratada como ‘cuestión de Estado’ por parte de los poderes establecidos y los partidos centralistas, que han dedicado sus esfuerzos a rechazar su ser vasco, tratando de cortar todas las raíces históricas y culturales que lo ponen de manifiesto, arremetiendo incluso contra sus señas de identidad más preciadas, como el euskera.

La estrategia patrimonializadora de la derecha navarra ha condicionado el desenvolvimiento democrático de esta Comunidad, aun a costa de coartar y limitar los derechos democráticos de los navarros y las navarras, así como su expresión social, cultural y política.

Navarra tiene por tanto varios retos en este momento histórico: contribuir a la pacificación y normalización política; acometer una transición democrática profunda y definitiva que rompa con las dinámicas que cercenan su desarrollo político ante su propia ciudadanía, negando la pluralidad y el derecho a decidir de los navarros y las navarras; normalizar la convivencia sobre la base de unos mínimos democráticos comunes: el respeto a los derechos humanos y la igualdad de condiciones entre todos los proyectos políticos para ser defendidos y materializarse en democracia. Navarra debe ser únicamente cuestión de los navarros y las navarras.

Fuente: Eusko Alkartasuna