Anjeles Iztueta Azkue. Consejera de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno vasco

La obligación de cualquier responsable político debe ser la de establecer las condiciones normativas adecuadas y emprender todas aquellas acciones necesarias con el fin de garantizar el desarrollo en los distintos ámbitos. En los últimos meses, el Departamento de Educación, Universidades e Investigación ha emprendido una tarea nada sencilla: presentar al Parlamento una ley que configure el sistema universitario vasco con un claro objetivo: establecer un marco legislativo que potencie la universidad y su inserción en el marco europeo. La universidad tiene una función clave en las sociedades desarrolladas: la investigación y la formación superior y avanzada. Nuestro entorno cambiante y competitivo nos obliga a adecuarnos a nuevos contextos y establecer todas las medidas posibles para que nuestro país disponga de unas universidades competitivas y atractivas. Es necesario abordar este debate con toda la seriedad y eficacia posibles; no es el momento de estériles disputas políticas ni de anteponer intereses partidistas; debemos centrarnos en dar respuesta a una pregunta: ¿cómo podemos mejorar nuestras universidades?

En primer lugar, hay que constatar que nuestro ámbito universitario es Europa. Es fundamental potenciar el ámbito europeo como ámbito natural de integración y actuación. Necesitamos adecuar las condiciones y actividades docentes a la Declaración de Bolonia, promocionar el conocimiento del tejido universitario europeo en el ámbito universitario vasco y potenciar y promocionar el ámbito universitario vasco en el ámbito universitario europeo. Es fundamental generar acciones destinadas a la movilidad de los alumnos y del personal docente e investigador. Con todas las posibilidades que nos permite la ley, buscamos la inserción del sistema universitario vasco en el sistema europeo de la enseñanza superior, como marco de referencia y espacio de movilidad de los trabajadores y de los profesionales.

Plantear Europa como ámbito de actuación de las universidades vascas exigirá una integración plena en el espacio europeo de ciencia, tecnología e innovación, participando activamente en redes de trabajo e investigación internacionales y accediendo a fuentes de financiación y fondos públicos europeos.

Para adecuarnos a esta realidad resulta de vital importancia la configuración de un sistema universitario vasco. La consolidación y reforzamiento del Consejo Vasco de Universidades ofrece una buena oportunidad para establecer proyectos compartidos tendentes a la consecución de fines estratégicos para la sociedad. Debemos partir del entendimiento global de las universidades como sistema universitario integrado por todas las que tienen su sede social en la comunidad autónoma. Las diferencias de régimen jurídico entre las públicas y las privadas y de la Iglesia no han de constituir un obstáculo para este entendimiento; todas prestan un buen servicio a la sociedad vasca en el incremento de la formación, el conocimiento y el bienestar social. A todas ha de reconocerse el papel social que desempeñan desde su diversidad. El Consejo Vasco de Universidades es una pieza básica para el diseño de este sistema. Al mismo tiempo, es necesario promover las relaciones y la colaboración con otras universidades que comparten el euskera, con el fin de favorecer su utilización en la enseñanza universitaria. Apostamos, en definitiva, por un sistema basado en el servicio a la sociedad; un servicio público de la educación universitaria superior mediante la docencia, el estudio, la formación permanente, la investigación y la transferencia de conocimientos y de tecnología. Desde la educación en los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos el objetivo del sistema universitario y el de todos sus integrantes, sean de titularidad pública, privada o de la Iglesia, es el de contribuir al desarrollo económico, científico y cultural de la sociedad vasca, a su cohesión y al bienestar de sus ciudadanos.

Para adecuarnos al contexto europeo necesitamos consolidar la realidad plurilingüe en nuestras universidades. Buscamos la consolidación definitiva del euskera como lengua de uso universitario junto con el reconocimiento innegable de la importancia del uso de otras lenguas para hacer factible la incorporación plena a Europa. Es fundamental potenciar el plurilingüismo en el ámbito docente e investigador. La coherencia con el objetivo europeo nos ha de llevar a un compromiso serio con el uso habitual de diferentes lenguas en la actividad universitaria. Sin plurilingüismo no hay una internacionalización efectiva.

Todo este proceso de adecuación obliga a un sistema universitario flexible y abierto. El planteamiento del uso de los recursos públicos con fines docentes e investigadores debe girar en torno a los principios de suficiencia, finalidad y responsabilidad; con una estructuración de recursos humanos más flexible. Debemos establecer las vías necesarias para la existencia de flujos dinámicos entre la universidad y otras instituciones u organizaciones de la sociedad. La universidad debe ser autónoma en su gestión y debe actuar conforme a los principios de eficiencia, eficacia y mejora de la calidad, y al gobierno le corresponde potenciar ese desarrollo autónomo estableciendo la posibilidad de acuerdos para abordar distintos programas.

En último lugar, necesitamos un sistema universitario vasco basado en el principio de la calidad. La calidad es al mismo tiempo un principio y un método para la mejora continua que debe poseer el sistema universitario vasco. Debemos potenciar la calidad como punto de vista y como herramienta en todos los ámbitos de la docencia, la investigación y la gestión. Entendemos que un elemento esencial en esta apuesta por la calidad es la puesta en práctica de la Agencia Vasca de Evaluación y Acreditación. La promoción y la garantía de la calidad deben orientarse a su adecuación permanente a las demandas sociales, a las exigencias de la formación universitaria y a la mejora continua de sus procedimientos. En esta línea la promoción y la garantía de la calidad corresponde a cada una de las universidades, pero es fundamental establecer procesos de certificación independientes para garantizar la calidad.

Estamos, en definitiva, ante una futura ley que busca responder a las necesidades de este país, Euskal Herria, y pretende hacerlo con parámetros de calidad, modernidad e internacionalización.

Fuente: Anjeles Iztueta