Entrevista en el Diario Vasco Begoña Errazti afirma estar «muy tranquila» pese a que las aguas en EA bajan revueltas y la convocatoria de un congreso extraordinario sobre la coalición con el PNV ha reabierto con virulencia el conflicto interno. Errazti considera que «esta conferencia» va a permitir que aflore un debate democrático y advierte que quienes quieran «debilitar al partido» se «han quedado sin excusas».

-Ha dicho que las firmas que piden el congreso no son suficientes, pero la Ejecutiva lo convoca. ¿Por qué?

-La Ejecutiva Nacional no ha intervenido en este proceso de verificación de firmas porque no nos compete, compete a la Asamblea Nacional y a la Comisión Nacional de Garantías si se da el caso de conflicto. La Ejecutiva Nacional ha reflexionado, eso sí, sobre un tema que genera debate y opinión y en un partido democrático lo lógico es desarrollar todos los cauces de reflexión. Y por eso convocamos esta conferencia o congreso extraordinario para que se pueda debatir con toda la tranquilidad lo que interesa a lo que ha sido menos del 25% de afiliación, pero también a más del 75%, donde conviven posiciones distintas. Además, es importante que se zanje y se termine con las intenciones de debilitamiento.

-La convocatoria ha sido muy cuestionada por los firmantes, que insisten en que sus apoyos son plenamente válidos…

-Aquí ya no hay ninguna disculpa, se podrá decir lo que se quiera. Argumentaciones de otro tipo que cuestionen esta decisión, que retrotraigan el debate atrás o que lo centren en torno a las firmas tienen ya una intencionalidad clara, no de debate, sino de debilitamiento.

-¿Los que han presentado las firmas debilitan a EA?

-En absoluto, creo que detrás de esas firmas hay una intención de generar un debate normal. Pero otras respuestas no tienen cabida. Y este debate lo convoca la Ejecutiva Nacional, con la ponencia de la Ejecutiva Nacional. La otra ponencia decae. Pues vamos a debatir. Cualquier otra interpretación dejará muy claro que hay otros intereses. El congreso va a retratar si se quiere debatir de verdad o se quiere debilitar a este partido. Ya no hay ninguna excusa.

-¿No reconocer que esas firmas han llegado al 25% no es tensar la cuerda?

-No, es una realidad. Ni más ni menos que eso. Espero que las personas que han estado detrás de las firmas acepten el debate y no busquen caminos inadecuados.

-¿Qué debe salir de este congreso?

-Debe salir un proyecto político que apuesta por concurrir con listas propias a las elecciones de 2007, un proceso que sigue en marcha además de forma paralela. Yo defenderé la decisión adoptada por la Ejecutiva Nacional el pasado 30 de agosto.

-¿Le crea alguna contradicción la defensa de esta posición cuando usted se decantó en la Ejecutiva el 30 de agosto por ir en coalición pero perdió la votación?

-No, esto es algo ya viejo. En un partido no sólo hay que creerse las reglas del juego, hay que ponerlas en práctica y yo soy la primera interesada en exigir lealtad y responsabilidad a todos sus miembros empezando por mí misma.

-¿Sintió entonces su autoridad mermada o cuestionada?

-En absoluto. Creo que ha quedado claro a lo largo de todo este tiempo no sólo lo que yo pueda pensar sino también lo que piensan los demás. A este asunto no le he dedicado ni medio minuto. No es que lo diga yo, es que lo dicen los demás.

-¿Pero este asunto ha dejado heridas en su Ejecutiva?

-Heridas es una palabra un tanto dura. Las diferencias de opinión suelen generar una cierta distorsión. Pero no veo heridas abiertas, la verdad. Son diferencias de opinión que se dan en un momento dado pero que se zanjan cuando se termina el debate.

-¿En la ponencia que ustedes presenten al congreso podrían defender vía enmiendas parciales una posición intermedia entre los partidarios de ir en solitario y los de ir en coalición, por ejemplo, limitando la alianza a algunos casos?

-Estamos ya en otras circunstancias y en otro debate. Eso está ya superado.

-Los defensores de la coalición con el PNV defienden esta fórmula para que el nacionalismo institucional sea fuerte en el proceso de paz y normalización y argumentan que la mayoría de las bases de EA quieran la alianza…

-Éste no es un tema de creencia o no. Ha habido un proceso de recogida de firmas que no ha llegado al 25% y lo digo con todo el respeto. Entiendo que haya opiniones distintas en relación a la coalición con el PNV, o con otros. De acuerdo con que el nacionalismo tiene que ser fuerte en el proceso, por eso no veo contradicción con que haya acuerdos postelectorales que tendrá que haberlos. No caigamos en un esquema del todo o nada. Yo contemplo acuerdos postelectorales y veremos qué es lo mejor en la defensa de los intereses de nuestro partido y de Euskal Herria. Además, estamos hablando del ámbito local y territorial.

-Y en ese ámbito local y territorial, ¿ve posible que EA apoye a candidatos de Batasuna? Desde el sector de su partido que aboga por la coalición con el PNV se teme una aproximación hacia la izquierda abertzale…

-Estupenda la pregunta porque así desmiento lo que he venido oyendo, que abogamos por una coalición con Batasuna. Los acuerdos postelectorales pueden ser con los partidos que realmente respondan a parte de nuestros objetivos. Batasuna será una fuerza política presente en este país y en un escenario de normalización política jugará, pero también el PNV y el Partido Socialista. Los acuerdos postelectorales responden a las necesidades concretas y a unos acuerdos de programa.

-¿Pero hay un acercamiento hacia Batasuna?

-Nosotros hablamos con Batasuna, ese diálogo ha sido clave porque ha empujado su discurso hacia las vías políticas y ha ayudado al alto el fuego, pero de ninguna manera esta comunicación bilateral implica lo otro. Ya lo he desmentido. Queremos que jueguen en la política pero no hay un acercamiento.

-¿Tiene la sensación de que EA atraviesa su situación más delicada?

-Yo veo un partido absolutamente convencido de la necesidad de debate interno, lo que me ratifica en la fortaleza de este proyecto y no de debilidad.

«No veo la división»

-Pero la división debilita…

-¿División? No la veo, sí veo diferencias de opinión, pero las veo en muchos otros. Las diferencias de opinión, en principio, son positivas si se adecúan a las reglas de juego. Pero es verdad que en el mundo de la política no estamos muy acostumbrados a eso.

-¿Corre el riesgo EA de llegar a una fractura, a una escisión interna?

-No, creo que no corre ese riesgo en absoluto.

-¿Para cuándo el congreso ordinario de EA que renueve a su dirección?

-El próximo otoño, aunque no lo tenemos convocado.

-¿Es prematuro preguntarle si tiene intención de presentarse a la reelección?

-Totalmente prematuro.

-El proceso de paz está atascado. ¿Preocupada?

-Sí, veo una situación muy complicada ahora mismo. En los últimos meses estamos asistiendo a unos desencuentros que no me parecen aceptables. El Gobierno español y ETA tuvieron una serie de conversaciones y de contactos que tuvieron como consecuencia unos ciertos acuerdos, se pusieron en marcha ciertos compromisos que no se han cumplido. Y en los últimos meses estamos comprobando cómo se están complicando las circunstancias y nos está afectando al ámbito de lo político, a la necesidad de los acuerdos en torno a una mesa de partidos. Y eso es negativo para lo que es la solución final, está retrasando las cosas. En el verano hemos asistido a una inhibición del Partido Socialista en temas de fondo. Y el regreso de la kale borroka es también inaceptable. Nuevamente se están mezclando todos los temas.

-¿EA piensa que el PNV está rebajando sus tesis con Zapatero?

-Vemos al PNV con unas posiciones contradictorias, al menos en el ámbito del discurso. Creo que tiene un interés primordial, que es pactar con el Partido Socialista, que es legítimo, pero ahora de lo que toca hablar es de que aquí hay un problema que debe terminar, que es el de la violencia, que tiene un conflicto político debajo que debe resolverse. Y hacer sólo recaer la responsabilidad en una de las partes es una dinámica peligrosa. A Batasuna hay que exigirle, también, que haga realidad en la práctica el discurso de las vías políticas de Anoeta. De ETA ni hablo, además de denunciarla claro, porque para nosotros no es un agente político y no tiene sitio en el proceso. Pero que no se pretenda una vez más paralizar el derecho democrático a la solución del conflicto político vasco utilizando la excusa de ETA.

«El nuevo pacto entre ERC y los socialistas es una alianza natural en un país normalizado»

-Decía el otro día Josu Jon Imaz que la crisis del proceso obedece a que existe vértigo en la izquierda radical abertzale a hacer política «sin la tutela de ETA»…

-Es una interpretación pero no la comparto en absoluto. No creo que tenga vértigo, otra cosa es que yo no coincida con su visión.

-Usted defiende la creación cuanto antes de una mesa de partidos, pero en la práctica ese diálogo ya ha comenzado..

-La mesa de partidos existirá cuando se reúna y todavía no se ha reunido. Para mí es el instrumento que nos va a posibilitar llegar a acuerdos. Mientras tanto hay reuniones entre partidos. Pero también es cierto que esto se ha ralentizado en los últimos meses. Algunos volvieron atrás en el verano, cuando por ejemplo se cuestionó que Batasuna participara en la mesa, y este camino se ve entorpecido por el bloqueo en las conversaciones entre el Gobierno y ETA. El Partido Socialista debe ser valiente y romper las ataduras que tiene con el PP.

-También la izquierda abertzale ha endurecido su discurso sobre el derecho de autodeterminación y territorialidad…

-Pero es que desde el primer momento si algo hubo claro era que las claves eran el reconocimiento de la nación vasca y el derecho a decidir. Eso ha sido en público y en privado porque es ir a la raíz del conflicto.

-Pero es que la autodeterminación y la territorialidad son proyectos en cualquier caso…

-Claro, pero todo esto hay que decirlo en la mesa de partidos. ¿Cuál es el núcleo del problema, que existe ETA o que hay un descontento en una sociedad que quiere un marco jurídico-político distinto?

-¿No habíamos quedado que había dos problemas, uno de violencia y otro de normalización?

-Claro, pero ETA es una expresión de un determinado tiempo, que no coincide con la mayoría, que jamás ha hablado en nuestro nombre, pero el problema política está antes.

-Pues Patxi Zabaleta dice que sería un error que Zapatero reconociera el derecho de autodeterminación…

-A veces hay opiniones que no están sujetas a la mínima lógica de la teoría política ni del conocimiento histórico.

-¿Y Navarra?

-De Navarra hay que hablar porque territorialmente forma parte de Euskal Herria, pero serán los ciudadanos de Navarra los que tienen su derecho a decidir.

-¿Le ha sorprendido el pacto de ERC con los socialistas?

-No, me parece una alianza ideológica natural para un país normalizado.

-¿A EA le gustaría mirarse en el espejo de Cataluña al pensar en sus alianzas de futuro?

-No nos miramos en ningún espejo, cada país es como es, tiene sus circunstancias. Aquí un acuerdo de ese tipo implicaría normalidad. Y nuestro objetivo es la normalización.
Fuente: Begoña Errazti