Gazteak Partiendo de que no hay democracia sin participación y que esta tiene que llegar a todos los niveles para evitar un déficit de ciudadanía, el reto de hoy es comprender el protagonismo que tienen que asumir los jóvenes y canalizar su potencial reivindicativo y creativo para conseguir una sociedad con futuro, una sociedad mas justa y solidaria.

La juventud aunque no es uniforme comparte valores y ambiciones, así como dificultades. Como jóvenes constituyen un grupo en plena transformación con más incertidumbres y cambios que en generaciones pasadas: acceden al empleo a edades más tardías y son victimas de empleos precarios y explotación laboral, se independizan a edades más avanzadas estando la media por encima de los 30 años lo que a su vez repercute en la natalidad y el tipo de unidad familiar.

La escuela, el empleo, el entorno social ya no desempeñan la misma función integradora, lo que provoca a menudo un sentimiento de fragilidad, una perdida de confianza en el sistema de toma de decisiones y un desinterés por las formas tradicionales de participación en la vida pública y en las organizaciones juveniles.
Una parte se refugia en la indiferencia o el individualismo, otra se siente atraída por movimientos radicales o por la violencia.

Las situaciones vividas en Sopelana con el Gaztetxe son una muestra de esa falta de sintonía que hay que superar.

Corresponde a las autoridades públicas cubrir la distancia que separa la voluntad de expresión de los jóvenes y las modalidades y estructuras que nuestra sociedad ofrece con este fin, si no se quiere incrementar el déficit ciudadano.

Proponemos la creación de un consejo de la juventud concebido como foro de debate integrado por representantes de entidades y asociaciones juveniles pero también por jóvenes individuales representativos de edades, situaciones sociales, estudiantiles y laborales diferentes, que ponen en común sus necesidades y sus inquietudes en temas como el sistema educativo, los sistemas de información local, el acceso a la vivienda, el mercado de trabajo, el ocio o la autoformación.

Frente al joven encuesta, caracterizado por la no participación, frente a la pasividad hay que reivindicar al joven activo. Con la participación se adquiere la experiencia y la confianza de ser libre.
Como a nadar se aprende nadando, a ser libre se acostumbra uno, se hace uno, ejercitándose en el uso de la libertad.

Fuente: EA Sopelana