Iker Rahona, juntero de EH Bildu en Bizkaia, ha intervenido en el Pleno de hoy para defender la necesidad de “implantación en Bizkaia de un impuesto a las estancias turísticas de carácter progresivo”. Así mismo ha defendido que el sector debe orientarse hacia un modelo sostenible que garantice su viabilidad.

En este sentido, EH Bildu ha presentado una enmienda, que no ha sido aceptada por Elkarrekin Bizkaia quien había presentado la propuesta, y que pretendía garantizar que la recaudación de este impuesto se destine a financiar proyectos para la recuperación del medio ambiente y fomento del turismo sostenible y equilibrado.

Iker Rahona ha subrayado la importancia de un turismo basado en los principios internacionalmente reconocidos del desarrollo sostenible, como único camino a seguir para su desarrollo en armonía con el medioambiente y el bienestar humano.

 

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TEXTO DE LA INTERVENCIÓN:

Desde EH Bildu estamos de acuerdo con los dos puntos de la propuesta que plantea Elkarrekin Bizkaia. Estamos a favor de la implantación en Bizkaia de un impuesto a las estancias turísticas de carácter progresivo, y también de trasladar una posición favorable a la creación de una tasa turística al Departamento de Hacienda del Gobierno Vasco, para la creación de esta figura fiscal de manera coordinada y armonizada.

Dicho lo cual, hemos presentado una enmienda para incluir un nuevo punto entre los puntos 1 y 2:

1bis. Este impuesto tendrá carácter finalista y su recaudación se destinará a financiar proyectos desarrollados a nivel local para la protección y recuperación del medio ambiente, así como al fomento del turismo sostenible y equilibrado entre las comarcas vizcaínas.

Nos parece importante precisar que el dinero obtenido como consecuencia de este impuesto no se destinará a llevar a cabo cualquier proyecto, sino que, para hacer frente a los costes que figuran en el primer párrafo, especialmente los medioambientales. Cualquier impuesto o tasa a una actividad debería de suponer una respuesta directa a las afecciones o externalidades que esta genera. Asimismo, este impuesto nos permitirá promocionar el turismo local de forma sostenible y equilibrada.

El representante del grupo proponente no ha hecho mención al contenido de la enmienda que hemos presentado, pero es cierto que en los contactos previos que hemos mantenido, la postura que nos han trasladado es que su posicionamiento iba a ser desfavorable. La verdad es que nos sorprende ya que la PNN que presenta su grupo en Bizkaia es prácticamente calcada a la que presentaban en el pleno de las Juntas Generales de Gipuzkoa, en la que recalcaban en el apartado de la justificación que “es necesario que los municipios del territorio que así lo deseen, puedan contar con mayores ingresos para hacer frente a la huella medioambiental del turismo, teniendo en cuenta la situación de emergencia climática en la que nos encontramos”. No entendemos esta diferenciación de criterio entre ambos territorios históricos, por lo tanto, y en caso de mantenerse en esa postura desfavorable a la enmienda, les pediríamos que se lo replanteen por una cuestión de coherencia entre ambas.

Consideramos que la enmienda que hemos planteado refuerza el matiz clave a la hora de plantear la implantación de un nuevo impuesto: a qué va a ir destinado exactamente el dinero que se recaude. Y, por supuesto, totalmente alineado ideológicamente con el cambio de modelo que precisa el sector turístico, un sector que debe orientarse hacia un modelo sostenible que garantice su viabilidad. Del mismo modo, se buscaría un alineamiento de planteamientos hacia el turismo por parte de diferentes Territorios Históricos que componen la CAPV.

Argumentos para reforzar esta última afirmación, diría que mayoritariamente compartidos. El turismo es una actividad económica de primer orden, cada vez más importante en el porcentaje de nuestro PIB. Es un sector económico al alza, que más repercusión genera en Bizkaia en términos de renta y empleo directo, así como por el impacto que genera en otras actividades. Por ello, tiene que estar en constante transformación, innovación y desarrollo, el cual, por definición, tiene que ser sostenible en el tiempo.

El turismo es, entre los diferentes sectores, uno de los únicos que crea puestos de trabajo y que no se puede deslocalizar. Nuestra oferta turística no se puede llevar a ninguna otra parte. Por ello, debemos ser conscientes de que este recurso tiene sus límites y que no lo podemos explotar de manera insensata. Hoy en día el turismo es un sector emergente y este recurso tiene un gran potencial, hay que aprovechar esa fuerza para hacer una apuesta en favor de un turismo sostenible, prudente y sensato; del mismo modo que debemos de buscar que los empleos generados sean de condiciones dignas, y no precarias.

Sin embargo, observamos que, a pesar de que el turismo se ha constituido en generador de progreso económico y social, ha supuesto al mismo tiempo, una explotación excesiva de los recursos territoriales y medioambientales, masificación y precarización del empleo. Cuestiones que, además, van en aumento.

Por ello, la importancia de la enmienda que planteábamos. Alineada también con el espíritu de los casos en los que ya se aplica.

Las tasas turísticas gravan la pernoctación en los alojamientos turísticos, incluyendo en esta categoría tanto hoteles como viviendas de uso vacacional. El dinero recaudado se suele destinar a proyectos que fomentan el turismo sostenible, tanto para rehabilitar los bienes turísticos como para mantenerlos y protegerlos con el objetivo de sostener su explotación.

Lo cual es de pura lógica. Si no invertimos en sanear la situación actual del sector, estaremos contribuyendo a su degradación. A ahondar en los problemas que ya hemos diagnosticado que padece y que ponen en riesgo su sostenibilidad y viabilidad. A secar, por tanto, la fuente de la que se pretende beber para cubrir otras carencias.

En Europa hay cerca de 150 ciudades y destinos de 21 países en las que hay que pagar una tasa turística por alojarse en un hotel o en un piso turístico. Uno de esos países es España, donde por ahora hay solo dos comunidades que imponen un gravamen por pernoctar: Baleares y Cataluña.

En Baleares, este impuesto se denomina directamente Impuesto de Turismo Sostenible, Ecotasa. Tiene por objeto crear y regular los elementos esenciales del impuesto sobre estancias turísticas, para favorecer el turismo sostenible y la Comisión de Impulso del Turismo Sostenible.

En Cataluña, por abreviar, son numerosos los municipios que han volcado los recursos obtenidos por medio de la tasa turística para lograr la calificación de destino de “turismo responsable” que otorga el Institut de Turisme Responsable (ITR), un organismo independiente que promueve acciones y programas de desarrollo sostenible en la industria turística.

Considerando como tal a aquel que ha adoptado una perspectiva integrada de planificación y gestión de todo el sistema turístico, de modo que quedan cubiertas las necesidades económicas, socioculturales, ambientales e institucionales, presentes y futuras, logrando así un desarrollo humano integral que garantice el papel del turismo como factor para su consecución en el futuro y reportando sobre los turistas un alto grado de satisfacción sobre su experiencia, haciéndoles más conscientes de los problemas de la sostenibilidad y fomentando en ellos unas prácticas turísticas sostenibles.

Esa es la clave y es hacia allí hacia donde consideramos que nos debemos dirigir. El turismo basado en los principios internacionalmente reconocidos del desarrollo sostenible, como único camino a seguir para su desarrollo en armonía con el medioambiente y el bienestar humano.