Gorka Knörr Borràs. Secretario General de EA

No resulta fácil seguir los temas institucionales de la Unión Europea. Primero, por la lejanía, que uno lamenta después de dos años como europarlamentario en Bruselas y Estrasburgo; y en segundo término, por la acumulación, no ya del trabajo propio, sino de la propia producción legal europea, a la que ha habido que sumar el seguimiento de la Convención, y ahora mismo, del proyecto de Constitución Europea.

Pero como los amigos están para las ocasiones, una charla con Carlos Bautista, activo y eficaz europarlamentario por el Partido Andalucista, me ponía en guardia acerca del Informe Perry sobre la aplicación de la Directiva 89/552/CEE referente a “La televisión sin fronteras”, que se ha discutido el 12 de Junio en el Parlamento Europeo.

Pues bien, resulta que ese informe que se preocupa, entre otras muchas cosas, y como muchos de nosotros, por los contenidos de las cadenas de televisión de los estados miembros de la UE, ha conocido aportaciones del Parlamento Europeo, en cuya Comisión de Cultura, Juventud, Educación, Medios de Comunicación y Deporte se está debatiendo. Y resulta curiosa, por no utilizar algún calificativo más contundente, la postura mantenida por el PP a la hora de debatir y votar enmiendas que consideramos de altísimo interés, al menos para quienes siempre han considerado a la televisión como un elemento formativo e informativo de primer orden en nuestra sociedad moderna.

Se debatía una enmienda cuyo contenido literal era el siguiente: ´Considera que la televisión contribuye a perfilar la manera en que los niños ven y entienden el mundo, por lo que considera oportuno pedir a la Comisión que aliente a las emisoras a que apuesten en su programación infantil por producciones europeas de alta calidad y no violentas´. Pues los inefables parlamentarios del PP han votado en contra.

No contentos con ello, han votado también en contra de una enmienda que recogía parte del discurso contra la telebasura, tan en boga últimamente, y que llegó a ser utilizado por el propio Aznar. La enmienda al Informe Roy decía: ´Pide a la Comisión que, a la vista del creciente número de programas de baja calidad como los reality shows, estimule a las emisoras, en especial a las del servicio público, a mejorar la calidad de los programas de televisión prestando mayor atención a los contenidos culturales y educativos´. Habiendo oído lo que hemos oído de mano de los representantes del PP y del propio presidente del gobierno español, lo suyo sería votar a favor. Pues no. Una cosa es lo que se dice y otra muy distinta lo que se hace y se vota en los Parlamentos, como en este caso en el Europeo, que, como queda un poco lejos, a lo mejor no se entera nadie. Y dichos y hechos siguen caminando por derroteros bien distintos.

El PP, al final, opta por lo que ya defendía, es decir, televisiones donde vender sus éxitos militares en las campañas de Perejil e Irak, la repatriación aérea de los militares destinados en tareas humanitarias, y, como no, toda la violencia de las producciones Bush, sin olvidar las joyas de la corona que conforman, al parecer, los ´valores del PP´ es decir: las pelotas del Pocholo de Hotel Glam, la edificante filosofía vital del Gran Hermano, el no menos edificante espectáculo de las Crónicas Marcianas…, y, por ende, toda la basura televisiva que, al parecer, da muchos votos.

Fuente: Gorka Knörr