“Este próximo año será crucial y decisivo para la búsqueda de grandes acuerdos que posibiliten un cambio político histórico en Nafarroa y para la activación del proceso de paz y normalización”

 

En vísperas del último día del año, desde Eusko Alkartasuna queremos hacer una lectura de los principales acontecimientos que han marcado el devenir de la actualidad política, así como una valoración de la grave y preocupante situación social y económica consecuencia de un Gobierno agotado, colapsado e incapaz de gobernar.

Fruto de la nefasta gestión institucional y política de UPN, de sus pésimas políticas sociales y económicas, de su irresponsable inacción, del oscurantismo en la gestión pública, del nepotismo y de las corruptelas de la derecha más retrógada, las ciudadanas y ciudadanos navarros estamos abocados a afrontar el nuevo año en una situación de crisis económica, social e institucional.

No obstante, por mucho este año político este llegando a su final todavía hay muchas actuaciones irregulares que están sin aclarar y que sus responsables no han asumido sus responsabilidades políticas. La ciudadanía navarra no olvida que se ha quedado sin una entidad financiera vital para su desarrollo económico y social. La ciudadanía es consciente de las irregularidades habidas en la desaparición de Caja Navarra, y sabe quiénes son los y las responsables de arruinar a Navarra mientras se han enriquecido de forma escandalosa.

Sin duda, con casos como el de la CAN, el TAV o el canal de Navarra y los salvajes recortes en educación, sanidad pública y servicios sociales, a lo largo del año ha quedado en evidencia que la gestión de UPN es deplorable y atroz para el bienestar de Navarra. Cuanto más tiempo permanezca UPN al frente de un Gobierno que no respeta la voluntad y la pluralidad de la ciudadanía navarra, y responde recortando derechos y libertades, peor será para el futuro de Navarra.

En ese sentido, el año 2013 ha consumado el fracaso de UPN y ha clarificado las opciones de cambio. La ciudadanía de Nafarroa ansía un profundo cambio político que ponga fin al régimen. Los muros de UPN se vienen abajo y se abre un nuevo escenario donde el acuerdo y el entendimiento para construir las bases del cambio son posibles.

Cabe recordad que tanto el curso político como el debate social han estado marcados por dos hitos históricos y cruciales: la moción de censura que EHBildu presento en abril para echar a la Presidenta y devolver la palabra a la ciudadanía, y la exigencia de un adelanto electoral por parte de la mayoría de la oposición durante el debate sobre el Estado de la comunidad.

Dos hitos que por un lado dejan en evidencia el alineamiento entre UPN y PSN en temas cruciales, pero por otro han servido de forma positiva para tejer complicidades entre EH Bildu, Geroa Bai y Izquierda-Ezkerra, fuerzas que estamos obligadas a posibilitar el cambio y a apurar todas las opciones para devolver la palabra a la ciudadanía.

La previsible actuación del PSN, que vuelve a frustrar el deseo de cambio no debe redundar en una frustración social y política, sino en reforzar la interlocución y la búsqueda de consensos entre quienes debemos coliderar el cambio: EH Bildu, Geroa Bai e Izquierda-Ezkerra. Porque Navarra no puede dejarse arrastrar ni por la deriva de una derecha incapaz e indecente, ni por la falta de coraje de un Partido Socialista, que no quiere romper con su rol histórico de servir de muleta a la derecha. El verdadero cambio exige implicación, responsabilidad, determinación y compromiso.

En EA estamos convencidos de que este próximo año será crucial y decisivo para la búsqueda de grandes acuerdos que posibiliten un cambio político histórico en Navarra, y también para la activación del proceso de paz y normalización.

En lugar de apostar por el trabajo en común con todos los agentes de Euskal Herria que trabajan por la resolución de la paz, el Gobierno del PP realiza numerosos esfuerzos para desmantelar un marco para el diálogo y mantiene una actitud de bloqueo. Esto es intolerable. Es hora de trabajar a favor de una mayoría social que haga modificar la postura de quienes hoy miran únicamente por sus intereses partidarios, aún arruinando una histórica oportunidad para la resolución y la paz.

Sin duda, Nafarroa debe ser un agente activo en la normalización política, en la resolución del conflicto y en garantizar la pluralidad de su ciudadanía desterrando exclusiones e imposiciones que vienen desde Madrid para profundizar en su soberanía y en su derecho a decidir.