El debate de este año coincide prácticamente con el fin de la legislatura, lo cual convierte mi intervención parlamentaria en un balance global de los últimos cuatro años de gestión.

Un hecho, el del fin del gobierno de UPN – CDN y la proximidad de la cita electoral de 2007, que la derecha navarra parece estar teniendo muy presente en las últimas fechas. Por lo que ha emprendido una alocada carrera para tratar de resolver deprisa y corriendo – a ocho meses de las elecciones – todas aquellas cuestiones que no han sido capaces de solucionar, o no han querido encauzar, en cuatro años.

Pensiones de viudedad, listas de espera, Plan de Igualdad, Plan de Salud… Asuntos pendientes, que no han afrontado en toda la legislatura, y que ahora desempolvan aprobando planes y medidas, sin efectividad alguna, intentando dar un golpe de imagen a su Gabinete a escasos meses de su examen ante la ciudadanía.

¡Incluso han hecho un amago de guiño al euskera! Pero quien actúa sin convicción queda en evidencia, y es lo que le ha ocurrido al señor Sanz: que en su pretensión de anunciar cambios correctores – anecdóticos, cierto – en su lamentable política lingüística, ha acabado diciendo barbaridades, dignas o de la más torpe ignorancia o de la intención más burda. Lo suyo con el euskera es obsesión visceral. A falta del más elemental sentido común en su política y su actitud, argumentan lo que sea, incluso verdaderas proclamas a la estupidez, como la del cateto y la hipotenusa del presidente del Gobierno. Sin olvidar que el objetivo real es que en Navarra no se puedan cursar estudios universitarios en euskera.

Lo único que están consiguiendo con su prolífica actividad de última hora es señalar con el dedo los errores de su gestión, e indignar a algunos de las personas afectadas, que se sienten electoralmente utilizados.

El ciclo político que cerramos comenzó formalmente en 2003. Pero se había iniciado mucho antes. Son ya doce los años de mal gobierno de la derecha, bajo una estrategia que ha arrastrado a Navarra a una pérdida progresiva de peso político en el Estado, un debilitamiento acelerado del sistema público y el empeoramiento de la convivencia social.

La sumisión de UPN a la estrategia del PP, y su sectarismo cultural, lingüístico e ideológico, con el que persiste en imponer su idea fundamentalista y excluyente de Navarra, han agudizado la crispación política y social en nuestro territorio.

Dijo usted, señor Sanz, en su discurso de investidura que iba a gobernar para todos: ‘los navarros del Baztán y los de la Ribera’. Y lo primero que hizo, tras llegar al poder, fue prohibir la presencia de la ikurriña, un símbolo legal y compartido por miles de navarros y navarras, en los ayuntamientos.

En los últimos seis años han protagonizado la mayor ofensiva en contra del euskera de nuestra historia tras la dictadura de Franco.
Han excluido a los representantes abertzales del consejo de Caja Navarra y del Consejo Audiovisual, y a un tercio de los trabajadores, representados por ELA y LAB, de todos los órganos de participación pública.

Han aplicado una política presupuestaria partidista, distribuyendo los recursos públicos con base en el clientelismo, marginando a los ayuntamientos que no eran de su color, Lizarra, Barañáin, Tafalla e incluso a zonas completas de Navarra, como Bortziriak.

Acusan al nacionalismo vasco de todos los males y realmente, señores de UPN y CDN, si hay algún responsable de la actual despersonalización de Navarra esos son ustedes. En su afán por borrar lazos y vinculaciones con el resto de los territorios vascos, han arremetido contra señas de identidad propias de Navarra, y han dejado de lado la defensa de nuestra soberanía propia, supeditando su actuación a los intereses de su aliado el PP, representante del centralismo más atroz y descarado.

La soberanía de Navarra está en entredicho porque ustedes, que se llaman a sí mismos ‘navarristas’, no la reivindican frente al poder central que la cuestiona sistemáticamente.

Incumpliendo su obligación institucional de defender nuestro autogobierno, principio que debe estar por encima de la sigla política que gestiona en esta Comunidad.

Callaron ante los más de cinco recursos de inconstitucionalidad contra leyes de esta Cámara, presentados por el Gobierno del señor Aznar, y consienten la marginación de Navarra por parte del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Eso sí, cuando la situación tiene ya difícil remedio se dedican a escenificar agravios y ofensas.

Eso es lo que intentaron hace unos días, al presentar una iniciativa en este Parlamento denunciando la desatención presupuestaria del Estado a Navarra.

Me pregunto ¿qué ha hecho su gobierno, señores de UPN y CDN, para exigir todas esas competencias pendientes que permitirían a Navarra no depender de los recursos económicos del Estado? ¿Por qué no apuestan definitivamente por Navarra exigiendo su respeto a los gobiernos centrales españoles?

No seré yo quien defienda a los Ejecutivos del PSOE, que también son responsables de la no restitución global de nuestros derechos, ni siquiera de las competencias pendientes del pobre Amejoramiento Foral. Su actitud ante el PP y el PSOE en Madrid ha sido distinta, y reclaman ahora por la boca pequeña lo que ni siquiera se atrevieron a plantear al PP.

¿Van a esperar, como hicieron en el caso del TAV, a que la Comunidad Autónoma Vasca reclame y obtenga la competencia en prisiones para exigirla después para Navarra?

Se les llena la boca llamando a ‘gamazadas’ y ‘rebeliones’ cada vez que pierden protagonismo e iniciativa frente a otros Gobiernos, pero este último año han vuelto a dejar en rotunda evidencia que su interés por el desarrollo competencial de Navarra no pasa de una mera escenificación estética y electoral.

Sólo han convocado una vez la Junta de Transferencias en los últimos cuatro años. Casualmente poco después del cambio de Gobierno amigo, del PP, en Madrid, para pedir al Ejecutivo entrante todo lo que no se atrevieron a plantear a su socio. Una exigencia que quedó en el ámbito de la pura maniobra mediática.
Hoy no pueden presentarnos ni una sola nueva competencia transferida en toda la legislatura.

¡Qué decir de nuestra soberanía fiscal! No hacen uso de todos los mecanismos el Convenio Económico, y tratan como ‘amigas’ a comunidades que han llevado en varias ocasiones medidas fiscales de Navarra ante los tribunales. Las dos últimas sentencias del Tribunal Constitucional contra el aumento salarial a los funcionarios navarros, incrementos decididos por este Gobierno, representan un ataque frontal al fuero, pero no lo han denunciado. ¡Ha tenido que ser un tribunal europeo el que abra las puertas al reconocimiento de nuestra soberanía fiscal en la UE!

Toleran el continuo desprecio público del señor Rajoy a nuestros derechos históricos en sucesivas intervenciones en el Congreso, Es más, ¡su diputado, el señor Del Burgo, fue protagonista ‘estrella’ del acto contra los regímenes forales convocado por el Foro de Ermua en Iruña!

Acto al que, por cierto, estuvo a punto de acudir este gobierno, y de hecho asistió uno de sus consejeros, presencia por la que todavía no han dado explicación.

El resultado de su actitud es que Navarra ha quedado fuera de juego en el debate estatutario. Precisamente cuando otros disputan mayores cotas de soberanía.

El año pasado citaba los ejemplos de la Comunidad Autónoma Vasca y Cataluña, que fueron la vanguardia de este proceso. ¡Pero es que a estas alturas ya son más de diez las comunidades que nos han tomado la delantera, y algunas gobernadas por el PP!

Andalucía, Galicia, incluso Aragón ya han planteado sus propias reivindicaciones. A este paso vamos a quedar por detrás de Castilla Asturias, Cantabria u otras, que partiendo de una situación menos favorable no están dispuestas a desaprovechar la ocasión.

Considero que no es necesario recordar la evidencia de nuestros derechos históricos, y por lo tanto, de nuestras capacidades, desgraciadamente maniatadas en el Amejoramiento. Ahora es la oportunidad de exigir su restitución.

En cambio, el único debate que se ha producido en Navarra, en el marco de una ponencia de autogobierno limitada e insuficiente, se ha quedado enfangado en planteamientos de absoluta esterilidad y falta de ambición. Porque no interesaba a la mayoría hacer esa reivindicación clara de autogobierno.

Su única propuesta – ésta insistente hasta el hartazgo – es que se suprima la famosa Disposición Transitoria Cuarta. Es decir, que se nos elimine toda capacidad de decisión a los navarros y navarras sobre nuestro futuro político. Tal es su obsesión por ‘blindar’ su proyecto para Navarra, que no dudan en cerrar, si es preciso, todas las vías democráticas para que la ciudadanía pueda ejercer la libre elección sobre el estatus político de esta Comunidad.

Lo único que demuestran con este asunto es su miedo a la democracia, y su concepción fundamentalista de Navarra, que ponen por encima y por delante del desarrollo democrático de la sociedad navarra.

Miedo que están proyectando también irresponsablemente en todo lo que atañe al necesario proceso de paz y de normalización política. En vez de asumir su responsabilidad de Gobierno, y hacer uso de la ocasión histórica que se les brinda para hacer su aportación a este momento de oportunidad, optan por atizar temores y crear división social.

¡Son ustedes la vanguardia del PP en su inaceptable estrategia de sabotaje al proceso de paz! Con su sarta de mentiras e invenciones sobre la ‘venta de Navarra’, los ‘precios políticos’ a ETA etc – que no se creen ni ustedes mismos – dan pábulo a comentaristas y creadores de opinión de todo el Estado para utilizar a Navarra en su aberrante campaña contra la esperanza de paz más sólida de los últimos cuarenta años.

¿No es suficiente para UPN tener que soportar el bochorno del protagonismo de su diputado, el señor Jaime Ignacio del Burgo, en la delirante teoría del PP sobre los atentados del 11-M? ¡Ni la policía, ni los jueces, ni los grupos del Congreso la creen ya! Mentiras construidas con el único objetivo de intoxicar y mezclar derechos nacionales vascos y violencia terrorista de ETA. Como siempre.

En realidad, no se aclaran ni ustedes sobre ‘el papel de Navarra’. Actúan como el ‘perro del hortelano’: un día critican que no se les informa; y al día siguiente, les molesta que se tenga en cuenta a Navarra. No sorprende que no hayan sido capaces de conseguir una reunión con el presidente español, cuando se contradicen constantemente, y utilizan cada noticia, por descabellada que sea, cada especulación periodística, para arremeter en contra de lo que hacen otros. ¡Si usted, señor Sanz, ha llegado a pedir que se rompiera el proceso de paz utilizando el argumento de la violencia!

Durante mucho tiempo han convertido la existencia de ETA en el eje de su discurso. Y ahora que se presenta la oportunidad de ponerle punto y final no están a la altura de las circunstancias.

Mal que les pese, estamos construyendo el proceso. Por responsabilidad y por obligación de toda fuerza política de ofrecer condiciones adecuadas de convivencia. La sociedad vasca – e incluyo a la navarra – exige soluciones y pasos de compromiso con la paz.

El debate en el Parlamento Europeo, el próximo día 25 de octubre, la implicación de organismos internacionales (Institute of Peace, entre otros) y de premios nobel… son una muestra de que caminamos irreversiblemente hacia el fin del conflicto.

Todos hablamos de oportunidad. Menos ustedes. No quieren sentarse a hablar con otros; no quieren contrastar opiniones; no quieren soluciones. Ustedes no tienen derecho a impedir avances hacia la paz, porque está en juego un futuro de normalidad.

El problema (o la excusa) no es que se hable de territorialidad. Vayan a la Mesa, planteen que no. Hagan valer su representatividad. Están jugando a la estrategia del Partido Popular y de sus intereses, que no son otros que una España centralista y uniformadora. La de las manifestaciones contra homosexuales, contra la educación no confesional católica y la de la utilización de las víctimas.

El proceso ni siquiera es solamente la desaparición de ETA. La solución definitiva al conflicto vasco radica en la restitución de derechos vulnerados, al menos, en los últimos 150 años.
Cuestión con la que deberían coincidir los que se dicen ‘navarristas’. En esa exigencia deberían ustedes estar de acuerdo con nosotros.

Lo que ocurre es que ustedes visualizan ‘el enemigo’ donde no está. Lo sitúan en el nacionalismo vasco, peor aún, en la propia existencia del pueblo vasco, para enmascarar su verdadero proyecto político, que nada tiene que ver con Navarra y con su autogobierno histórico.

Quieren convertir a Navarra en puntal de una estrategia política de confrontación, oposición y renuncia a lo que ha sido, es y tiene derecho a ser en el futuro. Y no dudan en permitir que se convierta en argumento y escenario para aquellos que ni la respetan ni jamás aceptarán su soberanía política.

Lo único que pretenden con sus llamamientos a la alarma social, y su estrategia desvergonzada de mezclar toda idea que no coincida con sus posiciones -por supuesto las abertzales- con la violencia, es condicionar la vida política de esta Comunidad, y ahondar en las distancias entre las fuerzas políticas navarras.

Señores y señoras de UPN y CDN, la sensación que proyectan es de una inseguridad absoluta ante el nuevo escenario. ¿O acaso lo que temen es el ‘día después’? ¿Tan poca convicción tienen en su propio discurso y en su proyecto político que se resisten a desarmarlo del argumento de la violencia?

Por coherencia y compromiso, como representante de la ciudadanía navarra me veo en la obligación de exigirles que reconsideren su actitud y se impliquen en este paso histórico. Eusko Alkartasuna sí estará en todos los foros en los que se trate de solucionar los problemas que aquejan a Navarra y al resto de Euskal Herria.

Digan ustedes lo que quieran, pero estamos en marcha. Avanzamos hacia el fin del contencioso vasco, con ustedes, señoras y señores de UPN-CDN-PP, o sin ustedes.

Me gustaría que entendieran que también tienen sitio en este esfuerzo democrático de oportunidad histórica.

Hemos sufrido un conflicto que ha tenido, además, su deriva violenta, con acciones terroristas que nos han dado en lo más profundo de nuestros corazones. Pero no porque la violencia exista podemos permitirnos estar parados sin buscar puntos de encuentro y soluciones.

Los ámbitos de trabajo están claramente marcados. El del Gobierno central y ETA, esto es, el de pacificación. Que sigan reuniéndose, y al igual que en Irlanda veamos al fin entrega de las armas.

El otro ámbito, el político, es el que deberíamos compartir ustedes, nosotros, y el resto de fuerzas políticas vascas. En primer lugar, generando esa interlocución que ustedes nos han negado a otros partidos políticos, para analizar las claves del conflicto de unos y otros y posibilitar el clima de confianza necesario para pasar a las decisiones conjuntas, vía el acuerdo.
Y eso es justamente la Mesa de Partidos, la del consenso y la del acuerdo.

Esa Mesa que algunos partidos continuamos preparando por encima de los obstáculos coyunturales, de los impasses o incluso, me atrevo a decir, de los parones interesados. Sabemos que no es fácil, pero estamos obligados al contraste, al diálogo y al esfuerzo continuado que nos lleve a la normalidad en la convivencia.

Normalidad que pasa por la normalización política. Es decir, ir al origen del problema; esto es, solucionar el descontento de la mayoría social vasca, y de al menos una tercera parte de los navarros, que estamos profundamente descontentos con la realidad jurídica actual, que nos hurta nuestra capacidad soberana, no derivada de una Constitución cualquiera, sino fruto de nuestra propia existencia y nuestras propias leyes, muy anteriores en el tiempo incluso a las que ha generado el Estado moderno español.

El proceso es irreversible. Tardará más o menos pero no tiene marcha atrás.
Señales hay, si se quieren ver: posicionamiento mayoritario de la ciudadanía, y del arco político casi en su totalidad, que coinciden en el convencimiento democrático de las vías políticas para la expresión de las ideas y de las reivindicaciones nacionales o de otro cariz.
Tenemos un problema y hay que solucionarlo. Con responsabilidad, y sin confundir venganza y justicia.

REPASO POR DEPARTAMENTOS

Encontrándome ya en el ámbito concreto de la gobernabilidad, y el repaso somero a los departamentos, también nos demuestra que lo importante es desalojarles a ustedes del poder. Ofreciendo a Navarra una alternativa respetuosa con sus raíces, democrática, justa y equilibrada.

En términos generales, su gestión concreta ha estado orientada a un desmantelamiento paulatino del Estado del Bienestar, que nos preocupa gravemente.

La aplicación generalizada de políticas privatizadoras en todos los órdenes, el trato de privilegio a la sanidad privada, la dotación presupuestaria sistemáticamente insuficiente en Educación, el retraso interesado en abordar el problema de la vivienda, la polémica que ha rodeado a la gestión en Bienestar Social, con el cese de dos consejeros; la parálisis a la hora de afrontar nuevos retos asistenciales y las continuas denuncias de irregularidades, primero en el caso Egües, después en Humanismo y Democracia, incluso en el Canal de Navarra, que ahora investigan los tribunales, han impregnado una gestión caracterizada por la desatención al sistema público, la opacidad y el oscurantismo, y la permanente sospecha de corrupción.

Presidencia, Justicia e Interior

Cuando en 2004 se convocó la única reunión de la Junta de Transferencias de Navarra celebrada en toda la legislatura, se acordó exigir al Gobierno español (ya era hora) el traspaso de la competencia de Tráfico a la Policía Foral, como tantas veces había solicitado este Parlamento. Acuerdo que nuevamente quedó en humo, reducido a un gesto de mera escenificación.

Tras casi veinticinco años de vigencia del Amejoramiento, es evidente que ustedes no tienen interés alguno en desarrollar una Policía Foral Integral, tal y como recoge esta ley, y tal y como tienen la Comunidad Autónoma Vasca y Cataluña. En este asunto, como en otros tantos, Navarra va por detrás del resto de comunidades con autogobierno propio.

La construcción de la nueva cárcel está pendiente de que el Gobierno español le dé prioridad. Veremos si hacen gestiones para agilizar la materialización del proyecto o se dedican únicamente a utilizar electoralmente y en el último momento también este asunto.

Educación y Salud

Educación y Salud sufren una política presupuestaria insuficiente, que afecta a la calidad del servicio público, en los dos pilares esenciales de nuestro estado de bienestar.

Contamos con los índices de interinidad más elevados de todo el estado (alrededor del 15% del profesorado carece de plaza fija, la mayor tasa del Estado, y en torno al 40% de los trabajadores del sistema sanitario es eventual). Ahora, tras años en esta situación, han empezado a sacar vacantes (casualidad a pocos meses de la próxima cita electoral), otra demostración de su falta absoluta de planificación.

A ello hay que añadir el incremento de los contratos de baja temporalidad, de una semana e incluso un día, que está afianzando en el seno del sistema público –sobre todo Osasunbidea–la precariedad laboral.

Flaquezas del sistema público, retrocesos asistenciales con la excusa de la falta de recursos, necesidades a las que no se hace frente ¿y, sin embargo, nos anuncian que prevén cerrar el año con un superávit de más de 120 millones de euros?

Educación

En Educación están siendo incapaces de hacer frente a las más mínimas necesidades materiales de los centros navarros. El pasado año denunciamos la situación de esos 700 alumnos/as que estaban estudiando en barracones, una realidad a la que no han dado una respuesta solvente.

¡Incluso su propio Director General reconoció el pasado año ante los medios de comunicación que había necesidades claras irresueltas! Si bien al día siguiente matizó sus declaraciones, me inclino a pensar que más por temor a la alarma que producirían que por inciertas.

Su gestión está siendo un despropósito tras otro. Dieron a conocer públicamente y por todo lo alto el Proyecto Atlante sin haber contado con el Consejo Escolar. Por cierto, presidido por el señor Marcotegi, que sí acudió a la presentación, supongo que a título particular, pues no se dio por aludido por dicha marginación.

Seguimos sufriendo una Ley del Euskera discriminadora que impide a miles de personas en Navarra el acceso al modelo D. Y allí donde se puede se ponen trabas a su desarrollo. El caso de Patxi Larrainzar es el paradigma. Después de años de reclamaciones, y tras múltiples movilizaciones, consiguieron al fin la ampliación.

Pero este año han surgido nuevas necesidades y ha sido tal la indiferencia del Departamento que finalmente los padres y madres han tenido que optar por la vía de los hechos y forzar una cuarta línea en el espacio y con los medios disponibles. En este tema, no es que vayan por detrás de la sociedad, es que actúan en contra de su criterio.

Una encuesta reciente de su Departamento reconocía que el modelo D es el más solicitado en Iruña y Comarca. Y la respuesta de su partido a esta realidad sigue siendo mantener un marco normativo discriminatorio e injusto.

Es más, la alcaldesa de Iruña se obceca en imponer la opción inglés-castellano en educación infantil, anteponiendo este modelo incluso allí donde la demanda mayoritaria es en euskera, con independencia de que se impulsen otras lenguas.

Lo mismo han hecho en Agoitz, donde habiendo una demanda mayoritaria en euskera para el ciclo de 0 a 3 años, se han negado.

Y parece ser que no sólo actúan así con los navarros. Representantes de asociaciones de inmigrantes nos han hecho llegar su queja de que se les oculta la existencia del modelo D a nuevos residentes que acuden a la Administración Foral.

Se empeñan en convertir el aprendizaje de lenguas en una política de confrontación. Claro que, un partido y un gobierno cuyo presidente hace las afirmaciones que realizó el señor Miguel Sanz hace dos semanas sobre la educación bilingüe, difícilmente puede entender el valor y la riqueza cultural que supone disponer de una lengua propia. Mucho menos comprender la realidad del multilingüismo, que desde hace varias generaciones es un hecho en Europa.

Sanidad

Si algún Departamento ha reflejado con claridad la ineficacia y el espíritu de retroceso en el sistema público éste ha sido Salud, donde han abandonado los dos retos de futuro más importantes que tenía ante sí la Administración Pública de Navarra: la investigación y el Plan Oncológico.

La primera la han dejado en manos de la iniciativa privada – del Opus Dei, con la carga política que ello supone –, y además han renunciado sin pedir contraprestación.

En el caso del Plan Oncológico, lejos de reconocer su abandono intentan ocultarlo, presentando en su lugar la modernización de un servicio de radioterapia obsoleto, que pretenden vender como un mérito de su gestión.

En definitiva, su aplicación de la llamada sanidad mixta se ha traducido en una derivación sistemática de servicios fuera del sistema público.

El problema de las listas de espera es escandaloso. Y ello que utilizan todo tipo de argucias, incluso la presión a los profesionales, para evitar que los datos salgan a la luz.

El retraso en la atención no sólo afecta a las especialidades, está entorpeciendo la diligencia en atención primaria. Hecho que se traduce en un aumento del recurso de los usuarios al servicio de urgencias, con la consiguiente desnaturalización de su función y objetivos.

La razón de esta situación es la ineficacia de su gestión y la falta de planificación. Navarra dispone de infraestructuras y de profesionales cualificados, e incluso en algunas áreas, de servicios tecnológicos punteros, recursos que no se optimizan debido a una gestión incapaz que está llevando a un sistema sanitario que llegó a ser pionero en el Estado a un retroceso injustificado y cada vez más preocupante.

Bienestar Social

Bienestar Social ha conseguido, desgraciadamente, el mayor protagonismo de todas las áreas debido a la polémica gestión de sus máximos responsables, y el aprovechamiento personal del cargo por parte de algunas personas de su confianza (alguna de ellas, como el señor Alli, ensalzadas personalmente por el presidente Sanz ante esta Cámara).

Probablemente pensaron que con el cese del señor Palacios iban a lavar la imagen de su gabinete de cara a las próximas elecciones. Pero Aspace, Adona, Humanismo y Democracia… son ejemplos de una gestión permanentemente asaltada por el escándalo, que ha desprestigiado la imagen de una de las áreas más sensibles de nuestro sistema asistencial.

En tres años no han hecho nada para desarrollar proyectos pendientes en este Departamento. Eso sí, han cesado a dos consejeros. Y ahora a última hora pretenden vendernos como objetivo cumplido varios de ellos que han puesto en marcha en fechas recientes: el Plan Gerontológico, la Ley de Servicios Sociales y el Plan de Igualdad entre hombres y mujeres.

Salud Mental, atención a la tercera edad, adecuación a las necesidades sociales son temas candentes sin solución.

Culminada la legislatura, su actuación corrobora su falta de convicción y planificación en un área social fundamental, cuyo prestigio ha resultado gravemente dañado.
Cultura y turismo

Lejos de aprovechar la oferta cultural para reforzar e impulsar nuestra propia identidad y atraer al visitante, gestionan desde el más absoluto caos y falta de criterio. Salvo en lo que se refiere, una vez más, a su clara posición contraria a la cultura vasca de Navarra, y que llevan a la ridiculez suprema en el caso de un euskaldun como lo fue San Francisco Javier, al que hacen ustedes paradigma de la españolidad junto a Sancho el Mayor.

Su obra estrella en esta legislatura, el Palacio de Congresos y Auditorio de Pamplona, ‘Baluarte’, en 2005 ha vuelto a presentar pérdidas, que ascienden ya a 11 millones de euros.

Mientras que la celebración del 500 aniversario de nuestro patrón, pese a la expectativa generada, ha resultado pobre y no ha servido para el lanzamiento turístico de una comunidad que carece de un reclamo potente a la altura de las ciudades colindantes. Es más, en los últimos dos años, tras la desaparición de Festivales de Navarra, autóctonos y visitantes no tenemos más alternativa de ocio en verano en esta Comunidad que el Festival de Teatro Clásico de Olite y los Sanfermines. En este tema, no hay más que consultar los últimos datos de turismo para constatar su sonoro fracaso.

En su obsesión por poner frontera con los demás territorios vascos, no se están aprovechando las sinergias que depararía para Navarra la colaboración con una Comunidad Autónoma Vasca cuyo ascenso turístico está siendo espectacular.

Por otra parte, el patrimonio cultural, o se desatiende o se gestiona de forma errónea, como ocurre con restos arqueológicos, valores museísticos y con la propia Fundación Oteiza.

Especialmente grave es el caso del legado del principal escultor vasco del siglo XX, y que prefieren esconder o desaparecer por su visión cegata de la riqueza cultural. Actitud con la que incumplen las condiciones del propio Jorge Oteiza para la donación de su obra a Navarra.

Política lingüística

Qué decir de su política lingüística. Si el pasado año fueron capaces de leer al revés el informe del Consejo de Europa, este año han recurrido a un ardid para eludir nuevamente la concesión de la licencia a Euskalerria Irratia.

Tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Navarra que dejó en evidencia la irregularidad del proceso de adjudicación anterior, han vuelto a repetir el mismo resultado, en esta ocasión pagando con dinero público a una consultora externa para que les facilite un informe que les sirviera de asidero.

Claro que el informe que ese respalda sus tesis ha sido tan inconsistente que no se atreven a defenderlo en público; aunque, curiosamente, sí aceptan sus conclusiones, planteadas a través de la Mesa de Contratación.

Otra vez conceden la licencia de emisión a Net 21, meses después de que esta emisora cerrara, según los trabajadores, por razones de inviabilidad económica. Lo cual no sorprende, teniendo en cuenta que esta emisora no presentó en su momento el Plan de Viabilidad que era requisito en el concurso. ¡Es el colmo que otorguen la frecuencia a un medio cerrado!

En una encuesta elaborada por su gobierno, la sociedad navarra se mostraba totalmente favorable a la normalización de la presencia del euskera, en la Educación y en otros ámbitos. Incluso modificando la ley.

Sociedad por un lado, y ustedes por el contrario. Y en sus filas señor Sanz, peor. El director general de Política Lingüística salió a desmentir esos datos presentados por el Consejero de Educación, el señor Campoy.

Desprecio del euskera en el acceso a la Administración Foral, desaparición de esta lengua de señales viarias, de la denominación de calles en Iruña, en la documentación administrativa… están haciendo todo lo posible por borrar nuestra lengua de la faz de Navarra. Porque ustedes, señores y señoras de UPN y CDN, no la consideran una lengua propia, como reconoce incluso la actual y limitada ley, sino como una realidad enemiga a erradicar.

¿Cuánto dinero público han invertido los últimos años en desandar lo andado, quitar carteles y cambiar membretes? Podría insistir aquí en esa ‘intención normalizadora’ del Gobierno navarro en torno a las señales viarias y los topónimos pertinentes.

A resultas de esa ‘actitud magnánima’, que no de justicia, por parte del Ejecutivo; asistimos a una de las situaciones más curiosas que se han dado en política en los últimos años.

Se cambiarán las señales monolingües en castellano cuando se estropeen, pero si se observa intencionalidad en su mal estado, entonces seguirán siendo en castellano.

Supongo que UPN y CDN colocará a una cuadrilla de sesudos varones en ese difícil análisis del metal señalizador, y me temo que siempre llegarán a la misma conclusión: el daño ha sido intencionado. O sea que en español.

Éste ha sido un ‘sextenio negro’, y no sólo por el lamentable retroceso normativo que se ha impuesto al euskera, sino también por la bárbara campaña de reducción presupuestaria (que algunas organizaciones sitúan por encima del 60%) que han ejecutado de forma paralela.

En su intención tergiversadora ustedes propugnan la incultura, la intolerancia, el odio y el enfrentamiento, convirtiendo lo que no es más que una herramienta de comunicación y un patrimonio cultural común, en elemento de división.

No atienden ni a la razón, ni a los tribunales, ni a la sociedad. Presentan esta lengua como una amenaza, inventándose como siempre agravios, con el único afán de generar prejuicios contra su desarrollo y normalización. Y ello pese, y en contra, del criterio de la mayoría, que aprecia y reivindica esta lengua como propia, como ponen año a año de manifiesto las encuestas y un hecho palpable como el aumento paulatino de la matriculación en euskera.

Administración Local

El Gobierno de Navarra ha sumido a las instituciones navarras en una profunda decadencia. Año tras año tenemos que insistir en que no acometen los retos necesarios en la Administración Local.

Ni la imprescindible autonomía y suficiencia financiera de los entes locales, para que puedan hacer frente a las nuevas responsabilidades que están asumiendo.

Al contrario, cada vez dependen más de los recursos del Gobierno de Navarra, abonando la sospecha del ‘clientelismo político’.

La falta de respeto a la oposición, el ninguneo, son muestra de una gestión basada en los favoritismos y el trato de favor, en función de la sigla o de la capacidad de control sobre entidades e instituciones.

Otra legislatura sin mapa local, y aquí nos ofrecemos para racionalizarlo desde nuestras responsabilidades municipales.

Ningún plan de modernización de los Entes Locales. El único cambio es la ley de grandes ciudades, implantada de Madrid para quitar de en medio a la oposición política.

Agricultura: situación económica de la Montaña navarra

La apuesta de este gobierno por las grandes explotaciones agrícolas y ganaderas complica, e incluso pone en riesgo, el desarrollo de la montaña navarra. En su Estrategia Territorial atribuyen a esta zona el desarrollo del sector terciario como alternativa económica principal de futuro, cuando saben bien que la opción turística no es una fuente suficiente para su viabilidad.

La zona norte y el pirineo navarro requieren de un tratamiento específico, una planificación propia para hacer frente a problemas como el despoblamiento de muchos de nuestros pueblos, con el fin de ofrecer atractivos a las futuras generaciones para propiciar su asentamiento.

Resulta fácil afirmar desde la distancia que ‘a la montaña le toca el turismo’. Lo difícil es conjugar el respeto a la costumbre local – que no es otra que el sector primario –, que además constituye parte de su atractivo turístico; el desarrollo industrial, y un impulso al turismo mediante iniciativas concretas y una colaboración intensa con otros territorios más expertos en esta área.
Vivienda

Tema recurrente y que está entre las primeras preocupaciones de los navarros y navarras, y en especial de nuestros jóvenes. La situación generada como consecuencia de tantos años de contención de la oferta de Vivienda de Protección Oficial no ha sido resuelta por las últimas concesiones, que no han sido suficientes para responder a la demanda real existente.

Una demanda cada vez más desesperada ante el incremento brutal que ha registrado el precio de este bien básico en el mercado libre en los últimos cuatro años. Según los últimos datos del INE, la vivienda es el producto que más se ha encarecido este año en la Comunidad Foral, un 4,9%. Aumento que no guarda relación alguna con la tendencia media de los salarios, lo cual dificulta cada vez más la supervivencia de la economía familiar y la emancipación de la juventud.

Si el año pasado aludíamos a ese más del 40% del sueldo que hoy día se tiene que destinar a la adquisición de este bien, muy por encima del 30% recomendado por las entidades bancarias, este año debemos tener en cuenta además el impacto negativo que va a tener el incremento de los intereses bancarios.

Economía, empleo y estrategia industrial

Afortunadamente Navarra hoy mantiene todavía unos altos índices de bienestar, lo cual se debe, fundamentalmente, a su capacidad de autogobierno, a la iniciativa empresarial y al esfuerzo de sus trabajadores.

El dato del paro, el único habitualmente positivo en Navarra, ha aumentado respecto a 2005 en más de un punto, situándose, según los últimos datos del Instituto de Estadística de Navarra, en el 6,73%. Cifra que en el caso de las mujeres asciende al 10%.

La precarización del empleo es un fenómeno creciente. Las medidas de flexibilización promovidas en los últimos años por la derecha navarra y estatal han hecho degenerar las condiciones laborales del trabajador, cada vez más sometido a los intereses de coyuntura de la empresa y a la temporalidad, además de a una remuneración insuficiente.

Seguimos sin resolver el problema de la siniestralidad laboral.

La situación generada este último año en Volkswagen ha puesto nuevamente en evidencia los riesgos y la inestabilidad de una economía dependiente de la marcha de un único sector y de una única empresa. El propio Gobierno advirtió en el transcurso de la última crisis de algo que no ha querido reconocer públicamente hasta ahora: la posibilidad de que la empresa abandone Navarra.

¿Qué han hecho ustedes para diversificar la economía en las tres legislaturas que llevan en el poder? ¡Absolutamente nada! En su discurso de investidura señaló entre una de las prioridades de su gobierno el impulso a la industria de energías renovables. ¡Y resulta que cuando teníamos una empresa en auge y con proyección exterior, como EHN, venden su participación para contrarrestar la pérdida de ingresos de la Hacienda Foral, entre otras cosas, por el descenso coyuntural de la producción de Volkswagen!

Sus decisiones se basan en una visión a corto plazo que pone en serio peligro la viabilidad económica futura de Navarra. No toman medidas para hacer frente al fenómeno de la deslocalización, mediante políticas de arraigo empresarial, de impulso a la iniciativa propia, y desde planteamientos opuestos al aplicado en el caso de EHN.

Al contrario, dan toda clase de facilidades a la implantación de grandes empresas ajenas a Navarra y generan agravios con el tejido empresarial propio; abandonan EHN, proyecto engendrado con dinero de todos los navarros, justo en el momento en que empieza a obtener rentabilidad, perdiendo la capacidad de influir en las decisiones estratégicas de la empresa… En definitiva, optan por el efectismo en vez de por una apuesta a largo plazo.

Por otra parte, el Gobierno de Navarra sigue sin utilizar el potencial del Convenio Económico para desarrollar una política fiscal y financiera propia y adecuada a las necesidades de Navarra.
Se limita a aplicar algunas de las modificaciones fiscales que se realizan en el Estado, sin hacer una planificación propia.

Defienden con tan poca convicción nuestra soberanía fiscal, que dan pie a su cuestionamiento permanente por parte de otras instancias, sea la Comunidad riojana, el Gobierno español de turno o el Tribunal Constitucional.

Tanto es así, que ha sido un Tribunal europeo el que habiendo establecido el reconocimiento implícito de nuestro sistema propio, ha dejado en evidencia la debilidad de su posición política, al no exigir de antemano el respeto a nuestras competencias en el marco de la UE.

Sus sucesivas reformas tributarias del IRPF han primado a las rentas más altas, aumentando en vez de reducir las diferencias sociales. El que todos los grupos de esta Cámara enmendemos a la totalidad su propuesta de modificación deja de manifiesto el espíritu de su propuesta.

En lo que respecta a otras situaciones impositivas, como el Impuesto de Sucesiones, del que históricamente hemos alardeado de una práctica exención en Navarra, el último año han dado un giro brutal, incrementando de forma absolutamente desproporcionada la valoración que se aplica a dicho tipo.

Infraestructuras y comunicaciones

Ya han presentado el proyecto para la mejora de la N– 121- A. Ha sido necesaria la presión insistente, la denuncia constante y el empeño firme de este grupo y de los alcaldes y concejales de la zona para que al fin este Gobierno atienda esta vieja reclamación de toda la zona norte de Navarra.

UPN y CDN se han tenido que ver contra las cuerdas para dar una solución al trazado de esta vía, cuyo pésimo estado provocó el año pasado una alta siniestralidad mortal. Se han dedicado a eludir responsabilidades de una gestión dominada por las fobias y caracterizada por su desinterés hacia la Montaña navarra.

No fueron capaces de obtener financiación del Estado para la autovía Pamplona – Logroño, hecho que ha retrasado el desarrollo de otras vías, como la Pamplona – Jaca. Si la autovía Medinaceli – Tudela forma parte ahora de sus reivindicaciones es gracias a que Nafarroa Bai consiguió que éste fuera uno de los compromisos del actual Gobierno español con Navarra. Compromiso que ni ustedes con el PP, ni el PSN con los Gobiernos socialistas han sido capaces de conseguir en los últimos 25 años.

Se olvidaron del Tren de Alta Velocidad. Ni siquiera mencionó el señor Sanz en su investidura la conexión de Navarra a la Y vasca y, por tanto, al resto de Europa. Tuvo que ser tras la iniciativa de la Comunidad Autónoma Vasca, desde la acomplejada actitud airada que adopta UPN cada vez que otros consiguen algo que la derecha navarra no ha trabajado por sí misma, como hemos logrado al fin que este gobierno inicie las gestiones pertinentes para conseguir dicha conexión, que algunos defendimos desde el principio.

Si fuera por ustedes, Navarra hubiera quedado descolgada de la red transeuropea de ferrocarril, de la que la Y vasca es considerada a día de hoy clave en este proyecto europeo.

De Bardenas no se acuerdan ni con el Gobierno del PP ni con el del PSOE. Mucho hablan de la voluntad de los navarros pero cuando se trata de hacerla respetar, como en este caso, no mueven un dedo. Y ello pese a que tienen el mandato de esta Cámara de presionar al Gobierno español para buscar otro emplazamiento a un polígono no deseado por la mayoría de la sociedad navarra.

En conclusión, Navarra es una Comunidad que, en virtud de su capacidad de autogobierno, situación geográfica y esfuerzo social tiene grandes posibilidades de avance y desarrollo. Pero este gobierno no aprovecha los instrumentos y recursos a su alcance de forma adecuada y óptima para propiciar dicho desarrollo: ni los políticos, ni los económicos, ni los sociales, ni los culturales ni los naturales.

Fuente: Begoña Errazti