Eusko Alkartasuna denuncia del golpe de estado dado por el Ejército hoy en Myanmar, y se reafirma en su defensa de los Derechos Humanos y la democracia. Asimismo, expresa su preocupación por las detenciones y encarcelamientos de los y las representantes democráticas, además del trato que se le vaya a dar a las personas detenidas.

El golpe de estado de hoy devuelve al país a un régimen militar después de un breve experimento de cuasi-democracia que comenzó en 2011, cuando los militares, que estaban en el poder desde 1962, implementaron elecciones parlamentarias y otras reformas.

El pasado 8 de noviembre, Myanmar celebró Elecciones Generales, en las que Ang San Suu Kyi, lider del NLD (siglas en inglés de la Liga Nacional por la Democracia), obtenía el 59% de los votos y el 83% de los escaños.

El Ejército se ha negado a aceptar los resultados de las elecciones, y hoy 1 de febrero, día en que se esperaba que el nuevo Parlamento respaldara los resultados de los comicios y aprobara el próximo Gobierno, con Ang San Suu Kyi a la cabeza, los militares han anunciado por televisión el golpe de estado, basándose en que la Constitución les permite declarar la emergencia nacional. El estado de emergencia, según la Junta Militar permanecería vigente durante un año.

El golpe de estado se ha saldado con la toma de control de la infraestructura del país por parte de los militares y de las detenciones de los líderes del partido gobernante NLD, incluida la Aung San Suu Kyi y el presidente U Win Myint, junto con los ministros del gabinete, los ministros principales de varias regiones, políticos de la oposición, escritores y activistas.

Eusko Alkartasuna afirma, del mismo modo, mantener su preocupación por la situación de las personas Rohinya, rama musulmana minoritaria que vive al noreste del país sin reconocimiento como grupo étnico del país, ni consideración de ciudadanía, fuertemente discriminada por la mayoría budista, y que desde 2015 y especialmente desde 2017 ha sido obligada a abandonar el país por parte del Ejército, obligando así a más de 723.000 personas a buscar protección en Bangladesh.