Reclama «responsabilidad política» para abordar «el núcleo político del conflicto» y pide que no se use el alto el fuego para dilatar el diálogo Begoña Errazti considera que el Aberri Eguna del domingo tiene un significado especial para Eusko Alkartasuna «de futuro y de confianza» marcado por el alto el fuego permanente de ETA. «Este año va a ser de esperanza en que la situación del pueblo vasco, tan mediatizada por la violencia, va a cambiar para que podamos hablar de normalización política y, por tanto, de normalidad».

-¿Hay que separar el proceso de paz del diálogo para la normalización como plantea, entre otros, el presidente del PNV, Josu Jon Imaz?

-Lo que tiene que ver con la pacificación tiene que ver en parte con un diálogo entre el Gobierno y ETA, fundamentalmente en el tema de los presos. Pero la cuestión de la paz va más allá y supone un esfuerzo en el que también debemos tomar parte instituciones vascas, agentes políticos, ciudadanas y ciudadanos vascos, todos los que tienen que ver con hacer realidad la reconciliación. Y ahí nosotros ya somos parte para que la sociedad vaya amortiguando y vaya eliminando las consecuencias de la violencia. Es una labor complicadísima que supone un cambio de mentalidad. Otra cosa es la normalización política. Desde el momento en el que tiene que ver con el conflicto político, la actual coyuntura y la existencia de ETA se va a tocar con la pacificación. La normalización tiene que ver con el reconocimiento de la nación vasca y de su capacidad de decisión. Ése es un trabajo exclusivo de los partidos vascos, no debe haber otros agentes. Y en el tiempo puede que se toquen ambos procesos. Probablemente veremos más avances en el primer momento en el tema de pacificación, pero al final no podemos obviar ir al núcleo del conflicto, es decir, a la normalización. Es el tema peliagudo.

-¿Pero no hay que separarlos en el tiempo?

-No necesariamente se tienen que separar ambos planos. Que porque el Gobierno español hable con ETA o que otros hagamos gestiones para afrontar el fin de la violencia no significa que los partidos vascos debamos renunciar a buscar nuevos encuentros y afrontar la mesa de partidos. No vale decir, empiezo con un proceso, lo termino y comienzo el otro. Se puede estar con los dos procesos simultáneamente a la vez.

-Pero se defiende que ambos procesos se distancien para que no se interprete que ese nuevo acuerdo político pueda ser el precio a pagar por el final de la violencia…

-Es que yo creo que las cosas debían estar ya claras a estas alturas. Ahora ya no hay excusas y ya no está ETA para decir que con violencia no hablamos.

-¿Cree que ETA ha renunciado a ejercer de garante de un proceso?

-¿Por qué reconocerle a ETA un papel de garante que no lo hemos aceptado en otros momentos? Sería una locura hacerlo ahora.

-¿Tienen ustedes prisa para abordar ese diálogo político?

-Prisa no, pero tampoco tenemos que ralentizarlo. No podemos parar en la búsqueda de soluciones, porque ahora se puede dar un riesgo. Ya no está ETA y esperamos que sea irreversible su final. Pero el peligro es que en lugar de abordar el contencioso, se maree la perdiz y se dilate el diálogo por intereses partidistas y juegos de poder. Ahora es cuando hay que hacer un ejercicio de responsabilidad política. Todos.

-Su presencia en el Foro de Debate Nacional, en la manifestación del 1 de abril o sus tesis respecto a la simultaneidad de los dos procesos confirman un distanciamiento paulatino entre EA y el PNV. ¿Le preocupan estas discrepancias?

-Es que en lugar de hablar de discrepancias tendremos que hablar de proyectos políticos distintos. EA ha defendido estas posiciones siempre. No son ninguna novedad y el tiempo nos está dando la razón.

-Pues hay quienes dentro de su partido tampoco entienden que se esté participando en el Foro de Debate Nacional cuestionando el marco institucional y con unos compañeros de viaje -la izquierda abertzale- que las propias bases de EA no terminan de entender…

-El Foro Nacional ha servido y a los hechos me remito. Tres años de trabajo nos han llevado a este escenario de alto el fuego de ETA. Hemos trabajado en torno a unos objetivos que se han cumplido. Podemos afirmar con toda rotundidad que las apuestas políticas en torno a la paz y a la normalización han sido acertadas porque ahora estamos en un escenario distinto. Su trabajo ha sido un motor del alto el fuego. Aunque sólo fuera porque desaparecieran los asesinatos, como afortunadamente se ha producido, Begoña Errazti haría la misma apuesta. Cualquier frivolidad en el análisis es contraria a lo que es hacer política seria para terminar con una situación de chantaje y de violencia.

-¿Usted teme que el PSE y la izquierda abertzale estén orillando a otros partidos nacionalistas de cara a un proceso de diálogo?

-Todos tenemos un papel sin exclusiones y sin excusas. Que han hablado lo hemos dicho y nos parece bien. Tendrán que hablar de su legalización, por ejemplo. Pero no creo que el conflicto político vasco se solucione con este diálogo bilateral. La solución pasa por un encuentro entre todas las fuerzas políticas, como un ejercicio de responsabilidad y de profundización democrática.

-La firma del manifiesto de las mujeres ´Ahotsak´, ¿qué significa?

-Hay de todo, lo firman nacionalistas españolas y nacionalistas vascas, tiene una virtualidad, esto es posible.

-¿Por qué ha sido posible?

-Tendré que pensar mucho sobre esto teniendo en cuenta que voy a ser la única mujer que se va a sentar con hombres en la mesa de partidos. Las mujeres tenemos una cierta mayor capacidad de reconocimiento de errores, de crear equipos, más de futuro, de reconocer a las otras y de apostar con valor. El manifiesto empuja a los partidos y obliga a las siglas desde una voluntad positiva. La nueva época que se abre exige un cambio en la mentalidad colectiva.

-¿EA sigue en la mentalidad del chip de Lizarra?

-Lizarra fue importante porque por primera vez fuimos capaces de llegar a acuerdos que cambiaban el ambiente anterior y por la percepción que tuvo la sociedad vasca de que se podía terminar con ETA y arreglar el conflicto político. Y Lizarra, junto con otros factores de cambio social, convirtió en irreversible el proceso de fin de la violencia de ETA. Fue esa conciencia de cambio la que nos permitió salir del agujero. No sé lo que es el chip de Lizarra. Sé que Eusko Alkartasuna estuvo en Lizarra porque era un intento en esa dirección de solución.

-Pero se rompió…

-Claro, un intento que podía servir para llegar al final, y no sirvió para ello pero sí sirvió para que el proceso fuera irreversible.

-Y ahora en el nacionalismo vasco afloran dos modelos para la normalización política: la acumulación de fuerzas soberanistas o la búsqueda de mayorías transversales…

-La famosa transversalidad…

-No le gusta esa idea…

-Ni me gusta ni me deja de gustar. El concepto de transversalidad lo oigo para justificar determinadas cosas en todos los ámbitos. En la defensa de los derechos nacionales el acuerdo entre partidos abertzales es necesario porque es más fácil. Pero a EA no le veo ahí exclusivamente. Mi partido quier llegar a una mesa de partidos resolutiva y eso significa que tenemos que llegar a unos acuerdos. Si la transversalidad significa que en ese acuerdo haya diferentes ideologías y sentimientos nacionales, supongo que es lo que va a pasar y está bien. Pero que no signifique que un partido, en este caso el PSOE, tiene el derecho de veto para que haya acuerdo o no. No vale usar las reglas de juego sólo cuando te interesa. Eso es jugar con las cartas marcadas.

-A sus socios de ERC no les gusta la carta de la reforma del Estatut…

-¿Cómo les va a gustar si deciden unas cosas en el Parlamento catalán y al día siguiente lo cambian en La Moncloa con la foto entre Rodríguez Zapatero y Mas? Será la ciudadanía catalana la que se posicione, pero es una lección que hay que aprender. Zapatero no ha respetado la decisión del Parlament.

-¿Y en Euskadi podría pasar una foto similar entre Zapatero e Imaz?

-Confío que no, pero lo que es seguro es que en esa fotografía no estará Begoña Errazti. Hay unos compromisos políticos de gobierno con el PNV, ahora, y se están cumpliendo. Lo otro sería una traición.

«El debate sobre la coalición con el PNV no está en mi agenda»

Begoña Errazti no tiene como prioridad el debate sobre la coalición o no con el PNV en las próximas elecciones. «No está en mi agenda», afirma al tiempo que niega que el PNV les haya emplazado a aclarar la incógnita cuanto antes. Tampoco hay una decisión sobre un hipotético retraso del congreso de EA, en principio previsto en otoño, para que no coincida con el período electoral de 2007.

Errazti rehusa pronunciarse sobre el anuncio de Gorka Knörr de darse de baja como afiliado del partido, un tema «sin trascendencia, sobre todo si se tiene en cuenta que ya ha sido respondido por la portavoz de la Ejecutiva Nacional».

Parlamentaria en la Cámara navarra, piensa que la alternativa a la «derecha de UPN» pasa por un pacto plural entre todos los progresistas. «Para ello el PSN tiene que cambiar de discurso y cambiará si se lo pide Zapatero», advierte.

Recuerda que EA siempre ha defendido que la izquierda abertzale participe en las elecciones y no cree que su incorporación les complique necesariamente el espacio político. «Es EA es el que está en su sitio, en la socialdemocracia y en los derechos nacionales. Si otros han cambiado, pues estupendo, pero este discurso es el nuestro», señala.

«Está mucho por ver», opina sobre una supuesta simplificación del mapa político provocado por el fin de ETA. «Estoy por ver qué van a defender algunas personas del MLNV en el ámbito ideológico, porque no forman un bloque homogéneo».

ALBERTO SURIO/ diariovasco.com

Fuente: Begoña Errazti