Karmele Antxustegi. Parlamentaria

Acabamos de finalizar el 2003, año europeo de las personas con discapacidad.

Durante ese año hemos oído hablar sobre la persona con discapacidad, su situación , sus necesidades, sus demandas, etc., al mismo tiempo que hemos oído hablar sobre los compromisos adquiridos por parte del mundo político. Me refiero a todos los compromisos adquiridos a nivel europeo, estatal, autonómico, regional y municipal
Espero que haya la misma intensidad en la ejecución de los compromisos que en su adquisición. Y digo: ´ espero´ , ya que a veces da la sensación de que una vez pasado el Año europeo de cualquier colectivo se terminaron los compromisos adquiridos con esas personas o colectivos.

Tengamos en cuenta que estamos hablando de personas con derechos que tenemos todo/as por el mero hecho de ser personas. ¿ Cuál es la única diferencia que tenemos estas personas?. La única diferencia es que para poder ver, oír, hablar, caminar, expresarse, desarrollarse, etc. necesitamos unos ´recursos especiales´.

Estos recursos deben ser también considerados como derechos porque son un requisito imprescindible para que las personas con discapacidad disfrutemos de los derechos personales. Con ello quiero recordar que una persona con discapacidad, sea ésta la que sea, tiene derecho a la salud, a la educación, al tiempo libre, al empleo, a la vivienda. Tiene derecho al acceso a todo lo que tiene derecho cualquier otra persona que no tenga reconocida una ´minusvalía´.
Asimismo, quiero recordar que cuando se redacten Planes, Leyes, Órdenes, o cualquier otra regulación con la intención de diseñar políticas para lo/as ciudadanos/as hay que tener en cuenta la DIVERSIDAD de manera que no se tenga que recurrir a posteriori a políticas exclusivamente dirigidas a determinadas personas. Quiero pensar que ha terminado el tiempo de las políticas ´de parcheo´ y entremos en la era de la política integradora e inclusiva. Las discriminaciones positivas son un medio transitorio y no son un fin. El fin es la inclusión efectiva y real.

En este sentido, quisiera que todo/as comenzásemos el año 2004 teniendo en cuenta en todas nuestras actuaciones que:

– Todas las personas tenemos los mismos derechos

– Que la diversidad existe

– Que la diversidad es riqueza

En consecuencia, todo lo que diseñemos tiene que atender a esa diversidad y debe cumplir los criterios del DISEÑO PARA TODO/AS.

Es una realidad que la mayoría de las personas deseamos ejercitar nuestros derechos para ser personas autónomas y desarrollarnos de una forma integral para poder aportar a esta sociedad nuestras capacidades. Soy consciente de que muchas personas no van a poder hacer una aportación visible y activa pero no por ello dejan de tener sus derechos sino que, al contrario, estamos en la obligación de poner los medios para que vivan de una forma digna ello/as y sus familiares. Quisiera aprovechar para expresar mi agradecimiento por la labor que llevan a cabo las familias de las personas con discapacidad que a diario hacen un esfuerzo y se entregan en todos los niveles para asegurar el futuro de ese/a hijo/a, hermano/ a, pareja., etc.

Desde Eusko Alkartasuna intentamos tener en cuenta la diversidad y las desigualdades existentes en todas las políticas que hemos desarrollado y desarrollamos en las instituciones públicas vascas. No obstante, somos conscientes de que, aún habiendo realizado políticas basadas en la justicia, todavía hay mucho que hacer para lograr una sociedad justa donde no haya diferencias basadas en la discapacidad, ni en el género, ni en la raza, ni en cualquier otra circunstancia injustificadamente discriminatoria.

Es por ello por lo que insisto con esta reflexión escrita y pido que todo/as sin excepción tengamos en cuenta que todas las personas tenemos los mismos Derechos independientemente de que tengamos características diferenciadas. Así, si algunas personas necesitamos determinados recursos para poder disfrutar de todos nuestros derechos, los políticos y la sociedad en general tenemos la obligación de facilitar su alcance.

Esperemos que el 2003 haya sido un año de conocimiento de las distintas situaciones y de reflexión sobre cómo viven las personas con discapacidad, sus demandas y sus objetivos y que el 2004 y los años venideros sean años de políticas reales que garanticen el ejercicio de los derechos de todas las personas. Confío en que mi esperanza sea una realidad y personalmente me comprometo a hacerlo en todo lo que esté en mi mano.

Fuente: Karmele Antxustegi