Ley vasca de universidades, un ejercicio de democracia
El pasado miércoles 31 de Octubre el proceso de aprobación de
la nueva Ley de Universidades en el Parlamento de Madrid daba un paso decisivo.
La Sociedad y la Comunidad Universitaria dispondrán de la misma en un
brevísimo plazo de tiempo.

En la era de la globalización, las tecnologías de la Información,
la Comunicación y la Sociedad del Conocimiento, la Universidad se encuentra
ante una encrucijada de gran calado cuya gestión y correcta solución
resulta vital para la misma.

La aparición de nuevos agentes formativos e investigadores, el anclaje
en el espacio educativo europeo, el cambio sustancial en el propio proceso de
producción del conocimiento y el descenso demográfico. son tres
aspectos concretos que a corto plazo tendrá que afrontar la Universidad
desde ámbitos más abiertos y menos definidos.

El Ministerio de Educación y el Gobierno del PP pretenden aprobar una
ley que no responde a las necesidades de una Universidad con vocación
de futuro, truncando asi las expectativas derivadas de la necesidad de actualizar
la ya obsoleta LRU del 83.

La Ley de Ordenación Universitaria que el PP se obstina en llevar adelante
a pesar del rechazo mayoritario nace sin diagnóstico previo sobre la
situación universitaria. A sus autores no parece interesarles el conocer
el estado de la cuestión de aquello que van a legislar. Los objetivos,
el sentido y alcance de la Ley tampoco han sido elementos de interés,
de hecho resulta difícil determinar cuál es el modelo de sistema
universitario que se propone.

El texto que se propone invade la Autonomía Universitaria, pilar básico
de la Institución Docente e Investigadora que recoge y garantiza el articulo
27 de la Constitución y que representa una premisa fundamental para hacer
frente al escenario y necesidades antes descritas. Una Universidad que puede
ejercer su autonomía está en condiciones de adaptarse, según
sus potencialidades, a los requerimientos de su entorno.

Lejos de todo ello, la Ley de Universidades del PP plantea determinar desde
el centralismo mas absoluto, desde Madrid aspectos tan determinantes como cuales
deben ser las áreas de conocimiento, cómo deben regularse los
Departamentos Universitarios, los límites a la admisión de alumnos/as
en las diversas titulaciones… en definitiva, cómo organizar y gestionar
nuestras Universidades sin contar con nadie, sin el respeto debido, obligado
a las instituciones y colectivos politicos y universitarios. La Ley de Universidadas
del Gobierno de Madrid es un claro ejemplo de desconfíanza en la madurez
del sistema universitario. EL PP prefiere intervenir a dar libertad,opta por
gobernar desde el dudosamente democratico estilo politico de “Todo por
pueblo pero sin el pueblo”

Algo similar ocurre con la autonomía política. Las Comunidades
Autonomas quedan como meras financiadoras del sistema, en franca relación
asimétrica con el Gobierno de Madrid que se reserva para sí el
poder regular y diseñar nuestras universidades con el soporte financiero
de las Comunidades.

Resulta reveladora la concepción del Estado de las Autonomías
que tiene y manifiesta el Partido Popular. La situación es aún
más grave en el caso de las Comunidades Históricas, en particular
la nuestra. Si ya en el art. 2 de la Constitución se afirma la autonomía
territorial, el art. 16 del Estatuto de Gernika confiere a nuestra Autonomía
facultades especiales en todo el ámbito educativo dejando en manos del
Estado el velar por las garantías fundamentales, la Alta Inspección
y la Coordinación General del Sistema. Pero, no hay que olvidar que este
art. 16 del Estatuto de Autonomía tiene como base fundamental la Disposición
Adicional Primera de la CE, que hace referencia a la posibilidad extensiva de
las competencias en base al reconocimiento de los derechos históricos.
Es decir, la Constitución y el Estatuto dejan abierta la posibilidad
de adicionar competencias, aumentarlas pero en ningún caso restringirlas.
Es pues, desde esta perspectiva institucional y normativa desde donde argumentamos
que la LOU es una Ley restrictiva y poco respetuosa con el hecho autonómico.

Eliminadas de raíz la Autonomía Universitaria y la Autonomía
Política y ante la necesidad de responder a una realidad universitaria
diversa, la ley que nos viene plantea como solución la homogeneización,
la uniformización obligatoria desde el centralismo politico.

En lo que a nuestra Comunidad Autónoma se refiere, una consecuencia inmediata
va a ser la dificultad, cuando no impedimento, de abordar adecuadamente nuestra
peculiaridad lingüística. El desarrollo del euskera como lengua
universitaria queda en claro riesgo con la nueva Ley.

Sin embargo, esta nueva ley no solo es mala, inadecuada por lo que plantea sino
que lo es por “las formas” que han rodeado su elaboración y
el procedimiento de aprobación que esta siguiendo.

Efectivamente, el proceso se esta caracterizando por la ausencia de participación
de los sectores e instituciones implicadas y por un sinfín de muestras
de escaso celo formal. No ha habido espíritu de consenso y, por el contrario,
sí un celo impositor. La tramitación ha sido mínima, escasa
desde parámetros de respeto y consideración democráticos,
forzando situaciones y llegando a discutir en un solo día más
de seiscientas enmiendas.

El producto final es una Ley básica que reglamenta exhaustivamente y
que confunde ordenamiento autonómico con homogeneización, coordinación
con intervención.

Frente a todo esto ¿qué se puede hacer? O lo que es más
importante, ¿qué se debe hacer? La Universidad, nuestro Sistema
Universitario, no puede quedarse sin respuestas, sin modelos de referencia,
sin poder desarrollar el euskera, sin posibilidades de desarrollo futuro. Por
eso, el Gobierno vasco y el departamento de Educación, Universidades
e Investigación, deben ofrecer una respuesta sólida y solvente
que permita recuperar la esperanza al ámbito Universitario Vasco. En
este sentido, amparandonos en el ordenamiento jurídico vigente , es decir,
en la Disposición Adicional Primera de la CE y en el Estatuto de Gernika,
proponemos la elaboración de una Ley propia que regule las necesidades
y el futuro de las universidades vascas

En el ejercicio de desarrollo de nuestras competencias, redactaremos y pondremos
en vigor una Ley Vasca de Universidades que sera fruto del consenso de todos
los sectores implicados en el Sistema Universitario. Para ello vamos a establecer
una metodología de trabajo que, garantizando la participación,
posibilite sistemática y objetivamente las opiniones de todos los sujetos
universitarios respecto a la Ley. En definitiva, proponemos una vía por
la que puedan transcurrir las universidades, la representación social,
cultural, empresarial, etc. y determinen con sus ideas y su voluntad los contenidos
de la Ley.

Nuestra Ley de Universidades permitirá la adecuación de la actual
Universidad Vasca a un modelo más acorde con las exigencias del siglo
XXI, un modelo de universidad menos burocrática, más autónoma
y con capacidad dar respuestas estratégicas a las contingencias del entorno.
De esta forma conseguiremos una universidad competitiva, de calidad, capaz de
actuar en entornos abiertos y dinámicos; una universidad con vocación
europea, que apoyando la especificidad lingüístico-cultural de Euskalherria
sea capaz de recoger y atender debidamente a su pluralidad.

Desde ya y hasta su aprobación el próximo año, estableceremos
una metodología de trabajo, definiremos unos mínimos comunes que
permitan desarrollar al máximo la potencialidad de nuestras universidades
en el pleno ejercicio de su autonomía.

El primer resultado que obtendremos sera el que se derive del propio camino
de realización de la nueva Ley, incorporando de facto a la vida universitaria
las ideas y proyectos ilusionantes.

En definitiva, quienes creemos en la capacidad de nuestro sistema universitario,
quienes somos conscientes de la importancia estratégica del mismo para
Euskal Herria, queremos transmitir al ámbito universitario nuestra intención
y vocación de servicio para conseguir una Universidad mejor y por lo
tanto, una sociedad más próspera, solidaria y plural.
Fuente: Eusko Alkartasuna