Este año he bajado antes de los montes porque estoy preocupado por el ambiente
y la situación que se está generando en Navarra. El euskera, lengua
del viejo reino, se está utilizando como arma desde las instituciones.
Y, visto esto, me viene una reflexión a la cabeza: Cómo puede ser
que una lengua, que no es más que riqueza cultural, sea un arma?
Me hace feliz ver que la gran mayoría
de los navarros aman su lengua más antigua, el euskara. Pero no puedo
entender por qué no pueden aprenderla en todos los pueblos y ciudades;
por qué no pueden utilizarla en todos los ámbitos de su vida;
por qué lo que es la base, expresión y particularidad más
clara de nuestra cultura padece el odio del Gobierno de Navarra.
Son muchos, cada vez más, los navarros
que trabajan para abrir vías al euskara. Cada vez son más los
padres y madres que quieren que sus hijos aprendan esta lengua. Pero, sin embargo,
también son cada vez más las trabas que impone el Gobierno de
Navarra a estas demandas. No obstante, lo que más me preocupa y me duele
es el intento de crear odio en torno a nuestro euskara. Los intentos de dividir
a la sociedad utilizando el euskara como excusa.
Este año Europa ha celebrado el año
de las lenguas. En Navarra, en cambio, este ha sido, por desgracia, el año
en que se le ha declarado una guerra abierta y amplia al euskara. Por eso, y
para recordar y subrayar la responsabilidad de las instituciones en el bienestar
de la sociedad, quiero hacerle este año un regalo especial al presidente
de Navarra, Miguel Sanz, para que reflexione sobre las agresiones al euskera
del último año.
Por un lado, le daré la Carta Europea
de las Lenguas, para recordarle que las lenguas son un bien y una riqueza que
hay que preservar e impulsar; además, le devolveré el decreto
372/2000 aprobado por su gobierno el pasado mes de diciembre, para que retire
esta norma tan injusta tanto para nuestro tesoro, el euskara, como para los
euskaldunes. Lo más importante es entendemos y respetarnos mutuamente
y, para ello, el camino es escuchar al pueblo, hable en la lengua que hable.
Espero de verdad que el próximo año sea el del mutuo entendimiento,
este es mi deseo para la sociedad navarra.

Olentzero

Jatorria: Eusko Alkartasuna