Dicen en Madrid que el proceso soberanista catalán ha cogido velocidad de crucero aunque desde Eusko Alkartasuna vemos que simplemente sigue su recorrido acercándose a una culminación que desde ámbitos estatales creían que no llegaría. Esta última fase antes del referéndum coincide con el juicio que comenzará mañana, lunes, en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya al expresidente de la Generalitat Artur Mas, a la exvicepresidenta Joana Ortega y a la exconsellera Irene Rigau por la consulta del 9N.

El juicio es, evidentemente, político y más concretamente un juicio por hacer política. Además, es a la voluntad popular a la que se juzga en las personas de Mas, Ortega y Rigau, porque si la propuesta de referéndum no hubiera tenido respaldo social, no se habría llevado a cabo. Así, que también se juzga a la democracia. Juicio político a la voluntad popular y la democracia directa. Eso nos da la medida de la calidad democrática del Estado español.

La situación catalana, el juicio que se desarrollará a la vez que la fase final del proceso antes del referéndum, muestra además a un Estado español vencido. Cuando frente a la voluntad popular, la previsión de que más de dos millones de personas participen en una consulta para decidir su futuro de manera absolutamente democrática, un Gobierno amenaza con precintar las urnas o hacerse cargo de la competencia de Educación para evitar que los centros educativos se conviertan en colegios electorales, además de hacer el ridículo, demuestra estar vencido e incluso haber renunciado a tratar de convencer a la sociedad catalana para que renuncie a la independencia.

Lo que pasa y pasará en los próximos meses en Cataluña interpela a todos los demócratas del Estado español, que independientemente de su ideología, si realmente son demócratas, deben respetar la decisión de la sociedad catalana y no deberían aceptar que se juzgue a nadie por poner las urnas a disposición de la ciudadanía.

Ya no hay excusas y no las hay porque tenemos muy cercano el ejemplo escocés. Hemos visto que el Gobierno de Londres ha comprendido el significado de la democracia y que la sociedad británica ha visto con absoluta normalidad el proceso. Sabemos que es perfectamente posible que una nación defina su futuro en la Europa del siglo XXI, incluso más allá de legalidades impuestas.

Eusko Alkartasuna participa en las concentraciones que para hoy ha organizado Gure Esku Dago en apoyo a la sociedad catalana ante la inminencia del juicio y estará junto a Catalunya en todo el proceso de independencia. Solemos decir que para aprender y es cierto, pero sobre todo como ejercicio de democracia.