Euskal Herria Bildu ha denunciado el proceso electoral de Kutxabank en el doble aspecto de las formas y las consecuencias políticas.

Euskal Herria Bildu ha valorado el proceso de elecciones de las Cajas que forman Kutxabank.

El objetivo de esta convocatoria es valorar el proceso electoral de las cajas que integran Kutxabank.

Y lo que pasó ayer es grave, muy grave. En este proceso de elecciones ha quedado claro el blindaje del acuerdo que PNV y PP alcanzaron para repartirse el poder en Kutxabank y el apoyo de PSE y CCOO al modelo financiero de la derecha vasca y española.

La valoración de lo sucedido tiene dos partes. La primera, la formal, ya que el proceso en sí ha sido absolutamente denunciable y se ha caracterizado por la falta de ética, transparencia y democracia, con juego sucio incluido en Gipuzkoa para asegurarse el control de la Kutxa. Y en Araba tal vez por mera inercia, porque la mayoría de esta nueva entente PNV, PP, PSE y CCOO no estaba en juego.

Falta de ética, porque las presiones que han recibido quienes podían desequilibrar la balanza del lado de Euskal Herria Bildu han sido vergonzosas.

Falta de transparencia porque se han preparado unos estatutos ‘ad hoc’ y farragosos para asegurar una mayoría que en Gipuzkoa no existe. Una vez más se ha construido una mayoría artificial para impedir que el soberanismo de izquierdas ostente en instituciones y ámbitos financieros la representatividad que tiene en la sociedad.

Falta de democracia porque PNV, PSE, PP y CCOO se han negado a aceptar que la mayoría social y política de Gipuzkoa está alineada con Euskal Herria Bildu. Ahora que algunos ven los fantasmas de las posibles pinzas en las instituciones, la única fuerza que las ha sufrido ha sido Euskal Herria Bildu.

Euskal Herria Bildu tiene 35 de los 79 representantes en la Asamblea de la Kutxa. Una mayoría amplia y contundente en el herrialde en el que hemos ganado las 3 últimas elecciones celebradas, que gobernamos en la mayoría, inmensa mayoría de los ayuntamientos, y en la Diputación. Pues el PNV ha decidido que esa mayoría no es respetable, a pesar de ser bastante más amplia que la que los jeltzales tienen en el Parlamento Vasco, que Euskal Herria Bildu ha reconocido y respetado desde el primer momento. Iturbe, presidente de la Kutxa, encabeza la candidatura que tiene 14 de esos 79 miembros.

Xabier Iturbe ha demostrado tener muy pocos escrúpulos democráticos en este proceso.

Doble vara de medir, que indica falta de ética y falta de respeto a la voluntad de la ciudadanía.

Esto nos lleva a la valoración política. Y creemos que este comportamiento es absolutamente denunciable más en un momento en el que el objetivo de la normalización política exigiría de los responsables políticos un esfuerzo de consenso y acuerdo. Pero nuestros esfuerzos por llegar a consensos y por construir Kutxabank entre todos han recibido siempre el portazo por respuesta.

El primer portazo lo recibimos cuando desde la completa discrepancia pero con responsabilidad se llegó a un acuerdo sobre la fusión de las tres cajas de la CAV. Estábamos convencidos de la necesidad del proceso de fusión en sí y de que el momento económico que vivimos hacía necesario este esfuerzo. Sin embargo, el acuerdo alcanzado para la fusión se rompió de manera unilateral, con el único fin de restringir y limitar la representación de EH Bildu.

En este momento político de Euskal Herria volvemos a la política de la exclusión con una deslealtad absoluta que constituye un torpedo en la línea de flotación de las relaciones entre los partidos, nunca fáciles en este país y que en estos momentos necesitamos fluidas.

Lo sucedido tendrá también consecuencias más allá del ámbito político. Nos consta que la decisión de CCOO de sumarse al frente anti Euskal Herria Bildu le ha generado importantes tensiones internas. Y está claro que no mejorará la falta de credibilidad de un tipo de sindicalismo en horas bajas precisamente cuando el trabajo sindical más falta hace a los y las trabajadoras.

Os informamos de que por supuesto que vamos a impugnar la Asamblea de la Kutxa porque no vamos a permitir que se trampee la voluntad de la ciudadanía de Gipuzkoa y porque creemos que el objetivo de llevar un cambio a la principal entidad financiera del país lo merece.

No podemos decir que el proceso nos haya sorprendido porque PNV y PP mostraron desde el principio del proceso de fusión su intención de hacerse con el poder de Kutxabank y no permitir que un modelo alternativo a su gestión tuviera el sitio que le corresponde en el Consejo de Administración. Pero sí es cierto que el PNV ha llegado bastante más lejos de lo que nos temíamos y que ha tenido un apoyo mayor del que cabría esperar.

La lucha del PNV para hacerse con el poder absoluto en Kutxabank ha tenido muchos episodios, desde la ruptura del pacto alcanzado para la fusión, a la tramitación de la Ley Municipal, y culminando con las artimañas de la última semana que han sido secundadas con entusiasmo por PSE y PP. Todo con un objetivo: excluir a Euskal Herria Bildu en el territorio en el que social y políticamente somos mayoritarios, Gipuzkoa, garantizar que quienes se oponen al actual modelo financiero, ése que tiene tanto que ver con la crisis económica, no tendrán margen de maniobra.

Hemos hablado de las formas, de las consecuencias políticas, y evidentemente en Kutxabank también habrá consecuencias. Que PSE y CCOO no intenten engañar a la ciudadanía: quienes se han empeñado en hacer de Kutxabank un banco privado y especulador, lo harán; quienes se opusieron a las propuestas para parar los desahucios, se seguirán oponiendo.

PSE y CCOO han apoyado el proyecto de la derecha a pesar de que tenían una alternativa, otro modelo absolutamente diferente de gestión para Kutxabank, el modelo de Euskal Herria Bildu.

Fuente: Eusko Alkartasuna