El acuerdo habla de derecho de autodeterminación para ejercerlo El acuerdo de coalición entre PNV y EA estaba todavía caliente y Rafael Larreina lo tenía a mano, aunque su contenido textual es todavía un secreto. Entre los puntos más destacados del mismo se encuentra la referencia al derecho de autodeterminación y, por lo que explica Larreina en esta entrevista, este derecho se recoge en el programa para ejercerlo. Apenas doce horas después de que se confirmara que PNV y EA acudirán en coalición a la cita del 13 de mayo, Rafael Larreina se muestra satisfecho por el acuerdo logrado, a pesar de que hasta el último momento se mantuvieron las dudas sobre la firma definitiva. Prácticamente repuesto de la embolia pulmonar sufrida, aunque todavía deberá permanecer alguna semana con muletas para corregir la lesión que dio lugar a esa afección, espera estar en plena forma para volver a afrontar con su partido una nueva campaña electoral, esta vez de la mano del PNV.


¿Este es un matrimonio de conveniencia o hay amor verdadero?

Hay amor a Euskal Herria. El compromiso es con Euskal Herria. En una situación excepcional en la que el debate político está en la clave Euskadi o España había que unir fuerzas para plantar cara al españolismo que está en una ofensiva sin precedentes en los últimos veinte años. Había que asegurar que podemos tener los instrumentos necesarios para seguir trabajando en el proceso de construcción nacional, sin que se den pasos atrás que pueden ser irreversibles.


Parecen ustedes de esas parejas de Hollywood que antes de unirse ya tienen la separación prevista y tasada.

Esto es un partido internacional y hemos formado la selección vasca. Cuando se forma la selección de Euskadi para jugar un partido internacional contra la selección de otro país no desaparecen ni el Athletic, ni la Real Sociedad, ni el Alavés, ni el Osasuna, aunque todos aportan sus mejores efectivos.


Pero juegan el partido juntos, en equipo. No van cada uno por su lado en cuanto el árbitro pita el inicio. Ustedes llegan hasta las elecciones y luego forman grupos separados.

El partido se juega, se gana y después cada cual vuelve a su equipo. Eso es lo que estamos haciendo. En este partido internacional, Euskadi-España, vamos a jugar para ganar y para que Euskadi siga en cabeza. Luego cada uno jugaremos en la liga vasca con nuestro equipo.


¿Ha costado mucho alcanzar este acuerdo?

Sí. Toda negociación que se haga en serio, sobre contenidos concretos y no sobre intereses de conveniencia, lleva mucho trabajo, mucho tiempo y es dura. Precisamente las negociaciones duras son las que dan buenos acuerdos y resultados positivos.


¿Es el PNV un partido difícil de mover?

Todos los partidos tenemos nuestra propia visión de la situación política, del país, de lo que hay que hacer, y las defendemos con ardor. El PNV también lo defiende con ardor y además es un partido con mucha inercia. No es lo mismo cambiar de rumbo a un pesquero de bajura que a un petrolero. Necesita más tiempo y más esfuerzo. Pero al final se ha avanzado. Todos nos hemos movido y en una dirección muy clara que es la de construir un país libre, integrado y socialmente avanzado.


¿No es un poco raro que entre dos partidos abertzales uno de los objetos de fricción sea si se incluye en el programa el derecho de autodeterminación y si se habla del cambio de marco?

Lo extraño sería que en el acuerdo no hubiera estado ese tema y en el acuerdo está, que es lo fundamental. En la negociación ha habido sus debates, sus análisis conjuntos y al final se ha llegado a un acuerdo, que es lógico entre abertzales y más lógico aún en esta situación política.


Existía la percepción general, incluso entre militantes y cargos de EA, de que el acuerdo se acabaría fraguando.

Yo no tuve ninguna seguridad de que se iba a hacer hasta el viernes a la tarde. Esa es la realidad al margen de sensaciones. Cuando hemos hecho declaraciones de que la cosa estaba paralizada, no era por estrategia negociadora sino porque no veíamos que hubiera salida.


¿Se sentían empujados por su militancia para llegar a un acuerdo?

Ahora mismo, en sectores muy amplios de la sociedad vasca había el convencimiento de la necesidad de tomar medidas excepcionales. La demanda de que se hiciese algo, de que se hiciese este ejercicio de responsabilidad, la hemos recibido desde ámbitos como Elkarri, desde sectores sindicales como ELA y gente de LAB y desde sectores políticos abertzales. Gente que en otras ocasiones no ha votado ni a PNV ni a EA, sino a otras opciones abertzales, y que ahora nos estaban demandando esto, porque decían que a la amenaza del españolismo, al peligro de tener un gobierno que siga el modelo navarro, cuya única política es atacar los elementos básicos de la identidad vasca, veían que había que hacerle frente desde una selección vasca, como antes he dicho.

¿Pero la formación de esta coalición evita por sí misma que haya un gobierno PP-PSOE?

Creo que sí. Los ámbitos abertzales y los que en su día estuvimos en el Acuerdo de Lizarra-Garazi vamos a tener más escaños que PP y PSOE. Tenemos esa convicción por la demanda social y por esa ilusión que está surgiendo. Se va a materializar una mayoría clara de estos partidos, sin contar los escaños de EH. En cualquier caso, el compromiso de esta coalición no es obtener más escaños sino llevar una serie de compromisos que están en el programa en una línea muy diferente a la que marcan PP y PSOE. Nuestra voluntad es impulsar un gobierno para una sociedad libre, que pueda definir su futuro en libertad desarrollando el derecho de autodeterminación y una sociedad integrada dando respuestas a los problemas más acuciantes, empezando por los más desfavorecidos. Por eso incluimos la ampliación de las coberturas de la carta social.


Por algunas cosas que están diciendo parecen dar por hecho que van a arrastrar votos de la izquierda abertzale.

Vamos a arrastrar voto abertzale responsable. Puede ser un elemento ilusionante para quienes hacen el análisis de que hay que dar respuesta a la ofensiva españolista y que no se pueden dejar ámbitos de poder en ninguna instancia a quienes están en contra de la construcción nacional. Pero esta coalición no va contra ninguna otra opción abertzale.


Después del 13-M, ¿qué?

Pues a la vista de los resultados, que yo creo que irán en la línea que he dicho antes, habrá que impulsar un gobierno que siga trabajando por la paz y la normalización política de Euskal Herria, fomentando la cultura del diálogo. Un gobierno que va a trabajar en clave exclusivamente política y que tiene el compromiso de impulsar esa mesa de diálogo entre todos los partidos políticos encima de la cual se pongan los proyectos concretos para buscar un nuevo consenso político para este país.


¿Y si la suma no sale?

No barajamos esa posibilidad. En cualquier caso, al menos EA no tiene miedo a estar en la oposición ni a estar en el gobierno. Hemos estado en los dos lados. Pero lo que nadie pone en duda es que va a haber una mayoría abertzale en el Parlamento. Ahí estará la responsabilidad de cada cual en hacer operativa esa mayoría abertzale o no. La clave está clarísima. Algunos tendrán que optar entre la política y la estrategia de la violencia.


En esa exigencia de responsabilidad a cada cuál, igual que piden movimientos a EH, ¿van a moverse también PNV y EA?

Nosotros nos hemos movido todo lo que hay que moverse ya. Esta mañana, en un programa de radio, una portavoz de EH me decía que ellos también están dispuestos a jugar en la selección vasca con el balón de la autodeterminación. Yo le decía que ése es el balón con el que vamos a jugar, pero a fútbol, no al boxeo. Queremos juego limpio sin violencia.


Ustedes dicen que no tienen miedo a pasar a la oposición. Quizá el PNV sí. ¿La coalición se mantiene también a la hora de formar gobierno y buscar nuevos socios?

El acuerdo incluye un apartado de condiciones para formar gobierno con cualquier otra fuerza política. Ahí están las claves que siempre ha mantenido EA y que fueron las que se mantuvieron hace dos años. Los capítulos fundamentales son autogobierno y pacificación.


¿Cómo se plantea el cambio de marco?

El cambio de marco tiene que ir a la búsqueda de un nuevo consenso. Para eso todos los partidos políticos tienen que estar en una mesa, cada uno poner su proyecto encima de la misma y a partir de ahí buscar espacios de consenso. Y el camino se hace al andar desde esa voluntad y aceptando el ámbito vasco de decisión. No se avanza cuando, como hace ETA, se dice «hay que hacer esto y si no se hace esto no se hace nada». Eso en democracia no tiene futuro. Lo que tiene futuro es decir yo pienso que el camino mejor es este y estoy dispuesto a contrastarlo con los otros caminos. Y buscar un camino entre todos. Esa es la clave en la que está este acuerdo, con la meta muy clara y sin ambigüedades.


¿Cuál es esa meta?

La meta, cuando se habla del derecho de autodeterminación, está clarísima. Y se habla del derecho de autodeterminación para ejercerlo, además.


¿Este acuerdo es el principio del fin de EA?

En los quince años de EA eso se ha planteado siempre y la realidad ha demostrado que no. Estamos convencidos de que este país necesita un partido socialdemócrata y abertzale.


¿Hay algunos dirigentes de EA que se muestran favorables a dar estabilidad a la relación con el PNV?

De los dirigentes nacionales de EA, ninguno y el 80% de la afiliación ya se pronunció en el último congreso. Esa es la postura. Si hay gente que piensa eso, no son los dirigentes nacionales de EA.


Con el corazón en la mano, ¿puede decir que la manifestación del día 10 convocada por el lehendakari no tiene nada de electoral?

En el último año todo lo que se ha hecho por parte de las fuerzas políticas, tiene algo de electoral. Eso está claro. Pero otra cosa es que haya que hacerlo. Y cuando se tacha la manifestación de electoral es porque hay gente que está fuera de juego, porque no puede decir que no al diálogo y no puede decir que no a la vida y tiene que buscar excusas.


Hay quien sostiene, y no sólo desde la izquierda abertzale, que Ibarretxe marca un camino pero le falta decir hacia dónde va.

EA tiene muy claro hacia dónde ir y con la aportación que hacemos al programa se va a ver claramente a dónde vamos. Todo acuerdo supone que ambas partes tienen un grado de comodidad alto y cierto grado de incomodidad. Si esto a ciertos sectores del PNV les genera incomodidad porque hubieran preferido que hubiera menos claridad en ese aspecto…. pero eso se va a hacer. La coalición va a marcar un camino por el que seguir y será un plus de ilusión.

 
 
TRABAJAR PARA ELIMINAR EL DOLOR Y ACERCAR LA LIBERTAD

Rafael Larreina califica la legislatura que ahora termina como una legislatura «frustrante», porque se ha quedado en la mitad y la mitad de esa mitad ha pasado en una situación de total bloqueo. Sin embargo, encuentra que en determinados aspectos sectoriales se ha conseguido avanzar y se fija especialmente en aquellos departamentos, como los de Vivienda o Educación, que tienen al frente a consejero de EA. Recuerda que el número de viviendas sociales se ha duplicado y que se cuenta con un parque de viviendas en alquiler. Incluso considera que la «capaña brutal» contra la educación obedece a que «las cosas se están haciendo bien» Recuerda que en años anteriores PP y PSOE repetían que los nacionalistas vascos hablaban de cosas como la independencia o la autodeterminación «que no interesan a la gente», Pero ahora es ahí donde fijan su estrategia de confrontación, «porque saben que en los aspectos concretos la tienen perdida».

Ante las afirmaciones realizadas desde el nacionalismo español apuntando que las próximas elecciones no se van a desarrollar en una situación de libertad, Rafael Larreina reconoce que «es un dato objetivo que hay gente que está pasando mucho miendo y en esas condiciones las personas no son libres». Pero, sin querer equiparar las cosas, señala que también es cierto que «la democracia se basa en la igualdad de oportunidades para transmitir ideas y que esa condición tampoco se cumple»

Apunta que «el sufrimiento está muy repartido, en distintos ámbitos y por distintas motivaciones. Lo que no puede hacer nadie es refugiarse en el dolor para no hacer nada y, sobre todo, para tirárselo a otro», Por ello, destaca que hay que trabajar para que desaparezca el dolor y el sufrimiento y que haya libertad para todos. «Un pueblo no es libre si cada uno de sus ciudadanos no lo son y éstos no pueden serlo si el pueblo no lo es».

Sobre las redadas policiales de los últimos días, Larreina afirma que «EA ha estado siempre contra la legislación antiterrorista porque no garantiza las libertades individuales, s detenidos y sus familiares ven atropellados sus derechos y permite espacios de impunidad para que se dé la tortura».

Al hacerle notar que la Ertzaintza, al mando del Gobierno en el que participan, aplica esa ley, responde que «la Policía actúa con una serie de criterios y una legislación que tiene que cumplir. A veces puede tener la convicción de que alguien es culpable y no lo es. Hasta donde sabemos, la Ertzaintza se está moviendo como una Policía democrática, lo que no se puede decir de otras Fuerzas de Seguridad del Estado. En el momento que conozcamos una actuación que no responde a las reglas democráticas, la denunciaremos y se tomarán medidas».

Fuente: Rafael Larreina