Begoña Lasagabaster Olazabal / Diputatua EL próximo día
28 de febrero, la Convención iniciará sus trabajos. Su misión
más importante será examinar las cuestiones esenciales que plantea
el futuro de la Unión y explorar posibles reformas. En este artículo
no entraré a analizar los contenidos sobre los que desarrollarán
la labor encomendada o sobre las posiciones que defiende Eusko Alkartasuna en
temas como las reformas institucionales, la política exterior y seguridad,
necesidad o no de un Gobierno económico, etc. Cuestiones, todas ellas,
que consideramos de gran importancia y que seguimos de cerca al plantear nuestras
legítimas posiciones.
Pero antes de entrar en el fondo de los contenidos,
me gustaría centrarme en la composición de la Convención,
el porqué de la misma y sus métodos de funcionamiento, de ahí
los «avatares» a los que me refiero al recordar lo ocurrido al respecto,
entre ellos los planteamientos de algunos grupos en el Parlamento español
al abordar estas cuestiones.
Ciertamente, la Convención tiene como
objetivo hacer partícipes de la reflexión sobre el futuro de Europa
no sólo a los Gobiernos sino también a los Parlamentos, el Europeo
y los Legislativos de los Estados miembros, los países candidatos en
las deliberaciones y, como observadores, tres representantes del Comité
Económico y Social y tres interlocutores sociales, así como seis
representantes a designar entre las regiones, las ciudades y las regiones con
competencias legislativas, además del Defensor del Pueblo europeo.
Desde Eusko Alkartasuna, nos hubiera gustado
que esta participación se ampliara a los Parlamentos de naciones sin
Estado, de regiones con competencia legislativas propias. No ha sido posible
pero trabajaremos para su consecución. En todo caso, nos felicitamos
porque a pesar de la oposición del presidente Aznar se haya incluido
siquiera tímidamente la noción de «regiones con competencias
legislativas».
EA también se congratula porque entre
los miembros del Parlamento Europeo se encuentre un gran colega y amigo, miembro
de nuestro partido en Europa (Alianza Libre Europea), el eurodiputado escocés
Neil McCormick, que como representante de las naciones sin Estado europeas hará
llegar nuestra voz y opiniones a la Convención. Asimismo también
nos alegramos de que el Comité de Regiones haya designados cuatro miembros
de «regiones con competencias legislativas» para formar parte de
la Euroconvención, el renano del Norte Manfred Dammeyer, el toscano Claudio
Martini, Josh Chabert de Bruselas y el flamenco Paul Deweal.
¿Y qué ocurre con el Estado español?
Como nos tienen acostumbrados, en lugar de guiarse por la orientación
de Laeken sobre la Convención de intentar el mayor pluralismo político
en la representación, actúan de forma contraria.
Las Cortes Generales cuentan con cuatro representantes,
dos titulares y dos suplentes que siguen los trabajos. El PP y el PSOE ya nos
anunciaron en la Prensa los nombres de los ya por ellos considerados elegidos,
antes incluso de establecerse regla alguna sobre cómo tenían que
ser designados los candidatos, cómo debían ser elegidos en las
Cortes y qué relación de información debían tener
los representantes en su trabajo con las Cámaras (solicitud de normas
que hubo de ser reclamada en Junta de Portavoces por esta diputada).
En lugar de ampliar a cuatro las formaciones
políticas que hubieran podido participar en la Convención, una
por cada titular y una por cada suplente, el PP y el PSOE, en su afán
«pluralista», se han quedado con todo; haciendo creer a la sociedad
la existencia de un bipartidismo que no hay.
En el Congreso hay siete grupos parlamentarios
y doce formaciones políticas, y en el Senado otros tantos. Al objeto
de denunciar la estrategia de los partidos mayoritarios, los demás grupos
parlamentarios restantes (salvo Coalición Canaria) llegamos a un acuerdo
para presentar una sola candidatura, con un titular de CIU y un suplente de
IU. Esto sí es consenso, flexibilidad y pluralismo. Sabíamos que
esta candidatura no estaba abocada a ganar, aunque quizá por poco, pero
estaba constituida para reivindicar el pluralismo político frente al
egoísmo y cerrazón del PP y el PSOE. No hablaré de los
candidatos designados por el PP y el PSOE, los Srs. Cisneros y Borrell, respectivamente.
Pero invito a los lectores a que reflexionen sobre el modelo de Estado que ambos
representantes comparten, no permitiendo que la visión de naciones sin
Estado, nacionalidades y regiones pueda verse representada.
Ante esta situación cabe preguntarse cómo
participaremos el resto de miembros de los Legislativos. Pues, según
algunas voces, especialmente las del PP, los representantes harán y desharán
sin necesidad de tener que proporcionar información alguna a las Cámaras,
ni tampoco recibir opiniones. Para algunas voces del partido de Aznar, si queremos
conocer algo debemos remitirnos a las deliberaciones públicas, en otras
palabras, «a internet y punto».
Ya ven, si no hacemos algo para modificar esta
postura, y aun siendo miembro de la Comisión Mixta Unión Europea,
tendré por vía del Congreso la misma información que los
lectores de este diario. Es de suponer que los partidos de esos representantes
sí estarán perfectamente informados y al margen de su representación
en el Parlamento.
Toda esta actitud contrasta con la del Folketing
(Parlamento danés). Según nos contaban algunos de sus miembros
la pasada semana en el Congreso los designados para la Convención, representan
a varios grupos políticos y antes de cada encuentro de la Euroconvención
se reunirán con los miembros de la Comisión de Asuntos Europeos
de su Parlamento para debatir y llegar a acuerdos previos antes de representarlos.
Como ven, Spain is different.
Jatorria: Eusko Alkartasuna