Asegura que si la presencia en la dirección dependiese del peso en el partido, el sector oficial «sería mayoritario» El actual secretario general de Eusko Alkartasuna, Unai Ziarreta, se muestra convencido de que el congreso que su partido afronta el próximo fin de semana será el del consenso, después de la división vivida en las dos ediciones anteriores. «Trabajamos para que haya un equipo que aglutine a la mayor parte del partido», subraya.

-Esta semana se ha anunciado un principio de acuerdo entre los principales aspirantes: usted y el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga. Por fin, parece garantizada una candidatura de consenso.

-Se está trabajando para lograr una candidatura de consenso que sirva para aglutinar al partido.

-Azkarraga asegura que él no ha pactado nada.

-Trabajamos para que haya una única lista de integración.

-Dice que no estará en la próxima ejecutiva, si la dirección no es de consenso.

-Azkarraga es una persona clave en EA y yo creo que los militantes querrán que esté en la próxima ejecutiva.

-El sector crítico también pide su parcela de poder en la ejecutiva. ¿Cómo se mide la fuerza que tienen?

-No se trata de medir fuerzas, ni de que la ejecutiva nacional se deba conformar en función de los compromisarios que apoyen a una u otra persona, sino que la dirección tiene que ser plural, en la que todas las sensibilidades del partido tengan cabida y puedan expresar su opinión. Hay que hacer una ejecutiva equilibrada, en la que se busquen a las personas más competentes para que desempeñen las labores en las diferentes secretarías. Ésa es la clave.

-Lo que ocurre es que a cada sensibilidad su representación siempre le parece escasa.

-Pero no es ése el debate que se está produciendo, sino que hay una voluntad por parte del partido de remar todos en la misma dirección y no creo que la presencia en la ejecutiva se tenga que medir en función de los pesos, porque si fuese así sería mayoritario el de la línea oficial, según la relación de compromisarios. Desde un planteamiento amplio no sería lo más aconsejable.

-Si lo más importante es trasladar el mensaje del partido y lo de menos las personas, ¿por qué les cuesta tanto ponerse de acuerdo?

-Eso sucede así en todas las formaciones políticas, en la medida en que lo más difícil siempre es tratar con las personas y no el debate de las líneas políticas. Mirando alrededor en procesos recientes, vemos tiras y aflojas para la conformación de las ejecutivas. Al final, las estrategias son importantes, pero también el equipo que surja para interpretarlas. De ahora en adelante, más que nunca, va a ser fundamental la labor de equipo.

-Repetir una lucha intestina con dos candidaturas sería un «suicidio» político, según algunos militantes de EA.

-Las luchas intestinas nunca son buenas y un ejemplo claro lo tenemos en el PNV y lo que ha sucedido hasta su congreso de la semana pasada. Ésa es una buena muestra de la frustración que generan este tipo de luchas que, por otro lado, son fundamentalmente democráticas. Tampoco hay que ir al extremo contrario, como los planteamientos del PP, que son congresos a la búlgara en los que todo está precocinado y los militantes no tienen casi margen para tomar sus decisiones. Nosotros trabajamos para que haya un equipo que aglutine a la mayor parte del partido.

-¿En qué se va a diferenciar el mandato del nuevo equipo del de la presidenta saliente, Begoña Errazti?

-En pocas cosas. Al final, Begoña Errazti, en sus ocho años de mandato es heredera de la labor desempeñada por su antecesor. La línea política del partido siempre ha sido coherente, las ponencias marcan el rumbo del partido y, en ese sentido, habrá pocos cambios.

-Begoña Errazti y Begoña Lasagabaster dejan sus cargos, ¿se descapitaliza el partido?

-Dejan sus cargos, pero en un partido la actividad política se puede desempeñar desde muy diversas funciones. Son bajas sensibles en primera línea política, pero son decisiones personales y han desarrollado una labor con mucho esfuerzo y trabajo que siempre es de agradecer.

-La última semana se han revivido asesinatos de ETA y el acorralamiento de radicales a un grupo de pacifistas. Parece que estemos instalados en el túnel del tiempo.

-Todo esto nos devuelve al pasado. En pleno siglo XXI, con la deslegitimación que de la estrategia violenta se ha producido en el mundo, nadie entiende que haya gente que crea que ´borroka bidea da´ (la lucha es el camino). Por otro lado, ésta es la óptica de quien está absolutamente imposibilitado para desarrollar una actividad política con normalidad. No se puede exigir a una parte de la sociedad vasca, como a la izquierda radical abertzale, que apueste únicamente por las vías políticas y a la vez impedir que las puedan desarrollar a través de la ilegalización de las formaciones que les representan.

-Hoy en día en Euskadi hay partidos que defienden los mismos objetivos que Batasuna, como EA o Aralar, pero con otra estrategia.

-Hay pasos que el mundo de la izquierda radical abertzale tiene que dar sin demora. Tiene que hacer una renuncia expresa de cualquier expresión violenta para la defensa de intereses políticos.
Fuente: Unai Ziarreta