Una película que mezcla drama, terror y esperpento y que se inició décadas atrás de la mano de unos actores que se hacían pasar por unos brillantes gestores. Actores surgidos de la escuela de UPN, de grandes sueldos pero pésima rentabilidad, y cuyas segundas y terceras partes están generando escalofríos a las arcas públicas de Navarra. Y es que, desde que el Gobierno del cambio asumiera hace más de seis meses la gestión de la comunidad, debajo de las alfombras florecen múltiples facturas ruinosas. Es una verdadera angustia que el agujero económico que nos dejan los sucesivos gobiernos de UPN por su mala gestión no sea una película, sino una pesada losa que limita de forma considerable la capacidad de revertir recortes y de atender necesidades sociales.

Deuda faraónica. La deuda total de la Comunidad Foral asciende aproximadamente a 3.500 millones de euros, lo que supone un 20% del PIB. Es decir, 5.500 euros por habitante. En 2016, el Gobierno del cambio debe hacer frente a 104,4 millones por los intereses de la deuda pública generada durante los años de gestión de UPN.

Reyno Navarra Arena. Un recinto para unas 12.000 personas, con una pista auxiliar, un avanzado sistema de gradas, un frontón incorporado y palcos vip… Pero después de 58 millones gastados, la administración foral no sabe qué hacer con él. El faraónico y ostentoso proyecto permanece cerrado y vallado. Sólo la vigilancia y el mantenimiento cuestan 300.000 euros anuales. Y aún queda pendiente un gasto de 6 millones de euros para habilitar la nueva sede de las federaciones deportivas, y faltan 1,5 millones para equipamiento básico. Además, recientemente se ha conocido la existencia de tres reclamaciones por valor de 5 millones de euros. Es decir, este megalómano pabellón requiere todavía más de 12 millones de euros.

Circuito de los Arcos. UPN y PSN, en el año 2010, sin tener firmada la celebración de ninguna carrera de prestigio internacional, decidieron “invertir” 43 millones de euros en un circuito de velocidad por el que hasta la fecha sólo corre el despilfarro. Para equilibrar las pérdidas, el Gobierno tendrá que invertir durante, al menos, los próximos 10 años 7 millones de euros al año. Hablamos de un proyecto que genera pérdidas y que ha tenido que ser arrendado al sector privado. Pero el presidente de UPN Javier Esparza se atreve a afirmar que el Circuito de Los Arcos, en el que se han perdido ya más de 60 millones de euros, aporta a Navarra “un balance positivo”.

TAV. El coste del TAV en Navarra se cifra en torno a los 4.000 millones de euros, y venía unido al plan urbanístico de Etxabakoitz, que preveía una nueva estación de tren y 8.130 viviendas, con un presupuesto de 130,1 millones. Pero el TAV hace aguas por todas partes. Esta obra es un derroche económico sin sentido, un tren chu-chu de 65km sin conexiones con alta velocidad, un tren que no llevará mercancías, que ahorraría escasos minutos en los trayectos, que ni es rentable ni tiene ninguna utilidad social para la mayoría de los navarros. Hablamos de un tren deficitario, que requiere de financiación pública de por vida para que sea mínimamente competitivo. Ciertamente, el convenio firmado por UPN con el Estado es tan gravoso para el erario público que convierte a la comunidad navarra en la única en anticipar el coste de una obra que pertenece al Estado; 30 millones de euros adelantados sin garantía de cobro.

Peaje en la sombra. Navarra destinó en 2014 un total de 66,4 millones para sufragar las obras financiadas por el polémico sistema del peaje en sombra, una suma que supone la friolera de aproximadamente 182.000 euros diarios. El peaje a la sombra es una fórmula para sufragar grandes inversiones públicas que permitió al Gobierno acelerar la realización de varias obras a cargo de las constructoras, obras por las que ahora debe afrontar un canon anual en función de su uso. El total del canon pagado por las tres infraestructuras –Autovía del Pirineo, Autovía del Camino y Canal de Navarra– entre 2007 y 2014 asciende a 406,4 millones de euros.

Canal de Navarra. El último tramo adjudicado cuesta 147,5 millones, pero su financiación con la fórmula del peaje en la sombra incrementará el coste de manera desorbitada hasta los 592 millones, a pagar en 30 años. Es más, entre los múltiples compromisos de pago heredados de UPN, el Gobierno del cambio tiene nada menos que 203,54 millones que deberán destinarse al Canal hasta 2019. De ellos, 33,2 deben sufragarse este mismo año. Por algo se dice que es el agua más cara del mundo.

CAN. El escándalo de la CAN evidenció que entre 2009 y 2012 el régimen despilfarró 1.000 millones de euros por una gestión desastrosa, que se plasmó en expansiones sin sentido, gastos e inversiones desproporcionados, decisiones ruinosas, patrimonio perdido, dietas, viajes y regalos ostentosos etc. Una aventura de UPN que descarriló, y trajo consigo la desaparición de Caja Navarra. Un asunto todavía pendiente de tratar en la Comisión de Investigación que se debe retomar cuanto antes en el Parlamento de Navarra, para que se conozca toda la información y se depuren responsabilidades. Porque los penosos capítulos de la CAN no tienen fin. El último ha sido la pérdida de 19,6 millones de euros, en la compraventa de las acciones de Iberdrola.

Otros proyectos estrellados… En el Museo de los Sanfermines se malgastaron 6,37 millones de euros por una obra que no se ha hecho. Estas semanas hemos sabido que hay que afrontar el pago de 48,3 millones de euros, agujero que dejó UPN en torno a la Ciudad del Transporte. ¡Ah! Y no olvidemos los 72 millones de euros de ingresos perdidos en 2016, como consecuencia de la reforma fiscal aprobada por UPN, PSN y PP antes de abandonar su chiringuito foral.

Más de 9.500 millones de euros. Equivalente a más de 26 millones de euros diarios durante todo un año. Más de 15.000€ por persona. Esta es la factura que nos deja UPN tras su gran estafa –como siempre posible gracias al fiel apoyo del PSN–. Casi nada. Y la saga continúa. UPN avala también la gestión del PP de Mariano Rajoy, plagada de innumerables, graves y desvergonzados casos de corrupción que estamos conociendo día a día. Queda claro que la cosa aquí va de lo que va: una derecha caciquil, despilfarradora y corrupta.

FIRMA:
Eva Aranguren

Portavoz de la Comisión Territorial de EA en Navarra