El nuevo ciclo político de Euskal Herria no es estático y continúa aportando novedades, que, en esta ocasión, vienen de la mano de un ámbito tan importante para Eusko Alkartasuna como el municipalismo.

Novedades, además, por partida doble, ya que hablamos de una ley y una alianza. Al hablar de ley nos referimos a la anhelada Ley Municipal y la alianza es la que viene de aunar a todo el ámbito abertzale: PNV y EH Bildu.

El deshielo en las relaciones entre PNV y EH Bildu, que habrá que esperar a ver si es o no puntual, trae como primer resultado importantes avances en el ámbito del municipalismo con plasmación concreta en EUDEL y la Ley Municipal. Desde Eusko Alkartasuna esperamos que pronto se podrá añadir un tercer punto y el acuerdo alcance a Udalbiltza, de una u otra manera.

Hoy ya se puede decir que la Ley Municipal verá la luz antes de que termine la legislatura, solucionando una carencia importante que dificulta de manera importante la gestión municipal. Podemos aventurar que será así porque por primera vez desde la aprobación del Estatuto de Gernika el PNV ha mostrado voluntad real de llegar a un acuerdo que lo haga posible, y sabemos que la voluntad política es la llave capaz de abrir cualquier puerta.

No se puede obviar que el acuerdo de la Ley Municipal llega tras el acuerdo para que EH Bildu entre a formar parte de la estructura y la dirección de EUDEL, tal y como corresponde a una fuerza tan importante en el municipalismo vasco. Esto ha sido posible tras tomar en consideración las reivindicaciones realizadas desde la coalición.

El acuerdo, a falta de algunosestá a punto de lograrse y supone una muy grata noticia para Eusko Alkartasuna. Como partido municipalista, consideramos los ayuntamientos la base de la estructura del país, junto con las estructuras centrales. Por eso, nos alegra poder afirmar que estamos muy cerca de ver convertida en realidad nuestra histórica reivindicación de que los ayuntamientos tengan voz y voto en el Consejo Vasco de Finanzas.

Sabemos que esta idea provocaba reticencias en filas jeltzales y valoramos el esfuerzo realizado para llegar a un acuerdo en una cuestión fundamental, porque no hay nada más lógico que sean los ayuntamientos quienes decidan el reparto de la financiación destinada a ellos mismos. Nadie mejor que los ayuntamientos, mediante su representación, para decidir el reparto del 30% de la recaudación de las haciendas forales que el Concierto Económico les destina.

La Ley Municipal incluye muchas mas cuestiones, pero la financiación es vital, ya que es lo que marcará si los ayuntamientos pueden desarrollar sus competencias en beneficio de la ciudadanía. Competencias que, por cierto, se concretarán al detalle en la futura Ley Municipal y por primera vez. Con el compromiso añadido de que si en el futuro se adjudica a los consistorios nuevas competencias, éstas irán acompañadas de un aumento proporcional de la financiación.

Evidentemente, también se especificarán las competencias y funciones de las instituciones locales, tanto las menores, como los concejos, como las mayores, como cuadrillas y mancomunidades, necesario porque su funcionamiento y competencias están ligado al de los municipios.

Tal y como corresponde a un tema de tanta trascendencia, la redacción de la Ley será complicada por la concreción que precisa, ya que los ayuntamientos ofrecen a la ciudadanía multitud de servicios muy detallados que es necesario tener en cuenta. Así, ha sido objeto de negociación y acuerdo temas como la financiación de las escuelas de música o los euskaltegis municipales.

Tal y como decíamos en el editorial del último número de la revista Alkartasuna, si Euskal Herria va a dar pasos adelante en materia de derechos nacionales, será fruto del trabajo en común entre EH Bildu y PNV, como mínimo. Desde este punto de vista, superar un escenario en el que el PNV se planteaba acordar con cualquier partido menos con el independentismo, es sumamente importante.

Por una parte, se ha puesto la semilla para una organización municipal con la financiación necesaria para dar respuesta a las necesidades y demandas de la ciudadanía, euskaldun y mas participativa. Por otra, se ha iniciado un camino que da frutos concretos.