«Los que justifican la vía militar no necesitan ´pistas de aterrizaje´, sino entender que pueden defender sus ideas políticamente»

Es el portavoz de una de las dos comisiones en las que se ha dividido el ya extinto foro nacional de debate. La suya es la de la resolución del conflicto. La otra es el Consejo para el Desarrollo Nacional. Ambas trabajan de forma independiente. Martin Aranburu, parlamentario de EA, asegura que esta división se ha hecho para no mezclar dos planos diferentes. «En este país hay mucha gente que cree en la construcción nacional y otra que no cree en ello y tampoco tiene que hacerlo, pero, en cambio, sí tiene muchísimo que decir para poder solucionar este conflicto», afirma.

-En Euskadi se han hecho ya muchos diagnósticos sobre la situación. ¿Qué novedad ha aportado el foro?

-Tres cuestiones básicas que no se han hecho hasta ahora. Primero, separar lo que es la construcción nacional del conflicto político. El hecho de que se dé por bueno que el conflicto político puede ser solucionado aunque Euskal Herria no llegue a un estatus de independencia ni autodeterminación es un avance que hasta ahora no se había podido hacer. La segunda, el hecho de que se reconozca por parte de una cultura política que representa la izquierda abertzale que en este país hay un conflicto interno, que no sólo es con España y Francia, sino que hay un problema de identidades e ideologías que no se respetan. La tercera, que nos hemos puesto de acuerdo en que en este país hay violaciones de derechos individuales y colectivos. Estos avances son significativos y dan pistas sobre la voluntad real que hay para encontrar una solución.

-Para llegar hasta este punto, ¿la izquierda abertzale ha cedido mucho?

-Para llegar a acuerdos todo el mundo se mueve. En este caso, hemos cedido todos un poco, y los avances que se han producido en el foro revelan cambios significativos en lo que ha sido la estrategia política de la izquierda abertzale hasta 1998. Ese año, cuestiones como construcción nacional y resolución del conflicto eran casi inseparables. El hecho de que hoy se dé por bueno que se puede resolver primero el conflicto y luego habrá que seguir peleando para que este país consiga el estatus que cada uno cree que debe tener es importante. Pero yo no lo llamaría cesión, sino cambio de planteamiento.

-El PNV ha rechazado tomar parte del foro. ¿Sin él no queda coja cualquier conclusión?

-Obviamente, cuanta más gente estemos, mejor. El PNV estimó en su día que no iba a participar y eso es respetable, pero hay que mirar hacia adelante. La cuestión ahora es intentar que cada partido ponga sobre la mesa una propuesta sobre una posible consulta popular. Nosotros vamos a pedir esa propuesta a todos.

Optimismo

-Por ejemplo, ¿actitudes como ceder en Lizartza concejalías a la candidatura ilegalizada, como ha querido hacer Joseba Egibar, podrían ser un paso hacia la solución del conflicto?

-La solución es más general que esa, no es simplemente llevarse bien con la izquierda abertzale. Aquí un partido absolutamente clave es el PSOE. Si de verdad queremos encontrar una solución definitiva a todo esto, yo, como Martin Aranburu, creo que no podemos basarnos en una solución sólo entre fuerzas abertzales. Eso es pan para hoy y hambre para mañana, sería repetir la experiencia de Lizarra, que todos sabemos cómo salió. Cuestiones como Lizartza, que pueden acercar o distanciar a fuerzas abertzales, son importantes en el día a día para la convivencia del país, pero no son básicas para hallar una solución definitiva.

-¿Es posible hallar una solución sin PSOE ni PP?

-No es posible hallar una salida sin el PSOE ni el PP, pero eso no les da carta libre para bloquear o tener derecho a veto. Tengo la esperanza en que el PSOE sí quiera realmente arreglar este conflicto dentro de las limitaciones que tiene. En el caso del PP, lo dudo más. Creo que merece la pena hacer un esfuerzo para encontrar una salida; una solución que no pase por el PSOE y el PP, especialmente, por los socialistas, es coja.

-El foro se creó con un Gobierno del PP. Con la llegada de los socialistas al poder, ¿qué ha cambiado?

-Nos hace ser un poco más optimistas. Como he dicho antes, el PSOE es un partido que, dentro de sus claras y hasta cierto punto lógicas limitaciones, quiere arreglar este conflicto. Así como el PP trata de aprovecharlo en la medida de lo posible para sacar réditos electorales, yo creo que los socialistas no están en esa línea.

-¿El Gobierno del PSOE tendría que hacer algún gesto para favorecer una solución?

-La cuestión es si quiere arreglar este problema. Para solucionar esto todos tenemos que ceder un mínimo, todos debemos aceptar al otro. Nosotros tenemos que aceptar que aquí hay un porcentaje de gente que no se siente sólo vasca y Madrid tendrá que aceptar que aquí hay una reivindicación histórica determinada en favor del derecho a la autodeterminación. Si todos asumimos esto, al PSOE sólo le pediría un poco de permeabilidad para encontrar soluciones. No podemos pedir a los socialistas un imposible, ni ellos tampoco nos lo pueden pedir a nosotros.

-¿Un acercamiento entre PNV y PSE sería beneficioso?

-Un gobierno entre el PNV y el PSE en Lakua facilitaría muchísimo el entendimiento con Madrid, y ese entendimiento tendría sus consecuencias positivas en el día a día. Pero, de cara a la solución definitiva, o tomamos parte todos los que estamos implicados, o la salida se queda coja.

-Una reforma del Estatuto, que es lo que plantea el PSE-EE, ¿puede ser un punto de partida?

-Podría serlo, sin duda. Tanto eso como el Plan del Gobierno vasco, como cualquier otra propuesta. Pero la clave es que se pregunte a la gente qué quiere, que pueda decidir de la manera que se estime oportuna. De aquí a octubre, nosotros vamos a estar con todos los partidos. Lo que les pedimos es que digan cuál puede ser la solución y, especialmente, en qué circunstancias se puede hacer una consulta, qué creen que se puede preguntar, y en qué condiciones. A partir de octubre, intentaremos ir limando diferencias con esos mismos partidos para intentar encontrar una propuesta que guste a todos.

Instrumentos

-¿No sería más rápido intentar buscar consensos para pedir una tregua indefinida a ETA?

-La solución definitiva pasa porque todos nos pongamos de acuerdo en algo. Si pudiera ser sobre la tregua, perfecto, pero no nos engañemos, eso no va a ser posible. Podemos insistir y estar otros veinte años insistiendo en que debemos ponernos de acuerdo con eso. Si de verdad todos pensamos que debemos buscar una solución, empecemos a hablar sobre lo que nos puede unir.

-¿Cree que estamos más cerca que nunca de una salida?

-Yo creo que sí. Después de Lizarra, hemos pasado una fase complicada. Se han intensificado las campañas de quienes creen que la vía militar tiene sentido, ha habido ilegalizaciones, vulneraciones de derechos humanos en todos los sentidos, pero hemos llegado a un punto en el que hay más esperanza de la que podía haber hace tres o cuatro años. Por lo menos, los partidos tienen contacto entre ellos, y eso es bueno.

-Cuando el foro se creó, algunos pensaron que podía servir de pista de aterrizaje para la izquierda abertzale.

-Esa cantinela siempre suena. En cuanto la izquierda abertzale tiene interlocución asidua con algún otro partido, ya empiezan a sonar los tambores. Desde un punto de vista objetivo, al final, cuando hay un sector de la población que cree que la vía militar es la adecuada, llega un momento en el que se da cuenta de que no, y pasa a optar por vías políticas. No entiendo por qué se insiste tanto en el concepto ´pista de aterrizaje´. Hoy existen vías políticas, si quieren participar en la vida pública tienen instrumentos, aunque les guste más o menos. Los que defienden la vía militar no necesitan ´pista de aterrizaje´. Lo que necesitan realmente es entender que las vías militares están gastadas en este país y que sus ideas se pueden defender políticamente. En Lizarra se intentó crear una pista de aterrizaje para la izquierda abertzale y salió mal.

JAVIER GUILLENEA/diariovasco.com

Fuente: Martin Aranburu