Juan Carlos Mujika

La semana pasada tuve ocasión de asistir a la conferencia de Carod Rovira organizada por le ejecutiva regional de Araba.

Fue un tema prácticamente monográfico en relación al concepto de nación en Catalunya. Una disertación didáctica, amena y un tanto novedosa. Desde luego con aspectos interesantes para contrastarlos con nuestro contexto en Euskalherria. Nuestra situación sociológica requiere un análisis mas profundo que la reflejada por los Santxez en ´Vaya semanita´ y pienso que es necesaria también para enfrentarnos al reto de saber ofrecer a la sociedad vasca este nuevo pacto con el Estado que queremos proponer.

A menudo, he pensado que desde el mundo nacionalista no hemos sabido vender nuestro producto con una mentalidad global, a todos los que forman parte de nuestra comunidad sino que siempre hemos pensado que en el fondo lo que nosotros buscamos y queremos va a estar limitado al sector abertzale. En nuestro interior tenemos interiorizado que margen izquierda y goiherri son dos mundos con diferencias prácticamente imposibles de compatibilizar dentro de una sensibilidad nacional de país. La barrera constitucionalista/abertzales tiene todavía mucho peso y las fuerzas políticas se equilibran detrás de esta filosofía. No es tanto la concepción social la que nos divide sino mas bien el miedo a perder determinadas raíces y a meternos en no se qué aventuras que para los abertzales están bien pero para el resto son aventuras en las que ellos juegan un papel de segunda clase porque no saben si realmente este es su país o su patria chica.

Trasladando el esquema de Carod a Euskadi, a grandes rasgos y con una cierta dosis caricaturesca nos podria salir algo así:

a) Euskaldunes. Conocen el idioma y ocupan el máximo nivel. Algunos además gozan de rasgos de la tierra y son auténticos. Los últimos años se ha incorporado los de fuera que han aprendido vasco. Lo conocen bien, lo usan y han conseguido engrosarse dentro de este bloque donde el euskera sabido te sube al primer puesto del podium

b) Vascos de toda la vida. No dominan el idioma pero los apellidos, la familia, son de aquí. Les gustaría estar en el primer grupo pero les falla el vasco suelto. Este vacio lo tienen resuelto porque militan de siempre o de nuevas en partidos nacionalistas y esto les da una garantía para no sentirse incómodos. En este grupo también están los de toda la vida pero no nacionalistas. Se pueden mover con orgullo porque tienen la suficiente personalidad para no ser nacionalistas porque son de toda la vida. Si saben euskera tiene la ventaja de poder situarse tanto en el primer como en el segundo vagon.

c) Los que vinieron de fuera. En general ha habido coexistencia con los de los grupos anteriores. No se sienten con fuerzas como para decir que son vascos sino más bien que viven aquí. En ocasiones, hay un pequeño muro con los nacionalistas. Si viven en zonas industrialmente amplias tiene fuerza. Tienen un nexo de unión fuerte con su región de origen y buscan más la seguridad en la vida y no están para aventuras. Un gran sector de los votos consistentes del PSOE están en este grupo.

d) Los nuevos emigrantes. Están llegando y no sabemos lo que pasara

Visto lo visto, y ante de comprometer a nadie a que apueste fuerte por el futuro de Euskadi pienso que sería bueno hacer un esfuerzo para explicar qué es esto de la nación vasca, que siguiendo el símil de Carod debería tener las siguientes premisas:

a) Una comunidad en la que caben los pertenecientes a los grupos anteriores en igualdad de condiciones. El sentimiento de pertenencia a dicha Comunidad o la identificación con la misma es lo que nos une

b) El euskera también nos une porque queremos que sea nuestro patrimonio y que no se pierda. Su presente y futuro fundamentalmente esta en la educación. Todos estarán en condiciones de conocerlo y usarlo sin que nunca suponga un factor de discriminación

c) No hay fronteras. Vivimos en la Europa de la libre circulación de personas y queremos tener voz propia en Bruselas para defender nuestras necesidades

d) Queremos la soberanía para gestionar los recursos y resolver nuestros problemas. La experiencia de estos años de autonomía confirma que es una buena formula

e) Solo lo queremos lograr sin violencia y con una actitud democrática, respetando la voluntad de la mayoría de los ciudadanos/as de este país. Pero queremos decidirlo nosotros

Decía Carod en dicha conferencia que este papel de explicar estas ideas básicas les había tocado a ellos y estaban ya percibiendo los frutos: más votos en las zonas urbanas.

Creo que si en las elecciones del 2001 fuimos los artífices de introducir en aquel programa el derecho de autodeterminación lo que ha posibilitado la realización de este plan, esta vez nos va a tocar coger el timón de explicar las claves de lo que es una nación abierta, solidaria e ilusionante. Oyendo ayer a Patxi López en el Parlamento creo que es la única forma de romper los bloques

Fuente: Juan Carlos Mujika