El consejero quiere que en diez años las EPSV lleguen al. 70% de los vascos y añade que «nadie niega los fondos. de solidaridad en una Seguridad Social transferida» La reducción de los accidentes laborales es una prioridad del actual consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno Vasco, quien anuncia el seguimiento, desde el principio al final, de todas las obras, por pequeñas que sean, que se realicen en la comunidad autónoma. Joseba Azkarraga anuncia también la intención de reformar la regulación de las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) para intentar extenderlas al 70% de la población, porque no se fía de la evolución futura de sistema público de la Seguridad Social.


- ¿En qué momento se encuentra la reforma de las EPSV y qué objetivos persigue?

- Está en una fase muy avanzada, tras ocho meses de estudio en profundidad y con una relación muy directa con todos los sectores afectados. El objetivo fundamental es que en diez años las EPSV lleguen al 70% de la población, lo que supondría más que duplicar el actual grado de implantación. Holanda y Alemania están en un 75%, por lo que el objetivo nos parece viable. Es totalmente imprescindible trabajar con tiempo suficiente en la previsión social complementaria, porque seguimos dudando mucho de la evolución futura de la Seguridad Social.


- ¿Qué novedades va introducir en la actual regulación?

- Se van a separar, a diferenciar, los dos sistemas, el individual y el de empleo, lo que se hará fundamentalmente por la vía fiscal. Aunque esa no es una competencia del Gobierno Vasco, ya hemos transmitido a las diputaciones forales esta opinión. Por otro lado, ante la preocupación de las entidades financieras sobre la posibilidad de que desaparezca el rescate de las EPSV a los diez años, he de decir que no tenemos inconveniente en mantener esa característica.

- De sus palabras se deduce que se concederá un trato fiscal más favorable a las EPSV de empleo…

- El sistema de empleo es un compromiso entre trabajadores y empresarios, vía convenio colectivo, en el que la Administración quiere jugar también su papel. El tratamiento tiene que ser diferenciado y sobre ello estamos reflexionando. Tendremos las conclusiones en el primer trimestre de 2003.

Paso de gigante

- Los accidentes laborales son una sangría que no cesa ¿Qué más se puede hacer, después de las iniciativas conocidas de los últimos años?

- Hasta octubre los datos indican que los accidentes con baja han disminuido un 2%, pero los mortales han pasado de 56 a 65. Es un avance. Pero donde hemos dado un paso de gigante es en el plan de prevención de Osalan, que se ha aplicado este año a empresas con 265.000 trabajadores, frente a los 95.000 de 2001.

- Usted ha anunciado planes específicos para la construcción ¿En qué van a consistir?

- Suelo decir que en este sector se han encendido ya todas las luces de alarma. Hemos adquirido el compromiso de llegar a todas las empresas de la construcción y lo vamos a a hacer obra por obra, desde su inicio hasta su finalización, aunque sea la más pequeña de todo el sector, con un seguimiento constante de la situación de seguridad y salud laboral.

- ¿Qué echa en falta para atajar mejor esta situación?

- Nos falta una competencia, la Inspección de Trabajo. Su transferencia por parte del Estado es un planteamiento de lógica y de efectividad. Hemos trasmitido al ministro de Trabajo nuestro deseo, pero desgraciadamente, como en otros temas, no hay respuesta.

- Cuál es la mejor forma de afrontar esta pandemia?

- No es un problema de la Administración. Los propios trabajadores y sindicatos se tienen que concienciar, al igual que las empresas. Y ahí hemos avanzado bastante. Hemos acordado con centrales y fiscales que la Fiscalía actúe de oficio en la búsqueda de responsabilidades, aunque exista acuerdo entre el empresario y el accidentado o su familia. Dentro de esa labor de concienciación, quiero destacar la puesta en marcha por mi departamento de un aula móvil -un autobús- que va a recorrer toda la geografía vasca y llegar a 200.000 chavales de educación secundaria.

- ¿Qué momento atraviesa el diálogo social que usted se fijó como prioridad al llegar al cargo?

- Creo que las cosas pueden ir mejor, pero también he de decir que la vasca es la comunidad donde más foros de diálogo social existen. Está el CRL, que desgraciadamente no es utilizado de forma adecuada; el CES, en el que algunos sindicatos rechazan utilizar la dimensión de diálogo social que pudiera tener, y además existe el diálogo sobre el Plan de Empleo, la siniestralidad y las EPSV.

- Sin embargo, centrales sindicales como CC OO han criticado con dureza su labor en este capítulo…

- Diálogo social es que todos nos sentemos juntos en una mesa. Pero también es que la Administración se siente hoy con ELA, mañana con LAB, al día siguiente con CC OO y Confebask… y que se avance en ese proceso. Por economía de tiempo nos gusta más la primera fórmula, pero no es posible porque hay sindicatos que no quieren participar en una mesa conjunta. Yo a esas críticas respondería con una pregunta: ¿Son capaces las centrales de presentarnos una propuesta de diálogo social? Si lo son, ahora mismo la aceptamos. Si no, seguiremos el mismo proceso que hasta ahora.

Transferencias

- Euskadi es prácticamente ya la única comunidad autónoma que no ha asumido las trasferencias de las políticas activas de empleo. ¿Hay alguna novedad en este contencioso con la Administración central?

- No la hay. Pero quiero también resaltar que alguna comunidad como Andalucía quisiera devolverlas. Nosotros queremos las políticas activas de empleo, recogidas en el Estatuto de Gernika, pero tienen que venir con las pasivas, con los medios materiales y humanos para desarrollarlas.

- ¿Cuando el Gobierno Vasco ha hablado de desarrollar competencias que no le han sido trasferidas, a qué se refiere exactamente?

- En el caso de mi departamento, estamos hablando de ir conformando, en proceso escrupulosamente democrático, un servicio vasco de empleo y todas las atribuciones que ello representa. En la Seguridad Social hay mayores dificultades. El Estatuto confiere la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, pero, sin la transferencia, desarrollar esto tiene sus complejidades. Tenemos un estudio en marcha que nos permitirá conocer la situación de la Seguridad Social en el Estado y en el País Vasco, y saber en qué campo nos vamos a mover en los próximos 30 años para ver por dónde tenemos que avanzar.

- Esa trasferencia del régimen económico incluye mantener la caja única o una caja aparte?

- La caja única dejó de existir en la transferencia de la sanidad. Aquí nadie niega los fondos de solidaridad, que pueden representar lo que otros llaman caja única. Queremos nuestro propio desarrollo en el ámbito de la Seguridad Social.

- Eso conllevaría capacidad normativa para decidir cuantía de pensiones, porcentajes a aplicar….

- Este es un proceso que está abierto y no quisiera pronunciarme hasta tener todos los datos a mano.
Fuente: Joseba Azkarraga