Joseba Azkarraga. Consejero de Justicia del Gobierno vasco Resulta difícilmente comprensible que el presidente del Tribunal Constitucional haga un particular juicio de parte para insistir en lo que considera error de la mayoría de los miembros del Tribunal que él preside. Además, demuestra una incalificable falta de respeto a la resolución adoptada, denegando el amparo a los condenados, y se da una evidente prisa para congraciarse con los sectores que apoyan el indulto del ex general de la Guardia Civil y respaldar cualquier actuación del Gobierno que se oriente a ese objetivo.

Reiterar de manera pública que ha existido “falta de pruebas” para condenar al ex general Enrique Rodríguez Galindo y los demás implicados en el secuestro y asesinato de José Antonio Lasa y de José Ignacio Zabala “supone no aceptar, de hecho, la sentencia de la Audiencia Nacional, la del Tribunal Supremo y la del propio Tribunal Constitucional para dar únicamente por valida su propia interpretación, ya recogida en el voto particular.

El respeto debido a las sentencias de los tribunales no impide, el libre y fundamentado ejercicio de crítica sobre las mismas. Pero llama poderosamente la atención que sea el propio presidente del Tribunal quien ponga en solfa lo que ya es una resolución de ese órgano.

Que Manuel Jiménez de Parga pida abiertamente el indulto para los condenados en el caso Lasa-Zabala no tendría mayor relevancia si fuera un ciudadano que hace pública una opinión coherente con su pensamiento. Pero ocupa la presidencia del TC. Y es desde esa privilegiada atalaya desde la que reclama que sea aplicado el derecho de gracia a personas que han cometido delitos reconocidos como pavorosos. Y lo han hecho, además, prevaleciéndose de su posición de poder.

Doy por seguro que el Tribunal Supremo, que debe informar sobre la petición de indulto, no se sentirá perturbado ni presionado por la particular opinión de Jiménez de Parga, pero considero que muchos ciudadanos se pueden confesar escandalizados por la falta de neutralidad del presidente del TC.

Entiendo que personas hoy encarceladas por la comisión de delitos y que hayan solicitado el indulto se sientan lógicamente discriminados al observar la sensibilidad que exhibe el presidente del Tribunal Constitucional con la causa de los condenados por el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala.
Fuente: Eusko Alkartasuna