EA fue el grupo que dio la alarma: la alcaldesa se planteaba negar el chupinazo a Aralar…

Barcina ya ha reconocido que utiliza hasta el cohete de Sanfermines para hacer su programa político. Ahora hemos sabido que cuando otorgó ese honor a Osasuna y Portland, lo hizo para quitárselo a Batasuna, y eso es una utilización política de las fiestas. Esperamos que la alcaldesa recapacite y vuelva a la senda democrática, de modo que tire el chupinazo el grupo político correspondiente, en este caso Aralar. Y en cuanto a lo que se dice de que Pérez Cabañas puede ser el elegido, pues tiene todo el derecho del mundo, pero después de Aralar y de EA, porque CDN es el grupo con menos representación en el Ayuntamiento.

También ha animado el ambiente presanferminero la curiosa polémica del Monumento al Encierro.

No creemos que el encierro necesite un monumento. De hecho, ya tenía su escultura, que ha servido para que jueguen los niños y se hagan fotos los turistas. Yo creo que la ciudad no sabe lo que se le viene encima con este nuevo monumento: un mamotreto de bronce que no tiene siete toros porque EA advirtió del error.

EA ha pedido que todos los concejales sean convocados al próximo Riau riau oficioso…

Yolanda Barcina acudió el año pasado a ese Riau riau, pero no fue una casualidad, sino que estaba acompañada de Policía Municipal, el fotógrafo del Ayuntamiento y el personal de su gabinete. Con ironía, hemos pedido el mismo trato para toda la corporación. Barcina no quiere convocar ese acto oficialmente, pero busca beneficiarse de su efecto mediático. Eso es bochornoso para los ciudadanos que están aguardando a que el Riau riau regrese al programa de fiestas.

¿Qué opinión le merece el casi abandonado Museo de los Sanfermines?

Reducir la fiesta a un museo era imposible, pero además ese proyecto se ha erigido en un perfecto ejemplo de despilfarro del dinero público. Además, valiéndose de la subvención europea para el museo, el equipo de Barcina va a costear un vial que era responsabilidad del gobierno foral. No entendemos por qué se le facilita siempre al Ejecutivo de Sanz que no cumpla sus compromisos con la ciudad. Prácticamente, se trata de una malversación política.

Otro proyecto que dejó de ser compartido entre ambas instituciones fue el parking de Hospitales. ¿Qué cabe hacer ahora?

Para empezar, nos parece poco ambicioso que sólo se hable de hacer un aparcamiento. Podría soterrarse el tráfico porque es una de las zonas más contaminadas, a pesar de ser la zona hospitalaria. Hay un problema de reordenación de toda la zona, pero se está actuando con pobreza de miras e hipotecando actuaciones futuras. EA aspira a una ciudad jardín hospitalaria, por ejemplo.

Es obligado para la oposición ser crítica, pero UPN y CDN argumentan que Pamplona está más activa que nunca…

Eso no lo niega nadie, pero queda en evidencia la ineficacia de los anteriores gobiernos de UPN. Ahora están haciendo lo que no han hecho en todos estos años. Por otra parte, que todas las obras se efectúen a la vez oculta que el 90% de las actuaciones son de iniciativa privada. El equipo de Barcina se apunta muchas realizaciones que no son suyas, sino de los ciudadanos que, hartos de la ineficacia municipal, tienen que promoverse sus propios parkings.

Hay quien dice que este equipo de gobierno va a dejar Pamplona terminada. ¿Eso puede dejar las manos libres a la próxima corporación?

Seguramente van a dejar la ciudad más arruinada, porque se avecina un mal futuro económico. No se ha planificado un futuro de ingresos y, además, lo único que hace UPN es edificar en los solares vacíos que ya había. Lo verdaderamente difícil es obtener solares nuevos, que es lo que hicieron gobiernos anteriores. Este equipo ha tenido la inmensa suerte de administrar un exceso de recursos y de solares. En el futuro se comprobará la gravedad de no haber aprovechado económicamente los excelentes solares de que disponía este Ayuntamiento. Pamplona no va a recibir ningún beneficio de Autobuses, Baluarte o El Corte Inglés. A este centro comercial se le regalaron las calles adyacentes, y eso probablemente impedirá que por ahí pase el tranvía algún día. Se ve lo que se hace, desde luego, pero no lo que podía haberse hecho. Las arcas municipales volverán a estar vacías. Por ejemplo, el parking de la plaza del Castillo costará seis millones de euros más porque así lo ha decidido el equipo de la alcaldesa.

¿Había que hacer un parking en la plaza del Castillo?

Era necesario un aparcamiento en el centro peatonalizado de la ciudad, sobre todo destinado a los vecinos. La gestión, en cambio, ha sido una calamidad. Eso, en cualquier otra ciudad, habría supuesto la dimisión del alcalde.

¿En Pamplona los errores tienen poco coste político?

Lo que ocurre es que se le concede un exceso de protagonismo a la alcaldesa, pero basado en un gabinete de promoción y propaganda. La gente analiza más qué hace Yolanda Barcina, en lugar de lo que hace el Ayuntamiento. Eso es un error, y se comprobará cuando ella no esté y el Consistorio tenga que apechugar con su herencia.

EA se distingue por plantear muchas propuestas urbanísticas de detalle. Esa etiqueta, ¿está deliberadamente buscada?

Lo tenemos a gala, porque una ciudad se hace con la suma de pequeños y grandes detalles. Yolanda Barcina nunca lo reconocerá, pero cuando llegó a la alcaldía en 1999 comenzó a copiar el programa electoral de EA porque le parecía el mejor para hacer ciudad. Nosotros defendemos soluciones concretas, como reurbanizar la calle Mañueta, por ejemplo. Eso está al alcance de cualquiera, pero claro, para darse cuenta hay que patearse la ciudad, y en eso tenemos la suerte inmensa de contar con el mejor concejal de la ciudad, que es Javier Ayesa.

Iñaki Cabasés acuñó aquello de ´el año que viene, cuando estemos en el equipo de gobierno…´ ¿Es eso realista?

En estos momentos, UPN y CDN suman 48.000 votos, que son unos 5.000 menos de los que sumamos el resto de grupos de la oposición. De hecho, no les corresponde la mayoría absoluta. El cambio queda garantizado porque en 2007 va a haber menos dispersión de voto con la irrupción de Nafarroa Bai, cuyos integrantes ya suman hoy votos como para ser la segunda fuerza de Pamplona. El futuro consiste en un gobierno municipal encabezado por Nafarroa Bai con el apoyo del resto de grupos que hoy están en la oposición.

Para sumar mayoría, NaBai debería garantizar un acuerdo, como mínimo, con PSN e IU.

En una situación normalizada, con la participación de todos los partidos en las elecciones de 2003, UPN y CDN jamás habrían sumado 15 concejales. Y a día de hoy, UPN no encontraría a nadie para pactar un nuevo gobierno municipal.

EA, de momento, está en la oposición. Dentro de ese abanico, ¿dónde se ubica como partido? ¿Es de izquierdas?

Somos un partido socialdemócrata que abarca todo el centro izquierda, y por supuesto, abertzale. Vamos a promover que Pamplona recupere el orgullo de su personalidad vasca, todo compaginado con políticas progresistas que piensen más en los intereses generales que en los particulares. Ésa es la diferencia con el gobierno de la derecha.

A veces parece que EA cultiva para sí misma una imagen de oposición amable, coincidiendo en varios temas con UPN y CDN, como en el apoyo a las guarderías privadas…

Nosotros no respaldamos que haya iniciativa privada, pero si mantenemos que el ciclo 0-3 debe pasar de Bienestar Social al ámbito educativo, debemos ser coherentes. Por eso, si estamos de acuerdo con los centros educativos concertados dentro de un sistema mixto, es correcto que eso se traslade también al ámbito municipal y del ciclo 0-3. Por lo demás, apostamos por las escuelas infantiles públicas, y si hay iniciativa privada para cubrir toda la demanda, que se concierte para evitar que esa carencia deban pagarla los padres. Eso no exime al Ayuntamiento de facilitar plaza a todos los niños que lo solicitan.

¿Es un efecto buscado esa relación más cercana y personal de EA con los concejales de UPN durante los plenos?

Las relaciones personales hay que cultivarlas en todos los ámbitos. Nosotros siempre nos llevamos bien con los simpáticos y peor con los antipáticos. Eso no impide que seamos firmes defensores de nuestra ideología. La discrepancia política no tiene que llevar a una agria relación personal, porque ello va en perjuicio de la actuación política. De cada 100 votaciones, 95 las hacemos con la oposición, y las restantes con el equipo de gobierno, aunque quizá estas últimas se visualicen más.

Ante Nafarroa Bai, ¿qué grado de sintonía existe hoy entre los concejales de EA y Aralar?

De hecho, llevamos dos meses consensuando un programa político municipal común para Nafarroa Bai, con la premisa de que seguramente nos tocará liderar el próximo equipo de gobierno en este Ayuntamiento. Ya estamos trabajando en esa línea. Ciertamente, cada partido actúa ahora conforme a sus principios políticos, pero eso no obstaculiza de ninguna manera el objetivo común de futuro.

Hablando de Nafarroa Bai, hay un escalón por encima del ámbito municipal en el que se han sucedido los rifirrafes entre PNV y EA, el tira y afloja con Aralar por los cabezas de lista… ¿Eso contamina la relación entre los grupos municipales de EA y Aralar en Pamplona?

Los desacuerdos que hoy pueda haber entre los partidos que conforman NaBai son mucho menores que las disensiones que existen en el interior de cualquier otra formación, ya sea UPN, CDN o PSN. Aunque nosotros podamos tener estrategias políticas diferentes, lo estamos haciendo razonablemente bien. Además, es más saludable que se visualicen esas diferencias que aparentar un monolitismo falso que luego provoca verdaderos problemas.

Un ejemplo de ello es la iniciativa de Ahotsak, que ha provocado una auténtica tormenta dentro del PSN. ¿Cómo lo analiza EA?

Lo que no entiendo es la actitud de Chivite, porque un secretario general no puede cargar las tintas de una forma desaforada contra una concejala de su partido. Además, por un comportamiento que debería ser normal en un partido democrático. Y no sólo por los contenidos que se hayan firmado en este caso, sino porque debe respetarse el concepto democrático de libertad. Por otro lado, PSN se equivoca al emular a UPN en su ideología, porque UPN nunca va a contribuir a que Chivite algún día sea presidente.

¿Qué quiere decir eso?

Pues que algunos dirigentes del PSN van buscando más un acuerdo político con UPN que con los sectores más progresistas, y eso es un grave error.

Personalmente, ¿Iñaki Cabasés quiere repetir como concejal de Pamplona?

El partido decidirá, pero es que ni siquiera yo sé si quiero repetir. Para mí ha sido una gran satisfacción y un honor haber sido concejal de Pamplona. Además, el año que viene no sé cómo van a quedar las cosas. No sé qué haré y tampoco he hablado de ello con el partido.

Tanto usted como Javier Ayesa tienen una larga trayectoria política detrás. ¿Y también por delante?

Lo de las edades es muy relativo, y ninguno de los dos estamos en edad de jubilación, pero empezamos muy jóvenes y lo más lógico es que haya un relevo. La cuestión es si lo hacemos bien o mal, y dentro del partido ambos tenemos un cierto reconocimiento. Los próximos concejales se decidirán en el último minuto, después de ver quién está disponible.

Javier Ayesa puede ser definido como el ´paseante oficial´ de Pamplona, e Iñaki Cabasés, ¿cómo se define?

Yo puedo ser el complemento que tiene el mejor concejal de Pamplona, que es Ayesa, que es el edil que mejor conoce la ciudad, tal y como admite todo el mundo. Ambos tenemos la misma ideología, hemos compartido responsabilidades políticas y somos amigos. En definitiva, yo creo que nos complementamos muy bien. Quizá yo abarco temas de política más general, mientras que Javier se ciñe más al ámbito municipal.

Aunque parezca contradictorio, ¿no estar liberado por el partido le hace a uno más libre?

La ventaja es que, manteniendo el trabajo propio, se sigue en la vida social como cualquier ciudadano. El problema es la dedicación de tiempo, pero no me quejo porque lo he elegido yo. De todas formas, yo estuve liberado del partido y nunca nadie me ha condicionado decisiones políticas.

Siendo de Eusko Alkartasuna, ¿aprender euskera es la asignatura pendiente de ambos concejales?

Yo siempre he dicho que no me siento nada orgulloso de ser un analfabeto en el idioma que considero más nuestro, el euskera. Es una situación heredada, y no es fácil euskaldunizarse de mayor. No he encontrado facilidades para aprender ni en mí mismo ni fuera. Además, mi hija me lo recuerda en casa todos los días. Desgraciadamente, aquí aún tenemos que defender estas cosas en castellano.

Hay quien usa el euskera, como Xanti Begiristain, pero no todo el mundo usa el traductor para entenderle…

Eso es una falta absoluta de respeto, y además hay concejales que hacen ostentación de no saber euskera y de no prestar atención a quien utiliza esa lengua.

¿Esa imagen sería posible en otros parlamentos de países plurilingües, como Suiza o Bélgica?

Indudablemente, no. De todas formas, la democracia consiste en algo mucho más profundo que votar y ser votado. La democracia produce cargos electos, no demócratas, y hay muchos de esos electos que de demócratas tienen muy poco.

Fuente: Iñaki Cabases