Carlos Garaikoetxea en DIARIO DE NOTICIAS

¿Qué supone para usted el Premio Sabino Arana?

Para un heterodoxo como yo, el premio resulta doblemente significativo y gratificante. Pienso en los compañeros que compartieron conmigo aquellos primeros gobiernos y quiero compartir también con ellos este reconocimiento.

¿Cuál es su papel ahora en la actividad política?

La vivo y la sufro tanto o más que nunca, pero procuro ser consecuente y sólo intervengo cuando me lo requieren mis compañeros de Eusko Alkartasuna.

¿Quizá la segunda fila permite una mayor libertad de discurso?

Entre mis muchos defectos creo que no destaca el de cambiar mi discurso según las circunstancias o conveniencias del momento, lo cual me costó bastante caro, entre otras cosas renunciar dos veces a presidir un Gobierno. Ello, pese a que la única fase de mi vida en que traté de atemperar mis propias ideas fue precisamente la de lehendakari, por respeto a la pluralidad de sectores populares a los que debía servir y, hasta cierto punto, representar.

¿Cómo ve la situación política?

Complicada, pero nada sorprendente. De hecho, cada vez que en este País, desde los tiempos de Godoy, se ha producido una reivindicación de autogobierno, se ha armado la de San Quintín.

Previsiblemente, el martes el Congreso rechazará, con los votos de PSOE y PP, la reforma del Estatuto de Gernika aprobada en diciembre por el Parlamento de Vitoria. ¿Qué opina?

Pues que quedará en evidencia que la voluntad de una mayoría de la Comunidad Vasca será reprimida por una mayoría de fuera de Euskalherria.

¿Cree acertada la decisión de recurrir ante el Tribunal Constitucional el método de tramitación impuesto a la propuesta en el Congreso de los Diputados?

Claro que es acertada, pues queda en evidencia que a aquellos a los que se les llena la boca autodefiniéndose como constitucionalistas, se están pasando por la entrepierna la propia constitución al negarse al propio proceso de negociación en las Cortes que se establece la Constitución Española.

¿Debiera ser el propio lehendakari quien defendiera el texto en ese debate en el Congreso?

A mi me parece bien que sea él o los representantes de la mayoría que han apoyado el proyecto. Lo absurdo es que reclamen su defensa quienes lo han combatido hasta el extremo de negarse a debatirlo en el Parlamento Vasco, sin duda porque se veían en minoría y preferían remitir a las Cortes de Madrid la decisión final sin entrar si quiera en discusiones que pusieran en evidencia su situación de minoría política en Euskadi.

¿Qué situación abre el posible rechazo a esta reforma estatutaria del Parlamento Vasco?

El Gobierno Vasco y sus socios ya tienen decidido hacer una consulta al pueblo en tal supuesto y, por añadidura, pronto se celebrarán unas elecciones que tendrán un claro carácter plebiscitario. Creo que un Gobierno Español que se tenga por demócrata no podría desoír una respuesta popular clara a favor del proyecto. Y en caso contrario se abrirá una crisis de consecuencias imprevisibles, pues entiendo que las instituciones vascas acabarán adoptando medidas y proyectando una actitud resistente, cívica y democrática ante Europa, dejando claro que el problema vasco no es una cuestión de terrorismo, sino de voluntad democrática de un pueblo reprimido por el Estado.

¿Cómo percibe el papel político que está jugando Zapatero?

Zapatero, que se atreve a adoptar medidas más o menos audaces en política exterior y en otros ámbitos, hereda la mentalidad tradicional jacobina ante el asunto tabú de las nacionalidades y es incapaz de negociar la cuestión vasca.

¿Qué le pediría al presidente del Gobierno español?

Que no se deje atrapar por la estrategia del PP, consistente en competir en patrioterismo y firmeza ante el nacionalismo vasco, por miedo a perder votos en España.

¿Y la actitud del PP de Rajoy?

Aznar creyó encontrar un filón de votos en esa actitud de firmeza frente al nacionalismo vasco, pero el invento le empezó a fallar cuando se excedió empeñándose en recurrir a ETA para explicar el 11-M. Puede que aquel recurso haya empezado a cansar con las posturas exageradas de Mayor Oreja, Acebes etcétera, especialmente porque se han ido abriendo otros frentes como el de Cataluña o el 11-M y ya no funciona aquella especie de barra libre que valía para eclipsarlo todo arremetiendo contra el nacionalismo vasco.

¿Nota usted esa modulación en el tono del discurso del Partido Popular de la que se habla en las últimas semanas?

Creo que se trata más de un estilo personal, como el de Mariano Rajoy, comparado con el tono agrio e insultante de Aznar, Acebes, Michavilla o Mayor Oreja. Aunque parece que todo se contagia y ya vemos también a Rajoy recurrir al insulto y llamar cobarde a Ibarretxe.Por cierto, Mayor ya casi hace el ridículo elaborando teorías absurdas que hacen omnipresente a ETA en Cataluña y en todas partes.

¿Qué opina del nuevo pacto PSOE-PP, ahora sobre la reforma del modelo de Estado?

Recuerda a los pactos autonómicos que acordaron Calvo Sotelo y Felipe González después del 23F y que dieron lugar a la famosa LOAPA, en un intento involucionista de frenar las demandas autonómicas.

¿Qué le transmitiría usted en este momento político al Rey?

Que se cuide de proyectar imágenes significativas como las de la reciente reunión con Rajoy y Zapatero, que fueron interpretadas por todo el mundo como una significativa injerencia política.

¿Se puede reformar el Estatuto de Gernika sin un consenso similar al alcanzado en 1979?

No hay que mitificar el consenso de 1979, pues lo votó en contra la derecha de AP y la autodenominada izquierda abertzale y obtuvo el respaldo de un 53% del censo. Lo que resultaría más irracional es que una minoría tuviera a raya a una mayoría, aunque ésta no fuera muy cualificada. En todo caso, hay que dejar claro que una reforma de facto la ha realizado el Estado, unilateral y restrictivamente en estos 25 años con sus leyes básicas y sus complacientes tribunales constitucionales además de su arbitraria negativa a transferir competencias contempladas en el actual Estatuto o en el Amejoramiento.

¿Cómo valora desde esa reflexión la sentencia del Tribunal Supremo que anula 10 disposiciones fiscales del Impuesto de Sociedades de las diputaciones vascas y que afecta directamente también al régimen tributario de Navarra?

Constituye un ataque frontal contra el Concierto Vasco y contra el Convenio Económico de Navarra. Algunos entenderán ahora porque la propuesta de reforma estatutaria del Gobierno Vasco establece un sistema bilateral de garantías. Por ejemplo, los empresarios verán dónde están los verdaderos peligros: si en esas disposiciones garantistas o en los ataques unilaterales que sufre nuestro sistema de autogobierno. También el señor Sanz deberá analizar qué es más peligroso para los intereses reales de los navarros: si sus acercamientos propagandísticos a La Rioja, donde está el origen jurídico de este ataque, o un sistema jurídico político que reclama garantías para nuestras instituciones privativas de Navarra y la CAV.

¿El debate sobre la reforma estatutaria abierto en Catalunya puede influir en la marcha de los acontecimientos políticos en Euskadi?

Ya veremos como termina lo de Cataluña. Me sorprenderá que allí lleguen a un consenso total, aunque el PSC no es el PSE o el PSN. En todo caso, cada pueblo tiene sus caminos y hasta sus específicos asideros legales. Por ejemplo, el reconocimiento de sus derechos históricos forales, o algo significan para Euskadi o fueron una engañifa retórica en la Constitución…

¿Son las próximas elecciones en la CAV más importantes que procesos anteriores?

Probablemente sí, por el carácter plebiscitario que las acompaña y por la secuencia que tendrán después los actuales acontecimientos en torno al nuevo Estatuto.

¿Apuesta por una reedición del actual Gobierno tripartito con los mismos socios?

Apuesto por una mayoría suficiente de la coalición PNV-EA, pero no descarto una composición más amplia.

¿Vislumbra posibles puntos de encuentro en una negociación futura con el PSE?

No creo que EA, al menos, esté por esa labor, mientras no repare todas las averías y defecciones con que nos ha obsequiado, entre otras, en Navarra. El PSOE tendría que cambiar radicalmente.

¿Cree que existe una pinza entre el PSOE y Batasuna para achicar los espacios electorales de la coalición EA-PNV?

Hombre, los guiños, complicidades y hasta los piropos de López, el secretario general del PSE, a Batasuna calificándola de menos radical que el Gobierno Vasco parecen tender sutilmente a centrar el protagonismo y la atención política lejos del Plan aprobado por el Parlamento Vasco, aunque sea al precio de otorgarlos momentáneamente a Batasuna. Hoy por hoy, el enemigo temido en Madrid, antes que la violencia que sólo aporta descrédito, es un Gobierno Vasco nacionalista y democrático, capaz de hacer ver al mundo que el problema vasco no es un problema de terrorismo… De todas formas, si detrás de esos guiños hay una negociación seria y se logra la paz, bendita sea esa extraña publicidad de ahora sobre lo que siempre suele hacerse discretamente…

¿Le preocupan las amenazas de PP y UA de abandonar el marco autonómico de la CAV?

Relativamente, pues Ibarretxe ya les ha dicho que el Gobierno quiere el Plan aprobado también en Álava. Por eso, creo que sus declaraciones que recuerdan a las de Sanz, están encaminadas a atizar pasiones y agitar demonios provincialistas. ¡Claro que en eso también el PNV tuvo una cierta responsabilidad histórica, cuando utilizó guevaras y personajes similares para combatir las tesis no provincialistas de mis gobiernos!

¿Se puede estar cocinando un alto el fuego definitivo?

Los hechos tienen que llegar todavía y las palabras sin hechos consecuentes, como mínimo recomiendan cautela.

¿Cree que hay un máximo político que negociar con ETA para su desarme definitivo?

Hoy desde el MLNV ya se proponen dos mesas diferentes, una de partidos, para tratar lo político, y otra de ETA, para las cuestiones técnicas : armas, presos, víctimas etc. Por cierto, algo que ya propusimos algunos hace casi veinte años… Por eso quizá huelga plantearse ya esta pregunta, aunque las fronteras entre lo político y lo técnico suelen ser muy difusas y resulte peligroso encerrarse en cuestiones de principios cuando se trata de alcanzar algo tan serio como la paz.

Rafa Díez y Zabaleta coincidían en que cualquier nuevo proceso de diálogo debe ser distinto a las anteriores experiencias de Argel o Lizarra-Garazi. ¿Qué opina?

Esta bien hacer autocrítica, sobre todo si es sincera. Pero decir, por ejemplo, que en Lizarra debía haberse contado con todos los partidos, nacionalistas o no, es descubrir ahora la cuadratura del círculo.

¿Cómo valora los incidentes en la manifestación de la AVT del pasado sábado en Madrid?

De esas hemos padecido montones los demás y no hemos armado tanto alboroto. Y Rosa Diez que iba al lado de Bono, lo sabe muy bien. De todas formas, esos fachas son aprendices de brujo, porque de lo que se siembra se cosecha. Lamentable lo de Madrid, y lamentables sus maestros.

¿Qué opinión le merece la situación política de Navarra?

Deplorable. La derecha adquiere aquí sus formas más extremas y reaccionarias. La persecución del euskara es manifiesta en todos los ámbitos: presupuestos, legalización de radios, señales de tráfico, topónimos… Es la obsesión enfermiza, el autoodio contra lo más genuino de Navarra, la Vasconia histórica… El Partido Socialista, lamentablemente, compite también en este ámbito político cayendo en las redes de UPN-PP, cuyo casi exclusivo ideario político es el ataque acomplejado y visceral contra el nacionalismo vasco.

¿Y las reacciones del Gobierno de UPN y CDN a la reforma del Estatuto de Gernika?

Es una expresión más de esa obsesión, que trata de azuzar reacciones viscerales por supuestas injerencias de la CAV en Navarra, cuando lo único que se afirma reiteradamente en el nuevo estatuto es el respeto a la voluntad de los navarros, incluso con mayor circunspección que en el anterior estatuto. Es el intento de ignorar una realidad de Navarra que conserva o recobra su conciencia vasca y que, en la propia Constitución Española, así como en el Estatuto de Gernika y en el Amejoramiento, obtuvo en su día cauce democrático para, en su caso, hacer efectivas sus aspiraciones.

En este mismo contexto, ¿la actitud del PSN?

A los que defendimos en su día codo con codo con el PSOE de Navarra un estatuto vasco, con capital en Iruña, nos dan ganas de llorar viendo el chaqueteo del PSOE. Yo vi al entonces presidente del PSE Iglesias llorar de rabia y pena al ver la traición de sus compañeros en Navarra. Hoy compiten con UPN-PP en su antivasquismo, pero unos y otros deberían empezar a pensar que puede llegar un momento en que una parte de Navarra, al menos, puede acabar rebelándose contra la negación de su propio ser.

¿Cómo valora el cambio de estrategia adoptado por la nueva dirección de los socialistas navarros?

Diré como en la ley de Murphy, que todo parece susceptible de empeorar, y ese cambio parece poner, de nuevo, al PSN en la órbita de UPN, un espacio del parecía haberse ido despegando prudentemente con Lizarbe. Esperemos que la ya tradicional versatilidad del PSN pueda permitir un futuro giro hacia otras fuerzas que constituyen la única posibilidad de una alternativa al Gobierno de UPN-CDN. De otra forma, el PSN seguirá siendo un satélite de UPN.

¿Sigue siendo Nafarroa Bai un proyecto ilusionante para la sociedad navarra?

Nafarroa Bai tiene que aspirar a encabezar la alternativa a la derecha gobernante, especialmente, dada la postura del PSN. Yo me he llevado sorpresas y alegrías, al tropezar con gentes insospechadas que me dijeron haber votado a Nafarroa Bai. Además, Uxue Barkos va a ser su mejor estímulo para seguir haciéndolo en el futuro. Y ahí su trabajo diario en el Congreso.

¿Puede tener recorrido electoral también en las elecciones locales y forales previstas para 2007?

Claro que sí. Entonces se puede dar un verdadero vuelco electoral protagonizado por Nafarroa Bai.

¿Hay aún mimbres políticos suficientes para consolidar una alternativa de cambio al Gobierno de UPN y CDN en Navarra?

Sí, pero tendría que cambiar mucho el PSN si quiere tener algún papel en esa alternativa.

Joseba Santamaría / noticiasdenavarra.com
Fuente: Carlos Garaikoetxea