ANJELES IZTUETA AZKUE /CONSEJERA DE EDUCACIÓN DEL GOBIERNO VASCO

Ahora que ha terminado el curso académico y nos queda un mes escaso para el comienzo del próximo, quiero agradecer públicamente el trabajo que día a día, año tras año, realiza el profesorado de nuestro país. Es de justicia reconocer la importante labor que desempeñan a la hora de formar y preparar a nuestros jóvenes en una sociedad que, además de cambios tecnológicos, económicos, sociales y culturales, necesita equilibrio, mucha humanidad, más solidaridad e igualdad y mayores cotas de respeto a la diversidad.

En estos momentos de mayor relajo, de descanso para reponer fuerzas de cara al nuevo curso, me gustaría además compartir algunas reflexiones en torno a determinados retos que necesariamente tendremos que abordar a corto plazo y para los que será imprescindible contar con la madurez y preparación del profesorado. Avanzamos hacia una sociedad del conocimiento que plantea la necesidad de una actualización permanente de la formación inicial de las personas. El tradicional esquema de trayectoria vital lineal -aprendizaje-trabajo-jubilación- ha saltado por los aires y está siendo sustituido por una nueva forma de organización, por una sucesión de etapas y actividades caracterizadas por la simultaneidad de tiempos, espacios y tareas. Para poder adaptarse al ritmo, a la aceleración y progresión del conocimiento, aprendizaje, trabajo y ocio deberán simultanearse, vivirse de una forma totalmente distinta. El aprendizaje permanente a lo largo de toda la vida va a cobrar una importancia fundamental, va a ser el factor clave para la integración en la sociedad del conocimiento. Va a revolucionar los modelos, las pautas organizativas habituales hasta ahora en nuestros esquemas y centros educativos.

El derecho a la educación a lo largo de toda la vida desborda los recursos y los sistemas organizativos que conocemos. Una de las prioridades de la política educativa del futuro será ver cómo conseguimos, articulamos y hacemos efectivo ese derecho a la educación en el sentido más amplio. A los poderes públicos, con la ayuda del profesorado y otros colectivos implicados en este ámbito, nos corresponde desarrollar programas que faciliten el acceso universal a una nueva oferta formativa a lo largo de toda la vida, y que eviten una nueva forma de exclusión social.

Llevamos muchos años formando a profesionales, instruyendo a personas que, desde su trabajo y su saber hacer, inciden directamente en la sociedad.

Es justo reconocer, no olvidar nunca que, además de nuestro esfuerzo y el de nuestras familias, existe también el esfuerzo del profesorado y de la sociedad vasca por hacer efectivo el derecho a la educación desde parámetros de calidad, igualdad de oportunidades e innovación. El mejor y más reconfortante punto de partida individual y colectivamente son la honradez, la dignidad y el deseo de mejora y bienestar para uno mismo y para los demás.

Por eso es importante que en nuestros hogares, en nuestro entorno, y desde la esencia del Sistema Educativo Vasco nos empeñemos y sigamos insistiendo en la necesidad de emplear toda nuestra energía y conocimiento en el logro de una sociedad mas justa, equilibrada y satisfactoria para todos. Nada de esto sería posible sin la dedicación, la complicidad, paciencia y profesionalidad del profesorado vasco. Eskerrik asko!

Fuente: Anjeles Iztueta