Entrevista por Jurdan Arretxe (@jurdan).

EH Bildu presentó el sábado los ejes de trabajo para los próximos meses, que concluirán con la próxima convocatoria electoral de mayo. Pello Urizar (Arrasate, 1968) repasa los puntos más destacados en una entrevista que también mira a las forales.

¿Cómo arranca el curso político?

Este inicio de curso tiene características especiales, sobre todo en el ámbito nacional, con las referencias escocesa y catalana. Durante mucho tiempo algunos han trasladado que un proceso soberanista en Europa era una quimera y ya no lo es. Es un aliciente. Además, quedan pendientes otros dos temas tan o más importantes: la resolución del conflicto y la salida de la crisis. Todo lo anterior sin perder de vista que a final de curso habrá elecciones.

En su caso, el de EH Bildu, sin portavoz. ¿Es un contratiempo importante?

No, porque hablamos de la portavocía del Parlamento de Gasteiz, que es importante pero no es la centralidad de la política de este país. En el caso del Parlamento, tenemos una manera de funcionar coral, aunque tenga que haber una portavocía oficial que suele mantener la relación con los demás grupos. En el trabajo interno y la transmisión de las propuestas funcionamos con una portavocía coral.

¿Tienen relevo para el portavoz oficial?

Lo estamos trabajando y en días, semanas, trasladaremos oficialmente cómo se llevará a cabo.

¿Ve al Gobierno Vasco y a su lehendakari con presupuestos?

Veo a Urkullu un poco nervioso, que teme que el acuerdo firmado con el PSE pueda estar en peligro y se reproduzca lo del primer año. El PNV decidió legítimamente cerrar un acuerdo con el PSE para el resto de legislatura y los cambios de este verano dan la sensación de que les generan algunas dudas. Como EH Bildu, lo decimos desde el principio, tiene que haber coincidencia en los objetivos que se buscan para apoyar las cuentas. Veremos si el proyecto es continuista o trae novedades que nos permitan apoyarlo.

¿Cómo valora las últimas declaraciones del PSE al respecto?

Hay que tener en cuenta dos factores: la situación del PSOE, en general, y que afecta a la política vasca, que como el PP anda como pollo descabezado desde las europeas. Y en segundo lugar, la marcha de Patxi López y la supuesta renovación o sustitución por Idoia Mendia, que querrá dejar su propio mensaje. Supongo que seguirá manteniendo el acuerdo, porque no creo que haya tanto cambio entre López y Mendia, no creo que sea renovación.

¿EH Bildu está dispuesto a responder a la oferta de estabilidad lanzada por Urkullu?

Trasladar una propuesta de estabilidad sin más es un brindis al sol. Las instituciones son una herramienta para conseguir objetivos políticos y solucionar problemas. Si lo lleváramos al extremo, nadie entendería un pacto entre PP y EH Bildu para apoyarnos en Gipuzkoa y Araba y que nos quedemos todos contentos. Las políticas del PP y, en muchos sentidos, las de Urkullu, no las creemos convenientes. Un cambio de cromos no es la solución. Cuando se pongan las propuestas sobre la mesa, las estudiaremos; pero no como un cambio de cromos.

¿Se ha resentido su relación con el PNV tras sumarse a la sospecha sobre los batzokis?

Yo corregiría la pregunta, porque no he hecho ninguna declaración donde acusase o me sumara a lo que dijo el PP. Si algo comenté es que tanto en la creación de los batzokis, los alkartetxes o las herrikos, hay muchísima gente que ha dejado tiempo y dinero para sacarlos adelante.

Por lo tanto, no da crédito a lo escuchado desde el PP.

No. Lo critiqué la primera semana de agosto. No me parece de recibo que el PNV haya querido mezclar churras con merinas. Yo dije que el PNV también tiene trabajo interno, porque, sin relacionarlo con un supuesto beneficio o trama, personas de confianza del PNV han estado implicadas en casos de corrupción. Éticamente, el PNV tiene que hacer un trabajo interno. Eso se quiso mezclar con las acusaciones del PP.

EA celebra ahora 28 años de su separación del PNV. ¿Teme que el PP apunte después a los alkartetxes?

No. Me parece que es un error de calado que la acusación del PP se base en la red de batzokis del PNV, en los alkartetxes de EA o en las herrikos. Eso refleja el desconocimiento real de cómo funcionan las bases políticas en este país. Es grave, porque no es una cosa que haya sucedido en los últimos tres años, sino 30 o 40.

Hablemos de soberanía. ¿Qué puede aprender Euskal Herria de Escocia y Catalunya?

Debemos aprender de los dos. Con sus particularidades, nos enseñan que la clave es la participación social. En Escocia, con otro sistema electoral, le dan mucha importancia al trabajo personalizado y a trasladar la información. Tienen la ventaja, que no tenemos ni en Catalunya ni nosotros, de que enfrente tienen un Gobierno dispuesto a aceptar la consulta y después a negociar. Es la gran diferencia, aunque la voluntad de los tres pueblos sea la misma. A Rajoy y a Pedro Sánchez les tocaría aprender de Escocia.

Hace un año sostenía que para un estatus nuevo, habría que contar con el PNV. ¿Lo mantiene?

Para cualquier recorrido hace falta una mayoría que, es más, no tiene por qué ser abertzale, como vemos en Escocia y Catalunya, donde la defensa del derecho a decidir superó la demarcación abertzale. En Euskal Herria tiene que haber capacidad de consenso entre todos aquellos que creemos que el derecho a decidir es un derecho basado en la democracia. No hay ninguna formación que sobre.

¿Cuál es la ‘vía vasca’?

La que seamos capaces de consensuar. Escocia y Catalunya nos enseñan que la línea roja es la voluntad social. Podemos aprender de otros, pero no hacer un copia-pega. Será lo que queramos, desde el consenso, y con la línea roja de la voluntad social.

Pero por mucho que haya esa “línea roja”, lo vemos con Catalunya, parece que existe el tope de La Moncloa desde el punto de vista político, diplomático… ¿Se puede superar?

Creo que sí, porque cuando decimos que la línea roja es la voluntad de la sociedad, lo veremos en Catalunya, se haga la consulta -que espero que sí- o se hagan unas elecciones plebiscitarias, se topará con la legislación española como freno. La legitimidad del pueblo catalán supera esa legislación y tendrán que tomar una decisión: respetar al Constitucional o a la sociedad catalana. La sociedad vasca debe tener claro desde el principio el recorrido y hasta dónde estamos dispuestos a hacerlo. EA y EH Bildu no van a hacer el mismo proceso que en 2008 terminó en las campas de Euskal Herria porque el Constitucional decidió que no había más recorrido para aquella ley de consultas.

¿Comparte el diagnóstico de que los próximos meses son importantes en materia de pacificación?

Hay una percepción generalizada de que el proceso no va como debería. Han pasado casi tres años desde que ETA dijo que terminaba su actividad armada y hemos visto que la ilusión de entonces se ha quedado bloqueada, porque la primera decisión de Rajoy al llegar a La Moncloa fue no avanzar, incluso dar marcha atrás, como en las ayudas del Gobierno Vasco a víctimas de abusos policiales.

¿Falta recorrido?

Sí, incluso a ETA. Una de las ansias es que las armas desaparezcan, pero sería injusto poner en el mismo nivel, sin que esto se entienda como defensa a ETA. ETA está demostrando que quiere dar pasos, tiene que seguir haciéndolo, pero sería injusto ponerlos al mismo nivel cuando el Gobierno de Rajoy está poniendo todas las trabas y ninguna ayuda a que el proceso se desarrolle. Aparte de ser imaginativos, tenemos que trasladar al PP y al PSOE que si quieren ser parte de la solución, no tienen que mirar desde la barrera, como espectadores.

¿Como en la Ponencia del Parlamento?

Según Urkullu, era la centralidad de la vía que iba a llevar a este país a la resolución del conflicto y está paralizada, y en principio sin visos de salir adelante, porque PP y PSE querían utilizarlo como una cachiporra contra EH Bildu, que ya dijo que no sería un obstáculo en la resolución del conflicto. El PNV debería ser más valiente y entrar a ponerla en marcha. Las conclusiones no serán en la línea del PP y PSE, pero si quieren que sean más en su línea, tienen que sentarse y trabajar allí. Darles el derecho a veto es un error para la resolución del conflicto.

¿Qué pasos deberíamos ver estos meses?

Nos toca facilitar en la medida de lo posible lo que se haga. Algunos dicen que es hora de que ETA entregue todas las armas. Puedo entender que a algunas personas el anuncio de desmantelamiento de sus estructuras les parezca un juego floral y que lo comprometido sería entregar las armas; es verdad. También sabemos a ciencia cierta que cuando se presentó el primer grupo de armas, que a mí me hubiera gustado que fuera un camión, los verificadores reconocieron que las pasaron canutas para llegar siquiera a eso porque la Policía vigilaba.

¿Entonces?

Mientras no haya una garantía de que se permitirá el desarme con una seguridad mínima, será difícil. Nadie va a correr el riesgo de que al día siguiente le llame la Audiencia Nacional o termine con sus huesos en la cárcel. Si hubiera una mínima voluntad de permitir el desarme, antes de final de año estaría hecho.

¿Tienen algún papel ahora los verificadores?

Si han de hacer algo, tendrá que ser de manera diferente, porque mientras persista el bloqueo del Gobierno español, no tendrá mucho recorrido. Hay experiencias de todo tipo y habrá que ser imaginativo, sin pararnos.

¿Podemos esperar más pronunciamientos sobre el uso de la violencia como el de Bildu en Loiu?

Yo creo que sí. Sí. “Podemos”, no: será así. Tenemos claro que esa vía está totalmente cerrada. No va a acompañar al proceder político de EH Bildu y es algo que la inmensa mayoría de esta sociedad lo tiene superado y estamos en otra clave política.

Otra clave, la electoral. ¿Se ha terminado la legislatura en Gipuzkoa?

No, no, no. Suele pasar que los últimos meses antes de unas elecciones funcionan como precampaña, pero la Diputación todavía tiene cosas que hacer. Hay proyectos que hay que iniciar en esta primera legislatura, que incluso no da tiempo a desarrollarlos al 100%. Nuestro objetivo es revalidar los resultados para que los cambios sigan siendo una realidad.

Carreteras, residuos, una fiscalidad al final aprobada por la oposición… ¿El balance es satisfactorio?

Hemos podido demostrar que, más allá de convertirnos en el pim-pam-pum de la oposición, algo lógico porque entienden que venimos a cambiar parámetros que ellos consideran normales, nuestra voluntad es poner en cuestión cosas que se daban por hechas y plantear que hay otras maneras de hacer las cosas. La Gipuzkoa de 2014 no es la de 2011 y la percepción social, tampoco.

¿Y en 2015?

Veo las elecciones como un reto para EH Bildu, para demostrar que tenemos un proyecto y recabar el apoyo de 2011. El periodo 2015-2019 va a ser más apropiado que este para demostrar que las cosas se pueden hacer de una manera diferente.

¿Será Podemos la sorpresa?

Teniendo en cuenta las europeas, me extrañaría que no sacara representación en las Juntas. Hasta qué punto puede ser condicionante, no lo sé.

¿Cómo analiza a Podemos?

Durante años se hacía ese análisis de qué pasaba en el Estado español, donde el PP no convencía pero el PSOE no recogía ese descontento. No había nada alternativo. Al final, salió. La sorpresa igual fue la cantidad de apoyo, pero una lectura pausada te lleva a movimientos como el 15-M que se sentían huérfanos y han tenido capacidad de recoger eso.

¿Qué comparte EH Bildu con Podemos?

Hacemos una lectura parecida en ser muy críticos con las políticas y los procederes que nos han traído hasta aquí. Somos críticos con eso. Sin pegarle fuego a nada, creemos necesario un cambio de modelo, que esta sociedad puede pensar de otra manera. Ese análisis también lo tiene Podemos, pero ya veremos en las propuestas concretas la cercanía o lejanía que tenemos.

Podemos les ha criticado la poca participación real de la Diputación.

Estupendo. Nosotros también queremos ahondar en la participación real. La sociedad tiene el derecho y debe tener la capacidad no de votar solo cada cuatro años sino siendo parte de las decisiones que se toman. Lo hemos hecho, ahí está cómo se han ido explicando y perfeccionando los presupuestos pueblo a pueblo. ¿Habrá más formas para mayor participación? Seguramente, pero no será un punto que no tengamos problemas ni con Podemos ni con nadie, porque nadie va a tener voluntad mayor que EH Bildu para que la participación sea real.

¿Cómo va a elegir EH Bildu a sus candidatos?

Pues con un método participativo que se hará público en su momento. Tanto en las candidaturas y en el programa la ciudadanía podrá aportar, discutir y decidir.

¿Lo harán los afiliados o se abrirá a los simpatizantes?

Se abrirá.

¿Apuesta por Garitano como candidato?

Es algo que a nivel político no se ha llegado a hablar, en ninguna de las instituciones…

¿Ni siquiera informalmente?

No, la verdad es que no. Siempre que toca renovar o continuar, primero depende de la voluntad de la persona. En los últimos meses no he coincidido con Martin y no sé si está dispuesto a seguir. La primera pieza de la ecuación es saber si la persona está dispuesta o no. De ahí en adelante, habría que valorar los pasos que hay. Lo de las candidaturas no está sobre la mesa. Ahora estamos conformando los grupos de trabajo, desde lo local a lo nacional, y será un tema que las próximas semanas estará sobre la mesa.

¿Lo mismo para Juan Karlos Izagirre?

Sí, para Gipuzkoa, Bizkaia, Araba y Nafarroa.

¿Qué plazos manejan?

En todos los territorios. Otoño será, son las fechas normales para esto, septiembre, octubre… En mes o mes y medio se dilucidará.

¿Para noviembre?

Sí, yo creo que para entonces ya estará.