Conocerá el dicho ‘en todas las familias cuecen habas’. ¿Cómo se encuentra la relación entre los cuatro socios de EH Bildu?

Suelen aflorar diferencias, no por temas concretos, sino por el recorrido que tenemos cada uno, pero tenemos la capacidad de encontrar un punto de equilibrio.

¿Le ha sorprendido que la portavoz de EH Bildu Laura Mintegi deje el Parlamento Vasco?

No, ya lo sabía, y lo respeto. Entiende que ha cubierto un ciclo en su vida y quiere volver a su labor de profesora en la universiad. A lo mejor, en 2011 tenía una percepción de la política y de la vida parlamentaria y ahora tiene otra. Abandona por motivos personales, no políticos. Seguirá en la militancia activa como presidenta de la rama vasca del PEN Club Internacional, asociación de escritores en favor de la libertad de expresión.

Cuando Mintegi encabezó la lista de EH Bildu al Parlamento Vasco se le calificó como «la cara amable de la izquierda abertzale»

Sí. Ha demostrado que se pueden defender las ideas de una forma radical, sin renunciar a ningún objetivo, y siempre guardando las formas y respetando al adversario.

Las elecciones municipales y forales de 2015 serán una de las principales claves del próximo curso político. ¿Qué cuota de representación va a reclamar EA a Sortu, Aralar y Alternatiba en las listas?

No pediremos cuotas. Las cuatro formaciones estamos buscando perfiles que respondan a los objetivos de EH Bildu y sepan ganarse la confianza de los ciudadanos. Deben ser capaces de desmontar el mensaje del PNV de ‘ ya vienen estos aquí a pegarle fuego a todo, o a destrozar todo lo que estaba hecho’. Nuestros futuros electos deberán ahondar, además, en que no estamos dispuestos a asumir la miseria que está pasando mucha gente no solo por la propia crisis económica, sino también por políticas

¿Cree y decisiones que EH Bildu ideológicas. volverá a ser la primera fuerza en Gipuzkoa y retenga la Diputación, el Ayuntamiento de San Sebastián y los consistorios que ya gobierna?

Vamos a ser de nuevo la primera fuerza en Gipuzkoa. Seguro. Elección tras elección se ha visto que EH Bildu ha venido para quedarse y demostrar que es posible cambiar el modelo imperante hasta ahora.

¿Cómo quedará el mapa político en Araba, Bizkaia y Navarra?

En Araba, el PP ha dicho que su mayor adversario es EH Bildu. El PNV se está convirtiendo en un partido netamente vizcaíno, y en ese territorio hay comarcas que ya no están bajo su control. En Nafarroa también podemos protagonizar un cambio. Por todo esto, el PNV está nervioso. Nos sorprenden los violentos mensajes que nos lanza en los temas más variopintos, incluso en cuestiones que desde un punto de vista abertzaleno debería haber problemas para llegar a acuerdos.

¿Habrá una alianza entre EH Bildu y Podemos para evitar que el PNV gobierne en instituciones forales y locales el próximo año?

No me parece bien empezar a hablar del paso tres cuando el uno está todavía sin dar. Ya veremos lo que pasa dentro de un año. Hay margen de maniobra para trabajar en conjunto con Podemos. Hace análisis socioeconómicos parecidos a los nuestros y es respetuoso con el derecho a decidir, lo que demuestra que éste excede de lo que es el electorado abertzale. Nos diferencia que EH Bildu apuesta por una Euskal Herria como un Estado independiente en la UE.

Últimamente usted habla de un «pacto no formal» del PNV con PSE y PP. ¿Teme que se intensifique?

Esos tres partidos perciben que nuestra manera de actuar rompe los esquemas a los que estaban acostumbrados y que el reparto de poder es ahora diferente. Es más que factible que haya un intento de formar un frente anti EH Bildu. El PNV no lo hizo en 2011, pero creo que no va a querer que se repita el quedarse solo con cuatro alcaldías en Gipuzkoa y no recuperar la Diputación. Además, el PSE y el PP tienen el riesgo de convertirse en algo residual, por lo que el PNV tal vez necesite para esa jugada tanto del uno como del otro.

¿Qué opina del último comunicado hecho público por ETA?

La sociedad vasca entiende que, entre otras cosas, la página del conflicto violento terminará cuando el escenario de una ETA con armamento desaparezca. Pero no es ETA la que está poniendo trabas para llevar a cabo ese proceso, sino el Gobierno, que debe verificarlo, y no lo hace por razones políticas. Trasladar que ETA debería decir directamente que entrega las armas y se disuelve está bien como mensaje del PP, que hace demagogia, pero es preocupante que entre en ese juego el PNV, cuando sabe que el Gobierno de Rajoy no está dispuesto a dar ni un solo paso. El PNV legitima su política de excepcionalidad, que no tiene sentido, ya que ETA ha cesado su actividad.

¿En qué se basa para esa acusación contra los jeltzales?

Cuando dice que la situación de los presos es casi casi responsabilidad de ETA, y que ésta tiene que cumplir lo que el Gobierno y el PP le exigen para poderse dar pasos como el acercamiento a cárceles vascas o la excarcelación de reclusos enfermos. Hay que respetar los derechos humanos que les corresponden y que se cumpla la ley, que no dice que deban rechazar la violencia, arrepentirse de su pasado, pedir perdón a las víctimas, reconocer el daño causado y colaborar con la Justicia.

¿Qué pasos reclama a ETA?

Desde luego que ETA tiene que terminar entregando todas las armas y salir del panorama político porque hay unos agentes políticos que ya representan a la sociedad. Pero para nosotros, aunque falta el desarme definitivo, es positivo que ha trasladado que no solo va a desarticular todo su armamento, sino también todo su entramado militar. Pasa así a convertirse en una entidad civil.

¿Usted es partidario de que la organización terrorista se convierta en una organización civil?

El ahora mediador internacional Jonathan Powell permitió siendo jefe del gabinete del primer ministro Tony Blair que los presos s del IRA pudieran ejercer un papel activo para el asentamiento del proceso de paz. Sin embargo, aquí el Gobierno de Rajoy lo rechaza. ETA podría jugar como entidad civil una labor en la resolución del tema de los presos, pero también en el de las víctimas. Va a tener que haber si o sí algún acercamiento hacia ellas, y será muy importante para la convivencia.

¿Debería reconocer el daño causado en ese acercamiento?

El propio tiempo lo que va a hacer es que haya personas que reconozcan que lo que hicieron en su día no estuvo bien o que, aun respondiendo a algunas claves políticas y militares, reconocer ese daño que se causó. Esos movimientos se van a dar, pero siempre que también se avance en la humanización de la situación de los propios presos. Por ejemplo, la dispersión no ayuda a la empatía entre todas las partes.

¿Qué opina de la vía Nanclares? Respeto todas las opciones personales de cada preso, ya que todas sirven para acercarnos a un marco de convivencia. Pero la vía Nanclares ha tenido una deficiencia, y es que los gobiernos del PSOE y PP han querido utilizarla comouna herramienta en contra del colectivo de presos.

¿En qué estadio se encuentra la ponencia sobre autogobierno del Parlamento Vasco?

Ahora está en una situación de impasse por interés del PNV. Están compareciendo diferentes expertos, pero a nosotros nos preocupa que esta primera parte va a ser justo hasta mayo del año que viene porque algunos quieren evitar que este tema condicione los resultados de las elecciones.

¿Qué reclama al PNV?

Tiene que decir exactamente qué es lo que busca y retratarse en esa ponencia. Hay que recordar que el acuerdo que cerró con el PSE y el PP para el inicio de ese foro era una reforma estatutaria. El lehendakari apuesta por una nuevo estatus jurídico. ¿Pero dónde están las líneas rojas? El PSE le ha dicho que mientras sea la reforma del estatuto actual no hay ningún problema, pero nosotros decimos que la línea roja debe ser la voluntad de la sociedad vasca. Esto es lo que el PNV no termina de respaldar. De repente aparece en el texto que tiene que ser la remodelación del estatuto, y luego Egibar lanza un ‘speeph’ diciendo que con el derecho a decidir nos vamos más allá.

¿Qué supondría para Euskadi si en Escocia gana el ‘no’ a la independencia y en noviembre no se celebra la consulta en Cataluña?

Nosotros ponemos el ejemplo de Quebec, que tiene reconocido el derecho a decidir, al igual que Escocia. La ejecución de ese derecho está en manos de la sociedad. Si en la consulta ganan los soberanistas se podrá demostrar que de manera natural dentro de la Unión Europea se puede crear un Estado nuevo. Si sale el ‘no’, eso quedará bloqueado, pero el derecho a decidir seguirá estando reconocida dentro de Europa, y en nuestra opinión ese es ya un objetivo muy valioso para vascos y catalanes.