Elisa Sainz de Murieta, candidata nº2 por Bizkaia La secretaria de Organización de Eusko Alkartasuna hace un llamamiento al voto útil que supone su partido y subraya el papel que la formación presidida por Unai Ziarreta ha jugado en el Gobierno vasco en las cuestiones de normalización y de política social

No hace muchos días que Elisa Sainz de Murieta ha dejado su cargo de directora de Biodiversidad en el departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco para lanzarse de lleno al ruedo político y electoral. Se ha encontrado un paisaje con gran diversidad de partidos pero con una polarización que deja escaso margen a los partidos pequeños.

¿Cómo piensan romper con esa tendencia a la bipolarización y esa apelación al voto útil?
Todos los votos son útiles para cosas diferentes. Hablar del voto no útil es una artimaña de los partidos grandes que no se corresponde con la realidad. Al menos en el caso de EA. Nosotros con siete escaños y tres consejeros hemos tenido estos años un peso muy importante, mayor que el que podría haber tenido otro partido con más escaños o más consejerías. Hemos condicionado la política social, y también la política en materia de soberanía, ya que hemos tenido mucha influencia con el llamado Plan Ibarretxe y también con la consulta.

¿Tan útil sería el voto de EA para el lehendakari Ibarretxe como para el lehendakari López?
Los partidos como EA van a tener la llave para conformar el próximo Gobierno vasco. Ahora bien, nuestra apuesta en favor de un polo soberanista y de una salida para superar el marco político actual hace impensable un apoyo al PSE. Además, el PSE tampoco es que sea el Partido Socialista de Catalunya.

Entonces, la única posibilidad que les queda es reeditar el tripartito. Aunque visto las andanadas que se están lanzando…

Habrá que verlo, aunque en cualquier caso si se dieran las condiciones para poder hacerlo, habría que revisar los pilares de ese pacto. Desde luego, no serviría para seguir gestionando igual. No puede ser que haya un plan de superación del marco estatutario actual y que, a las primeras de cambio, por el hecho de que desde Madrid se nos cierran las puertas, se tire todo por la borda, como hizo el PNV, y no seamos capaces de buscar otras vías. Lo mismo ocurrió con el tema de la consulta.

La brecha entre PNV y EA se ha abierto tanto que parece difícil una vuelta atrás.
El PNV está cambiando de estrategia. Cuando aquí estábamos en plena ebullición con la consulta, en Madrid el PNV estaba pactando transferencias a cambio de apoyos presupuestarios. Efectivamente, existe esa brecha, pero tiene su origen en un cambio de posicionamiento político, en una vuelta a planteamientos pasados del PNV.

¿No es contradictorio que EA haya defendido con uñas y dientes a Ibarretxe durante años y en los meses previos a los comicios lo haya convertido en blanco de las críticas?

Es cierto que EA ha trabajado muy bien con Ibarretxe, de hecho ha sido nuestro candidato durante dos legislaturas. Nuestra campaña no es contra Ibarretxe, lo que ocurre es que Ibarretxe no representa al sector que ahora mismo lidera el PNV, encabezado por Urkullu, Bilbao y otras personas de ese ámbito. Ibarretxe es un candidato de consenso en el PNV, pero no tiene el apoyo de la mayoría de su partido.

EA insiste en que habrá pacto entre jeltzales y socialistas. ¿Por qué están tan seguros de ello?

Porque hemos visto algunos indicios y algunos guiños en los últimos tiempos. Empezando por el pacto presupuestario en Madrid y terminando recientemente con la aprobación de los presupuestos de Getxo, tras dos años de batalla feroz entre ambos partidos. Son señales que apuntan hacia un pacto mayor, por mucho que algunos se empeñen en hablar de la vuelta del eje del mal que supondría el pacto entre PSE, PP y UpyD, lo cual me parece poco probable.

¿Qué hay de malo en pactar con una fuerza tan implantada como el PSE? Ustedes gobiernan en Muskiz gracias al apoyo de los socialistas.

No tiene nada de malo, es perfectamente legítimo. Pero ese pacto en algunos ámbitos institucionales supondría una vuelta atrás y de ahí nuestro rechazo. ¿Qué nos va a ofrecer el PSE en la cuestión del desarrollo estatutario si, con ellos en el Gobierno de Madrid, seguimos con 36 transferencias pendientes? ¿Un nuevo estatuto vasco? ¡Si no han cumplido el anterior! Que no cuenten con nosotros para repetir fórmulas fracasadas del pasado.

Quizá por eso inciden más en el discurso político, mientras que otros se centran en la crisis.

No es cierto que hayamos relegado la crisis a un segundo plano. Estamos haciendo un esfuerzo importante por trabajar temas sectoriales, pero tiene un reflejo menor en los medios. EA está haciendo aportaciones concretas para afrontar la crisis, es un tema que ha estado permanentemente encima de la mesa, con propuestas concretas. Lo que pasa es que nosotros creemos que seguir avanzando en el autogobierno es clave para poder garantizar el bienestar de la sociedad vasca.

¿Y cómo salimos de ésta?

En primer lugar, con inversión pública productiva en el sector de la industria que, consideramos, tiene que ser el motor de la economía, ya que hacerlo en sectores como la construcción se ha visto que es pan para hoy y hambre para mañana. Si estamos mejor situados que el resto del Estado para afrontar la crisis es por el tejido industrial que tiene la CAV, la red de pymes, el modelo cooperativo… Por otro lado, hay que apostar por el gasto social, ya que en estos momentos de dificultad para muchas personas y familias las instituciones tienen que destinar recursos para apoyarlas.

Con la llegada de las elecciones han paralizado la cuestión del polo soberanista. ¿Lo van a retomar?

Es una apuesta a largo plazo, no es un reclamo electoral. Creemos que existe una demanda en este país de seguir avanzando y alguien tendrá que aunar esfuerzos alrededor de una iniciativa en clave soberanista.

¿Qué papel tiene la izquierda abertzale oficial en el polo soberanista?

El papel que ellos quieran jugar. Representan a una parte importante de la sociedad vasca. Hay dificultades ligadas a la cuestión del respeto a los derechos humanos, pero alrededor de ese polo soberanista confluirán todos los que tengan unos principios compartidos.

Dentro de su partido algunas voces no entienden esa aproximación a ese mundo.

EA siempre ha defendido que todo lo que se haga para que la izquierda abertzale pueda hacer política y utilice exclusivamente las vías políticas es poco. Lo que no es de recibo es la exclusión de ese sector de la política y de las elecciones como ha sucedido, nuevamente, ahora.

¿A dónde van a parar esos votos?

La mayoría de esos votantes es muy fiel a la izquierda abertzale y seguirán las directrices que marquen sus líderes. Optarán por el voto nulo, ya que votarán con la papeleta de D3M, aunque pueden haber unos votos que vayan a otros partidos.

Algo ‘rascará’ EA.

Nunca EA ha sido receptora de votos de la izquierda abertzale, porque es gente fiel a su causa. Es posible que algunos de sus votos vengan a EA, PNV o incluso Aralar, pero en una medida muy pequeña.

El objetivo de EA es rescatar el voto de los abertzales descontentos, pero descontento ¿con qué?

Desde 2001 hasta 2005 ha habido una pérdida clara de votos abertzales y ya veremos qué pasa desde 2005 hasta ahora. Hubo un sector muy importante del mundo abertzale que se movilizó en 2001 y que se quedó en casa en 2005, seguramente porque no se quedó satisfecha con la gestión llevada por el tripartito en el Gobierno vasco. Por eso nosotros nos postulamos con un mensaje de cambio, de que esa manera de hacer las cosas puede cambiar con nosotros.

También Patxi López habla de cambio.

Sí, pero el cambio que el propugna se limita a seguir gestionando las competencias que ya tenemos y poco más, mientras que nosotros creemos que hay que seguir profundizando en ese cambio político, porque ése fue el reclamo de la sociedad vasca en 2001.

¿Le gusta la música de las encuestas? Les dan a la baja.

Al menos en nuestro caso, las encuestas no suelen mostrar lo que luego los resultados revelan. Creemos que los resultados de las elecciones van a ser bastante mejores de lo que marcan las encuestas.

Enlace: Entrevista en Deia
Fuente: Humberto Unzueta/Deia