Maiorga Ramírez Si las más de 50.000 firmas que solicitaron en Navarra la oficialidad plena del euskera en todo el territorio de la comunidad tuvieron como respuesta por parte del Gobierno de UPN el famoso decreto, tras el cual, inmediatamente, el director de Política Lingüística, el señor Pegenaute, cambió su rótulo bilingüe para poner uno exclusivamente en castellano, en esta ocasión, tras la creación de una ponencia parlamentaria sobre política lingüística y mantener reuniones con organismos de diferentes sectores y competencias, UPN y PSN se alinean para defender las posturas más retrógradas en materia de política lingüística de toda Europa.

Al parecer, cuanta mayor es la evidencia de lo anacrónico de un tratamiento sesgado de los derechos lingüísticos de los navarros; cuando los datos sociolingüísticos cada vez más claramente sustentan la necesidad de progresar en materia de normalización, cuando es cada vez mayor el clamor popular que reivindica el tratamiento digno respecto a nuestro más preciado tesoro cultural, mayor es la obcecación y la obsesión del conservadurismo asilvestrado (al que definitivamente se ha afiliado el PSN) por poner cortapisas a la demanda social, la lógica cultural y la racionalidad internacional.

Los esfuerzos de consenso de partidos que estuvimos comprometidos con la recuperación del euskera cuando se ncontraba en un dramático trance agónico, cuyo avance defendemos ahora con rotundidad en la garantía del ejercicio de los derechos lingüísticos de los navarros/as -afortunadamente desde una situación más favorable y positiva para esta lengua- caen en saco roto. Consenso que en 1996 se plasmó en un acuerdo adoptado entre EA-CDN-PSN e IU para avanzar en la normalización del euskera, y que consistía en ampliar la oferta pública de modelo D a la denominada zona no vascófona, propuesta que se frustró debido a la radicalidad de posturas mantenida por UPN y Herri Batasuna en el Parlamento de Navarra, coincidiendo en su voto contrario, que en el caso de la formación abertzale fue defendido por su portavoz entonces, Patxi Zabaleta.

En esta ocasión, toda vez que un sector de la ilegalizada Batasuna se ha sumado al posibilismo responsable en esta materia tan sensible, nos encontramos con que el PSN retrocede posiciones y se alinea con las tesis más integristas de UPN, que no oculta su complacencia ante el hecho de que el principal partido de la oposición y rival político natural asuma sumisamente una política lingüística que ha sido criticada abiertamente por organismos internacionales, cuestionada una y otra vez por las instituciones judiciales y rechazada públicamente por la mayoría social de Navarra, que en general ve con buenos ojos el desarrollo del euskera y asume con naturalidad su fomento y normalización.

En Eusko Alkartasuna la voluntad de consenso y avance en materia de normalización tiene plena vigencia. Partiendo de nuestros planteamientos, que inequívocamente apuestan por el reconocimiento de la oficialidad del euskera en nuestra comunidad y de los derechos lingüísticos de los navarros/as, como siempre hemos hecho, mantenemos nuestro compromiso con la articulación de acuerdos básicos de avance en materia de normalización.

De hecho, todas las fuerzas que conformamos en las pasadas elecciones al Parlamento de Madrid la coalición Nafarroa Bai partimos de un consenso previo, y hemos mostrado repetidamente nuestra voluntad de acuerdo para dar pasos adelante. Sin embargo, el PSN se ha descolgado de esta disposición para unirse a la derecha navarra en sus planteamientos más recalcitrantes en relación con un tema tan significativo para una parte importante de la sociedad navarra. Su postura parte de la concepción del euskera como elemento cultural ajeno a nuestra comunidad, como si no fuese la lengua propia y originaria de Navarra que reconoce como tal incluso la propia Ley del Euskera que este partido dice defender, y que los representantes de la sociedad tenemos el compromiso de fomentar, exhibir y propiciar en su uso e implantación social.

Sin esta premisa, no resulta entendible la negativa de los socialistas a dar el voto favorable a propuestas del grupo parlamentario de EA como que se rotule en bilingüe la nueva autovía Iruñea-Logroño o a la realización de un estudio de la demanda de FP en euskera; o que consideren lógico equiparar la valoración del euskera con otras lenguas no propias en los baremos de acceso a la función pública (principio que incluso los tribunales han rechazado en sucesivas sentencias en los últimos años).

En su documento, el PSN coincide con UPN en entender que el euskera ya está “normalizado” en Navarra. Como si fuese normal (y al parecer deseable) que un ciudadano/o pueda elegir estudiar inglés en un colegio público en cualquier punto de Navarra pero no así en euskera (como ocurre en la denominada zona no vascófona). Como si fuese normal y correcto, en una sociedad moderna, que rotulaciones viarias, etcétera, que son un servicio público a toda la ciudadanía, suponen una muestra de la riqueza e identidad cultural propia al visitante, e indican una actitud respetuosa para con la esta lengua y sus hablantes, se rotulen sistemáticamente sólo en castellano en prácticamente en todo el territorio navarro, salvo la zona norte (véase la entrada principal de Baluarte, símbolo de la cultura de Navarra).

El planteamiento político que defiende el PSN respecto a esta lengua contiene unas cuestiones de fondo que ninguna persona que conozca o aprecie mínimamente el euskera puede compartir. Decir que la oferta de FP en euskera (ahora sólo el 3% del total) es de menor utilidad profesional que el castellano resulta, simplemente, ridículo. Hacer esta afirmación -que ya defendió el consejero de Educación de UPN ante nuestra denuncia de la insuficiente oferta de euskera en este ciclo formativo- es decir que un idioma -el vehículo de comunicación- empobrece la utilidad del objetivo final: la formación.

En definitiva, es volver a aquellos planteamientos que antaño cuestionaban la calidad de la educación en esta lengua, ampliamente superados por la realidad de los hechos y por la profusión de los ejemplos de progreso encomiable y reconocimientos obtenidos a nivel estatal y europeo por centros de educación en euskera. Incluso el Ministerio de Educación del anterior Gobierno del Partido Popular tuvo que reconocer públicamente -supongo que a su pesar- a una ikastola de Donostia como mejor centro del año.

Es más, al contrario de lo que se pretende demostrar, los datos evidencian que los alumnos que estudian en el modelo D obtienen por lo general mejores resultados académicos que aquellos que cursan el resto de modelos, con una capacitación de castellano, euskera e inglés de alto nivel.

Y los datos, datos son. En la mayoría de los centros escolares públicos de los municipios de la denominada zona no vascófona los alumnos que eligen el modelo A, con la asignatura de euskera, superan a los que optan por el modelo G, exclusivamente en castellano. Teniendo en cuenta que el modelo A es el único con presencia de euskera permitido en esta zona, hay que suponer que una parte de esta demanda optaría por el modelo D, en caso de que también se ofreciese esta opción. Por tanto, sería interesante saber qué respuesta daría la ciudadanía si se abriese la llamada zona no vascófona también a este modelo. Y para datos, la sorprendente apuesta socialista por el impulso del modelo B, que actualmente es cursado por menos de un centenar de personas en toda Navarra, lo que muestra lo alejado de la realidad de sus planteamientos.

Dice el PSN en su propuesta que “no queremos euskaldunizar Navarra, sino favorecer la convivencia lingüística”. A mi entender, tras analizar el resto del texto, hubieran debido afirmar claramente, por coherencia y lealtad con sus votantes, que lo que quieren es evitar que Navarra pueda optar por euskaldunizarse de forma libre y voluntaria, a costa de negar a los ciudadanos su derecho a la libre opción educativa y al ejercicio de sus derechos lingüísticos.

Quizá el problema del socialismo en nuestra comunidad es que no termina de creer que otra Navarra moderna, progresista y plural es posible. Una Navarra en la que quepamos todos, y podamos elegir libremente la educación para nuestros hijos/as. También aquellos que este fin de semana vamos a dar animosos la bienvenida a la korrika en Iruñea.

Fuente: Maiorga Ramirez