´Es lamentable que una norma pionera en el Estado sea recurrida por los diputados de UPN en Madrid, en contra del criterio de la mayoría en Navarra´
La presidenta de Eusko Alkartasuna y portavoz parlamentaria, Begoña Errazti, se congratuló hoy de la sentencia adoptada por el Juzgado de Familia número tres de Pamplona, que aprobó la adopción de dos niñas por parte de una pareja de lesbianas ´y porque apliquen una ley progresista e innovadora como la Ley de Parejas Estables, que establece la igualdad de derecho de todas las parejas, con independencia de su situación civil y sexo´.

´Es lamentable que una norma pionera en el Estado a favor de la igualdad esté actualmente pendiente de revisión por parte del Tribunal Constitucional porque ha sido recurrida por los diputados de UPN-PP, con el señor Jaime Ignacio del Burgo a la cabeza, y en contra del criterio de la mayoría en Navarra´, expone.

´UPN es el único partido regional que acude al Congreso de los Diputados a defender las competencias del Estado en Navarra, en vez de al revés. Es más – apunta – en el tema de la ley de parejas estables ni siquiera dejó la iniciativa al Gobierno Central, impulsó por su cuenta el recurso contra la ley foral aprobada en el Parlamento´, recuerda Errazti.

´La manera que UPN y su entorno tiene de entender la familia no es la única posible, ni siquiera la más estable, positiva e idónea. La Ley de Parejas Estables pretende, precisamente, reconocer otros tipos de familia, empezando por las propias parejas de hecho, y protegerlas, reconociéndoles los mismos derechos que a la tradicional. Cada cual debe poder elegir la forma de formalizar su compromiso con su pareja y su familia. Lo único que debe marcar la ley es el conjunto de derechos y obligaciones que ese compromiso asumido en libertad genera entre los miembros de esa familia´, defiende Errazti.

´La derecha cierra los ojos ante realidades evidentes, pretendiendo condicionar desde la ley lo que pública y socialmente debe reconocerse como familia o pareja con derechos y obligaciones. Sin embargo, la sociedad va por delante de cualquier concepción rígida y monolítica de las relaciones interpersonales, y la ley debe adaptarse, con rigor y seriedad, a lo que se reclama y necesita en la sociedad para una convivencia más libre, solidaria e igualitaria´, concluye.

Fuente: Begoña Errazti