Durante un debate sobre la situación de Kosovo el Eurodiputado de Eusko Alkartasuna Mikel Irujo ha defendido el derecho a decidir de los pueblos de Europa. En palabras de Irujo, ´el programa de trabajo de la Comisión para 2008 establece que el ciudadano es y debe ser el núcleo central del proyecto europeo. Extrapolando esta idea, considero que la UE está enfocando el proceso de Kosovo de manera errónea. No podemos seguir debatiendo si diferentes coyunturas internacionales son apropiadas o no para reconocer la independencia de ese país. La pregunta que debe primar sobre todas las demás es, ¿Qué desean los ciudadanos de Kosovo?

El Eurodiputado ha subrayado que lo importante y lo que debe determinar cualquier proceso es la voluntad de los ciudadanos, ´porque ellos son lo importante, y porque la clave para la resolución de conflictos es siempre doble, respeto de los derechos humanos y reconocimiento del derecho a decidir libremente el futuro como pueblo´. Por ello, Irujo ha defendido que la UE debería asumir como referente este discurso para situaciones que se producen ´tanto fuera como dentro de las fronteras de la UE´, en clara referencia a Euskal Herria.

El derecho a decidir fue reconocido durante el año 2006 a Montenegro, quien, mediante la celebración de un referéndum votó mayoritariamente por la independencia. Apenas un año más tarde, la Comunidad Europea ha firmado un acuerdo se asociación CE-Montenegro que fue aprobado por el Parlamento Europeo el pasado mes de diciembre.

Kosovo

Hay que recordar que el ministro de asuntos exteriores de Eslovenia, quien ostenta la presidencia de la UE, afirmó el pasado 20 de diciembre que ´la UE y Kosovo tienen que acordar qué pasos dar de una forma razonable y sin ningún chantaje. Está claro que ciertos procesos no pueden impedirse´. an nada No obstante, dos Estados miembros como Grecia y Chipre son abiertamente reacios a reconocer una posible independencia, y otros Estados, como el español, no se muestran nada entusiastas. Los argumentos para estas reticencias son geopolíticos, pero ninguno de ellos tiene en cuenta la voluntad de los kosovares, algo que ha sido duramente criticado por Irujo.
Fuente: Mikel Irujo